Al
vuelo de aquellas flores,
te
adivinaba;
el
aire de tus suspiros
yo
respiraba.
Cuando
tú pasas, niña, las buganvillas
todas
quieren prenderse
de tus horquillas.
***
En
el puerto de tus manos
desembarcando…
y
te buscaba, ya ves,
yo
te buscaba… seguí
los
vientos solanos
y
en el puerto de tus manos
desembarcando.
En
mis plegarias le suplicaba
a
la Virgen del Carmen
que
tú me amaras.
***
Al
llegar a tu calle
me
dio un doló,
al
pasar por tu puerta
se
me pasó.
Tu
cercanía, tu cercanía,
me
procura el aliento,
me
da la vía.
***
A
mi madre le explico cómo tu eres,
entonces
ella entiende mis padeceres;
le
dibujo tus ojos y tu sonrisa,
y
el ángel delicado de tu carita.
Te
guardo un beso, te guardo un beso,
en
estas sevillanas
lo
llevas preso.
José
Luis Tirado Fernández