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miércoles, 25 de abril de 2012

FLAMENCO: CANTES DE IGLESIA (I)


         En la última entrada sobre flamenco proponíamos una visión de un cante propuesto y admitido como palo por todos o casi todos los cabales, aunque discutible según nuestra visión, desde el punto de vista del siguiriyero. Habría que meterse más en harina sobre la relación del flamenco y la religión, sobre todo con la católica ya que su historia y desarrollo se producen dentro de un entorno –segundo y tercer tercio del XIX , primero y segundo del XX-, donde la circunstancia y caldo de cultivo de nuestro arte era un ambiente sometido a los famosos poderes fácticos y mucho más acentuado socialmente en los pueblos  donde la trilogía de esos poderes fácticos –alcalde, cura y cabo de la Guardia Civil- eran el cedazo por el que pasaba cualquier actividad, tanto de tipo cultural como deportiva, social o de  cualquier otro tipo. En las misas dominicales y cuanto más pequeña era la localidad, en más medida, aunque en las urbes se daba también por barrios,  se “pasaba lista”. Una retranca muy utilizada era: “este domingo no te vi en la iglesia…” cuando uno faltaba, entendida dentro de aquella moral y formas de vida en la que estaban sumidos. También la iglesia ayudaba económicamente a los necesitados en tiempos de escasez –era la única ONG en aquellos tiempos- y como la relación entre los gitanos, núcleo principal del germen flamenco y la abundancia nunca se han llevado bien, pues eso, que había que hacer acto de presencia para que al cura de turno se le reblandeciera el alma y aflojara algún real con el que hervir la olla al menos una vez en semana.

         Una vez señalada la asistencia a los eventos religiosos por parte de los flamencos, obvio sería indicar que los cantos, como salmodias, himnos, motetes, antífonas, etc., que suelen interpretarse en los ejercicios litúrgicos bien podrían dejar sedimentos que a la corta, pueden haber pasado a formar parte de la estructura melódica de algunos cantes. Además estos cantos, fueron adoptados por la iglesia católica de la costumbre hebrea de cantar salmos completos, con lo que la teoría del origen judaico de algún palo como la petenera, no es tan descabellada, en tanto en cuanto algunos otros podrían irremediablemente tener su origen en el mismo ambiente. Me parece interesante, creo que asiste a esta hipótesis, el siguiente enlace:


         El villancico flamenco, es un indiscutible cante de iglesia, enriquecido por los melismas gitanos. Tiene mucho que ver, casi todo, con el cante por campanilleros, aunque esa historia es un poco más enrevesada, ya que Manuel Torre, que fue quien nos lo trajo, afirmaba que lo había escuchado en una fiesta de Andrés Martínez de León al médico de Huelva Don Jesús Centeno. El cantaor se quedó con la copla y una noche en El Fontanal (Sevilla), junto al Niño Ricardo, el torero Niño de Palma, el Gloria y Rebollo pidió a Manuel que pusiera la cejilla al tres y, recordando lo que había escuchado en la fiesta, interpretó la versión que hoy conocemos, y que grabó en 1929, junto a Miguel Borrull, y que tiene una curiosa incorrección musical. Mientras Miguel da la entrada  por arriba en mayores, posiblemente con la cejilla al cinco en MI Mayor, (correspondiente al LA natural) Manuel canta en tonos menores, aunque, sorprendentemente, no rechina demasiado, hay que escucharla con mucha atención para distinguir este detalle.

Podemos comprobarlo en el siguiente video:



Continuará.
José Luis Tirado Fernández

4 comentarios:

  1. Estupenda primera parte acerca de los cantes flamencos de iglesia. El tema da para mucho más y ya nos anuncias con un 'continuará...' que volverás sobre el mismo. Particularmente, creo que con motivo del ecumenismo del Concilio Vaticano II, hubo una apertura hacia otros modos de expresión más genuinos, más étnicos y, por tanto, se incorporó el flamenco con más ímpetu en la liturgia católica.

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  2. Esa fue la época de repunte de las misas flamencas. Seguiré, querido Ramón, en una segunda parte donde aparecen las misas en castellano, porque todo esto que he publicado se supone que eran "tomas musicales" y no de letras, claro está. Un saludo.

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  3. Totalmente de acuerdo con el comentario de Ramón. Por otra parte decir que: Me sorprendes cada vez más con la profundidad de tu visión sobre el Flamenco. En cuanto a la figura de Manuel Torres (Don Manuel), para mi unos de los más completos y más largos cantaores jerezanos. Saludos.

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  4. Querido José Luis: Muy interesante este estudio que acabas de iniciar. Creo que promete bastante. Es un largo tema que está poco estudiado. Te recomiendo, por si no lo tienes, el libro de Alfredo Arrebola "La espiritualidad en los cantes flamencos".

    Un abrazo.

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