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lunes, 6 de junio de 2011

CANTES DE COLUMPIO

A mi cuñado José Francisco, mi primer seguidor.
         Me lo ha dicho Rafael Mendiola. Los cantes de columpio se hacían por fandango, hasta que la Niña de los Peines los acompasó a la bulería por soleá. Eso significó la popularización de este cante, que como otros, es anterior al flamenco.
         Mencionado por muchos escritores costumbristas: El Padre Coloma en “Cuadro de costumbres populares”; Blanco White en “Cartas inglesas”; Armando Palacio Valdés en “Las majas de Cádiz”, etc.
         Una de sus letras más populares, quizá de las más antiguas, sea aquella de
El domingo por la tarde
me voy a la venta Vega
y me siento en el columpio
que está junto a la cancela.
No me bajo del columpio
 porque no me da la gana,
aquel que quiera un columpio
vaya a casa y lo haga.
                Es todo un retrato de su verdadero origen, el acompasamiento o “bamboleo” del columpio donde la novia está sentada, a la que el novio dirigía los piropos y cortejos mediante estos cantes.
Este cuadro de Goya Llamado "El columpio" parece perfecto para sumergirnos en la época en que se cantaban estos cantes.

         Desde el punto de vista poético, y en lo referente a la métrica y rima, hay para dar y repartir. Si bien se las considera, en tanto en cuanto anteriores al flamenco, en la forma 1° y 3° Heptasílabos 2° y 4° Pentasílabos, el prescriptivismo flamenco, o sea la norma flamenca, la adapta a octosílabos para el cante. Unas veces en cuartetas, en las que se repite el segundo verso y al final se dice otra vez el primero. Pastora desgarra la voz en dicho final, dándole un encanto espectacular.
Entre sábanas de Holanda
y colchas de carmesí (BIS)
esta mi amante durmiendo
que parece un serafín…
Entre sábanas de Holanda

La Niña de los Peines con Vallejo y el Niño Ricardo


Otras, en quintillas, posiblemente para no tener que repetir ese verso maldito, aunque Pastora lo hace, para aportarle más riqueza musical, y porque para eso era la dueña de todo esto que amamos. Me duelen las orejas de oírla. Y a su hermano, más.
Eres una y eres dos
y eres tres y eres cincuenta (BIS)
eres la iglesia mayor
donde toíto el mundo entra
toíto el mundo menos yo.

En la copla está recogida por una mujer, Gracia de Triana, trianera, cómo no, nacida en la calle Procurador, en una copla que se llama La venta de los gatos y cuyo autor es Mostazo.
Otro cuadro de Goya, La Riña en la venta, nos sirve para imaginar cómo eran las ventas en aquella época
La venta Vega.
         Yo la recuerdo como era, con sus jardincitos, sus veladores y su azulejo del león lamiendo el coñac de una botella que se había roto. Un anuncio de Decano. Caballero, qué coñac. Se solían rematar las juergas allí, cuando todavía el alcohol al volante no era un problema, o mejor dicho no estaba penalizado. En la barra siempre estaba Rafael, no recuerdo bien si era el dueño o el encargado, pero siempre estaba allí, atendiendo ya de mañana a los que venían a tomar café o a los que seguían la juerga, a los que trabajaban de noche y venían de vuelta o a las mujeres de vida alegre que salían de “Casablanca” y otros sitios selectos de la zona. El noventa y dos trajo, el noventa y dos se llevó. La venta Vega nunca volverá. Sólo en las bamberas.

2 comentarios:

  1. ... Pues por aqui he pasado yo y dejo constancia de ello.

    Bonito blog

    ..... Volveré.....jejejeje

    Fdo. Mariquilla

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  2. Espero que vuelvas. Poco a poco iré llenando esto de contenido. Sevilla también está entre lo previsto. Y abrir un foro de debate sobre las setas, ja, ja, ja,
    Saludos.

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