DESCARGA NÚMERO 51
Autor: Roy Brown
Allí está el galán
cantándole al amor
de las rosas y el
champán,
mujeres pintorreteadas
de sudor, de sangre de
pueblo,
las niñas maniquís
vendiéndole la belleza,
rompiéndole la cabeza
al joven obrero
para que el cívico
líder
del servicio sanitario
coja el dólar donado
por el rico acomodado.
Viva la democracia
del legislador pipón
que roba en Asia,
en África y Argentina,
asesino que no vacila
en esconder la ladrona
cara
tras sonrisa descarada,
defensora de la
libertad,
para robar, matar,
ultrajar
a pueblos trabajadores,
para ser ascensores
y no tener que andar.
Ah, me voy a caminar;
por calles bien
pobladas
ver al pueblo gimiendo,
alimentar mi odio así;
maní, maní del
manisero,
aquí está el compañero
compartiendo una
visión:
¡venga la revolución!
esqueleto petrificado
por crímenes cometidos
contra negros y
vecinos,
de pueblos de sur y
norte,
por todo el planeta;
y oigo nombrar al
capitalismo
como si fuera un altar.
ante la muerte de
Guevara,
Fusil Fusil, su nombre,
Hombre Paz, su
apellido,
paz ganada con la lucha
contra el vil enemigo,
que en aras de la
compañía viaja
para bombardear a
campesinos
iluminados por la
esperanza de construir
un mundo de nuevos
hombres
libres de la
explotación.
General: “Mansión,
¡alerta!”,
burgueses a cuchichear:
“Ah, automóvil, ¡qué
lindo sueño!”.
Quién será el lindo
dueño
de la bomba nuclear...
Ah, me voy a caminar;
por calles bien
pobladas
ver al pueblo gimiendo,
alimentar mi odio así;
maní, maní del
manisero,
aquí está el compañero
compartiendo una
visión:
¡venga la revolución!