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sábado, 12 de octubre de 2013

EL PELE EN LA SALA TURINA

                En este blog no cabe la crítica. Si El Pele lo hubiera hecho mal, yo no estaría escribiendo estas líneas, que son sólo de alabanza. ¿Estamos? Vámonos.


                Manuel es un caracolero confeso. Comenzó con unos aires inspirados en su modelo. Preguntaba por Salomé, quería saber si al final había llegado; ignoro si se presentó al final, pero no pude ver a la nieta de Caracol y Arturo. Se hubiera elevado en el aire, seguro, cuando iba marcando, en una genial interpretación, minúsculas fracciones de tono como sólo las daba el de la Alameda.
                Este tío está acabando con conceptos que hemos heredado y con formas que hemos recibido, algunas sagradas, digo que las está mejorando y ensalzando, porque las siguiriyas que le escuché y que pude cazar con mi grabadora, fueron un compendio de cante grande e irrepetible, pero a la vez, muy personal, que regenera cosas que los flamencos tenemos demasiado establecidas. Tuvo un momento de algidez que el público agradeció, por Cagancho, esa difícil montaña que, a pesar de su dificultad, escala. Esos tercios que parecen caerse pero que Manuel rescata y vuelve a subir y que se empeñan en volver a hundirse y que él vuelve a rescatar, hasta confluir en un hermoso monumento sonoro a la Cava.

Mis fotos son muy malas, esto es un ejemplo

                Me niego a creer la edad que tiene el Güito. Hizo una exhibición de compás y de unas facultades que para un hombre con esos años parecen fuera del alcance físico. El Pele ya había declarado el privilegio de tener su colaboración en su recital, pero su baile nos transportó más allá de la sala Turina, a las tarimas del paraíso.
                Volvió Manuel con una soleá por bulería, acaracolando de nuevo las formas y reivindicando estilo, de manera que pudimos apreciar el techo de este gitano cordobés que no cree en los duendes, sino en  los estados de ánimos. Ayer por lo visto y oído, lo tenía en condiciones óptimas.
                Tras unas malagueñas de ensueño, entró al fin por soleá, empezando de una manera lánguida y desvanecida a bordar letras geniales  y ocurrentes como
Se acostumbra el gorrión
al ruido de los coches
y no me acostumbro yo.
para seguir destilando Alcalá, por derecho y en alto, como un águila constructora enseñoreada de los cielos de Sevilla, cantaba
Desperté y la vi,
como estaba soñando conmigo
la dejé dormir
el público se enfervorizó entonces, y El Pele parecía crecerse con el aliento de gente tan docta en flamenquerías. Anteriormente, había establecido un diálogo con un aficionado trianero que estaba sentado en los asientos de atrás del patio. Este le agradecía su buen hacer: “Así hay que cantar aquí, por derecho, como lo has hecho tú”. Manuel respondía: “cantar aquí es como torear en la Maestranza, me siento un  Curro Romero un Domingo de Resurrección”.
                La cosa parecía terminar por alegrías, que comenzó recitando:
Mi abuelo tuvo una barca
de madera de ciruelo
la soltamos en la playa,
donde se divisa el cielo…
se metió, cómo no por tierras cordobesas, pregúntale al platero, abandonando el micrófono y lanzándonos la potencia de su voz, como nunca, fresca, sana, impagable, pero cuando había recibido el aplauso final, y por sorpresa, volvió a colocarse en el centro del proscenio y nos regaló unas tonás afinadas como sólo puede hacerlas El Pele.
Así cantó El Pele por toná

                Yo no entiendo de astros, ni de su influencia sobre las capacidades humanas, pero el ensueño que viví esta noche estaba concebido por algo sobrenatural.  Tampoco sé de espíritus,  pero algo flotaba en el ambiente. Demasiado para aquel que no cree en los duendes.
Buen final para una noche grande


José Luis Tirado Fernández

                

3 comentarios:

  1. ¿Que no hay duende? Pues este "parato" si que loo tiene. Te he hecho un comentrio anterior donde me congratulo con esa noche que tan intensamente vivistes,y que tanto aporto a tu espiritu de artista.
    Y,te comentaba,que en la feria,hay noches con duende,con el arte atravesando todos tus sentidos,y otras lo buscas,lo persigues,y no aparece,y te vuelves de vacio con aaalg de decepcion
    En todos los conceptos de arte,esto se produce.En cuanbto a Salomé,tuve el privilegio de oirla cantar,y me dio tristeza ver que una voz como esa con ese sentimiento y esas raices de su genes,estuvierssn tan callados cuando hay gente grabando y ocupando escenarios,,que no cantan sino que gritan. Eso del grito es por lo visto lo ultimo,cuando un cante bien hecho te lleg aunque te venga en un susurro. Un abrazo amigo

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  2. Has tenido una gran suerte de poder oir a este buen cantaor. Esta sí es una garganta juguetona, que te transporta de un tono a otro adornándose a compás. Ojalá tengamos Pele para rato.

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  3. Afortunado tú José Luis que llegas a pelearte por este arte y salir siempre airoso. Alabo esa entrega tuya por todo lo nuestro. Creo recordar que alrededor de los años ochenta tuve la oportunidad de ser invitado a una actuación suya en Córdoba, porque él era cordobés ¿verdad? ya me lo confirmarás aprovechando el que te pregunto por esta nueva imagen de la portada del blog ¿Qué calle es? Por cierto sobre las fotografías tomadas del Pele, apodo este que me parece se lo puso el Cordobés, lo importante es el Espíritu que encierran. Un abrazo.

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