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jueves, 20 de febrero de 2014

CIGARRERA DE TRIANA


Dame la mano, niña,
baja a la barca,
que es la Torre del oro
tu fiel guardiana;
 al giraldillo
llegan los resplandores
de tus zarcillos.

Flecos de los mantones,
hebras de gracia,
abrígate del fresco
de la mañana;
flores del cielo
las moñas de jazmines
que hay en tu pelo.

El puente de San Telmo no existía; por tanto, antes que caminar hasta el puente de Triana, era más rápido embarcar en el puerto camaronero en las falúas y pasar el río hasta la otra orilla, a un tiro de piedra de la fabrica. Obsérvese la cara de delectación del barquero.

                Es habitual entre los trianeros tener algún ascendiente entre las mujeres de su familia que  haya trabajado en la Fábrica de tabacos de Sevilla, por la gran cantidad de ellas que lo hicieron durante el XIX y principios del XX. En mi caso, lo fue la abuela de mi abuelo Carlos, que me contaba algunas anécdotas sobre ella. Cuando era niño, la vieja solía darle una latilla y una moneda para que le trajera aguardiente de la taberna; para matar el gusanillo, decía. Un buen día, y cuando a lo largo de la tarde le había ido varias veces por la bebida, le dijo: -Abuela, usted no quiere matar un gusanillo, ¡usted quiere matar una serpiente!

                


Prospero Merimeé, (Carmen)
    "Sabrá, señor, que hay de cuatrocientas a quinientas mujeres  empleadas en la fábrica. Son las que lían los cigarros en una gran sala, donde los hombres no entran sin un permiso del Veinticuatro, porque cuando hace calor, se aligeran de ropa,  sobre todo las jóvenes.”

 El pintor de las cigarreras, Gonzalo Bilbao, fue homenajeado por ellas, cuando al regreso de una exposición en Madrid, fueron en coches de caballo a la estación de Córdoba, a recibirle.

                A la gracia trianera de aquellas mujeres se une la devoción por las imágenes de la Cofradía de los azotes y Maria Santísima de la Victoria, una hermandad que radicaba dentro de la propia fábrica y de la que muchas eran hermanas, así como sus hijos y sus nietos.

Principios del XX, Puerta de Jerez. Vieja cigarrera, posiblemente jubilada, transmitiendo su devoción a su nieto un Jueves Santo. Al fondo, el edificio del Hotel Alfonso XIII.

 Jules Claretie.- 1869  (Traducción de F. Morales Padrón)                                                                                     "Tienen la misma gracia sana y apetitosa. Estos millares de cabezas morenas donde, aquí y allá, unas cabelleras de oro; estas cabezas vivas agitadas, todas adornadas de flores rojas; estas blusas entreabiertas, estas faldas claras, estos niños en las cunas, situados al lado de sus madres y que ellas mecen mientras trabajan; estos vestidos colgados en la pared, como  los cachivaches en casa del revendedor; este sol andaluz jugando sobre estos brazos redondos, sobre estos cuellos elegantes, sobre estas manos que lían alegremente.”


    
Como muchas de estas trianeras eran gitanas, se ataviaban a su estilo, siendo precursoras de los trajes que actualmente se utlizan en las ferias y romerias andaluzas. Santo y seña.
 
                Esta entrevista a Carmen, que en realidad es un relato de ficción, se desmarca de la visión romántica de estas mujeres, acercándolas más a la realidad laboral, industrial y cotidiana de sus vidas.


                Pero lo nuestro, es lo nuestro, vaya...



Luis Montoto “La calle de la Sierpes”
…Pero advierto que se le van a usted los ojos tras aquellas mozas garridas  que al pasar nos han dejado aromas de albahaca y alhucema y la sensación que causa todo lo sano y limpio.
-Verdaderamente me hechizan su andar acelerado, el revuelo de sus enaguas, la gracia con que llevan prendidas al cabello, un tanto desaliñado, algunas florecillas, lo airoso de su talle y el mantón con que lo ciñen –cuyos flecos a poco se enredan en los botones de mi americana-, su charla, que parece gorgeo de pájaros, y su movilidad nerviosa.
-Cigarreras que vuelven de la Fábrica. Retornan del trabajo más alegres y más limpias que antes de ir al taller.
-Tienen mucho de la clásica cigarrera de Sevilla.
-No fue nunca la hembra desgarrada que vieron al través de sus lentes los romanticistas extranjeros, sino terrón de las salinas de Sanlúcar y rayo del sol que dora la Giralda.


