Se acercan fechas de
recogimiento y meditación. Viene que ni pintada esta imagen que me hace llegar
mi amigo Manuel Benítez, icono de una época, retrato fiel de las vivencias de
los años cincuenta en la Sevilla cofrade, flamenca y tradicional.
Como centro fundamental de la
imagen, Nuestro Padre Jesús de la Salud, a sus pies, Joselito, en brazos de Pepe Benítez, padre de Manuel y propietario de
la fruteria de la calle Regina; a la derecha del niño, junto a la vara, Manuel
Moreno Torres, que fue Hermano Mayor de la Hermandad en los años setenta, y abuelo del actual
Teniente de Hermano Mayor, Carlos de Paz. Con gafas, a la izquierda de Pepe, el
entonces Mayordomo, Don José Lérida.
El acto trataba de la
incorporación como hermano del pequeño artista, en aquellos años ídolo de
multitudes, para lo cual se organizó una ceremonia de gran afluencia de espectadores,
tanto de hermanos como de público.
Se dice, se cuenta, aunque no
hay constancia documental, que igualmente, un grupo de admiradores del chaval,
organizó un festival en su honor en el cine Santa Catalina, de la calle
Alhóndiga.
Y se dice, y se cuenta, pero
nadie puede demostrarlo, que Manuel Vallejo, poseedor entonces de la llave del
cante, rechazó quince mil duros de la época por asistir, para ¿ofrecerle? ¿entregarle?
¿dedicarle? la llave al niño. No asistió, cuando estaba pasando gran penuria
después de haber sido el más famoso y solicitado de los cantaores, como lo hicieron
La Malena, Niño Gloria y tantos otros. A lo mejor fueron a buscarlo a su mesita
del Bar Maravillas, donde solía sentarse todas las mañanas, pero no quiso ir. Y
yo creo saber porqué.
José Luis Tirado Fernández