José Luis Tirado Fernández

10 comentarios:

  1. ¡Qué tiempos! El inicio de la incorporación de la mujer sevillana a un trabajo que armonizaba lo pintoresco y lo social. Luchadoras por un salario, el reconocimiento y la reivindicación. La Sevilla romántica, y trágica, que plasmaron Merimé, Bizet, Bilbao. Y más tarde los fotógrafos. Las penurias económicas de la época eran menos con estos sueldos femeninos

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  2. Fabrica de Tabacos, empresa tan típica de Sevilla,que es una pena su desaparición. Mi abuela Isabel,madre de mi padre fue cigarrera,era menudita ,guapa, con su moño alto, recuerdo sus historias. Una de ellas era cuando Alfonso XII se iba a la puerta de la fabrica y sus "alternos" ante la indicación de la elegida,se la ponia en bandeja. Las que no querían pasar por ese aro,procuraban pasar desapercibidas,- Como se sabe en aquellos tiempos el derecho de pernada.
    En mi familia la tradicion de trabajar como cigarrera se fué pasando de abuelas a hijas y nietas. Dos de mis hermanas trabajaron alli. Ya eran otros tiempos.....
    Sobre el cuadro de Gonzalo de Bilbao,en nuestro Museo se puede ver y disfrutar. Es una gran obra y refleja magnificamente aquella epoca y situacion en las figuras y las expresiones.
    ¿Para cuando tu libro?

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  3. una vez m´ñas por tu gusto de descubrirnos los secreto que guarda Triana y Sevilla no muestra una cronica de la Triana que se fue para no volver y que es rescatada con tu persistencia. pedro

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  4. Gracias por la referencia al ejercicio de 'realidad ficcionada' que llevamos a cabo sobre estas mujeres en la labor cigarrera de nuestra ciudad.
    Saludos
    Juan Carlos Romero

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  5. !Bueno en mi comentario anterior, le faltaba un I a susodicho Rey,es decir me referia al hijo no al padre! Lapsus.......

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  6. .. Yo quisiera ser el viento
    que te soplara al oido
    toito lo que yo siento
    Y quisiera ser el rio
    y en mis aguas te miraras
    y escucharas mis quejios
    Y quisiera ser la flor
    con la que adornas tu pelo
    y esos adornos que llevas
    con los que luces tu cuerpo
    Cuantas cosas yo quisiera
    para decirte "Te quiero"
    Concha


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  7. Preciosa Entrada José Luis, me ha encantado leerla por dos motivos el 1º por agradecimiento a mi amiga Franconetti que me avisó para que lo leyera y 2º porque yo tenía una amiga que trabajaba en la fábrica de tabacos, era y es una gran persona, y la recuerdo con cariño. Te felicito un abrazo para ti

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    1. ¡Qué gozada da pasear la mirada por tu blog, José Luis! Y de los comentarios se aprende mucho también, sobre todo, si van con bellos versos y con ARTE como los de Concha.
      Estaremos unidos en un interés por las vivencias, tradiciones, en un compartir hermoso y solidario que tanto enriquece y ennoblece los bloggs...

      Tanto es así, que de vez en cuando os pongo cosas vuestras en mi blog, por sentir la imperiosa necesidad de compartir con los demás esta belleza y sensibilidad de sentimientos tan profundos como hermosos. Antonia, mi compi, ya es una entusiasta seguidora vuestra,,,Y suma y sigue, jeeeeeee....

      Unn abrazo, amigos.

      Mari Carmen.

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  8. Hola, José Luis. Ya estoy aquí como te prometí; te comento, que cuando en entrado en tu blog, y he leído tu poema a Las Cigarreras; enseguida me he dicho ¡aquí hay mucho arte!, y no me he equivocado. Una vez leída esta magnífica entrada, te digo de corazón que ha sido para mi un placer conocerte personalmente, y que tu blog, es un orgullo para la red, y al que nunca dejaré de visitar.
    Nos veremos.
    Un abrazo.
    Manuel.

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  9. Solo decirle de la foto del Nazareno y el niño que era su hijo el más pequeño de una larga prole, ella se llamaba Luisa y era mi bisabuela

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