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viernes, 30 de mayo de 2014

MUERE MAYO


Muere mayo y concede en las alturas
al sino caluroso del verano
-rabioso Febo en sus temperaturas-
el cetro del sofoco y el secano.
Nácar triste, promesa de sosiego,
pleamares amarillas, donde el grano
doblega el tallo, inclinación que luego
va endulzando el ocaso de la espiga
que cede por el peso de su ego.
Hiere mal este cíclope, atosiga,
tiempo de anticiclón y de azotea,
barreno de pasión que desperdiga
ese blanco jazmín en flor, que ondea
al viento el jaspe de su plata fina.
Bellísimo blasón de su presea,
bandera elemental de su doctrina,
encanto y alegría de su huerta,
frescura de la parra, marquesina
que adorna la esmeralda de su puerta.
Se vela en su color la vara verde
 y Pandora del sueño se despierta;
brutal esta canícula que muerde
al uso peculiar de su maldad
y exige al  hemisferio que recuerde
cuatro desgracias de la humanidad,
a saber, por este  orden de querencia,
hambre, sed,  frío, tristeza y soledad.
¿Quién puede recibir mejor herencia?


¿MUERE MAYO?

Muere mayo y en las fuentes del olvido
menudos gorriones al nidal
regresan, después de haber bebido.
El gato ansía, tras las ramas del rosal

jugoso almuerzo, y como buen bandido
procura el desahogo de su mal,
no mantener las tapas del sentido
pendientes del rugido abdominal.

Feliz perseguidor el que consiga
en lance afortunado acomodarse
los pájaros a salvo en su barriga.

No es pecado mortal alimentarse,
porque aquel que disfrute buena vista
dará cuenta de aquel que se despista.

José Luis Tirado Fernández


domingo, 25 de mayo de 2014

PÁJARO NEGRO

LA CAITA

                María Ángeles Salazar Saavedra 'La Caita',gitana extremeña nacida en 1964  que comparte ADN flamenco con la familia de Porrinas, que se prodiga poco en sus actuaciones y que no está dentro de los circuitos comerciales del ámbito de promociones, subvenciones, etc.… y desde luego, estoy seguro de que porque ella no lo quiere, porque según mi opinión se trata de una gran intérprete, con jondura y capaz  de acometer cantes por derecho, ya que sin ser un cantaora larga, al menos no conozco esa faceta, posee un rajo y un dominio de los altos que me recuerda los matices de Macanita. Es referente claro de los jaleos y los tangos extremeños, cuyo primer certamen ganó.



LATCHO DROM

                Tony Gatlif, más recordado por haber dirigido “Vengo” (2000) protagonizada por Antonio Canales y en la que La propia Caita interpreta unos tangos llamados “La calle del aire” la dirigió. Se trata de un documental de 1993 galardonado en el festival de Cannes y dedicado al pueblo gitano, su música y su danza, desde la India hasta España, donde aparece nuestra trianera Remedios Amaya, en el que La Caita interpretó un tema llamado “Pájaro negro”; esta es la letra:


Ay, tú eres una cigüeña

que rozó la tierra.

Yo soy un pájaro negro

caído en ella.

 

¿Por qué me escupes en la cara?

Qué más te podía hacer ser yo

que por ser morena y gitana?

 

Que más remedio compañera

que por ser morena y gitana?

 

Desde Isabela La Católica

Desde Hitler hasta Franco

fueron víctimas

de sus guerras

toitos los gitanos.

 

Algunas noches

Algunas noches

como otras noches

me muero de envidia

viendo como acaricias

a tu perro.


 

             A algunos de los seguidores de los hermanos Amador, Raimundo y Rafael, y de quienes yo me declaro ferviente admirador, les resultará familiar, por haberla visto con anterioridad en este vídeo, que grabó con ellos, en este caso, acompañándose de la guitarra. Aparecen, jovencísimos todos, varios trianeros de lujo,  un Bobote de pobladísima cabellera, un Rafael el Eléctrico -más que nunca- un Changuito inspiradísimo y genial, y una Carmelilla Montoya pa´comersela -que en este tramo no aparece-, poniendo la pica del Pirolo allí donde la concentración de arte trianero lo requería.

                Y para los muy sevillanos, señalarles como emotivo en este video el paseo que Raimundo se pega por el jueves, hace ya un montón de años y en el que aparece la  casa de los artistas y su patio, encontrando todavía ocupados los pequeños talleres que allí se ubicaban.

 



José Luis Tirado Fernández

sábado, 17 de mayo de 2014

OIDO EN LA BARRA DEL BAR ( VI )


                Cuando era un niño, mi primer trabajo fue arrear una mula. Iba con ella repartiendo pan a domicilio; el animal sabía el camino de memoria  e incluso se iba parando por sí misma en cada puerta. La vara que yo llevaba en la mano no era para el arreo, era para espantar las manos que intentaban llevarse alguna pieza de las angarillas…
***
                …El Lequi llegó a su casa después de dos días de juerga y le dice a su mujer: “He estado descargando un camión” -¿Cómo, descargando un camión dos días? –Sí, mujer, es que era muy largo, fíjate si era largo que se ha tenido que volver a Madrid marcha atrás…
***
                A la orilla del río, garbanzos verdes, que buenas lagartijas son las mujeres, yo no me aparto, que también son los hombres buenos lagartos…
                No tengo vicio ninguno, nada más que el del tabaco, y una manilla as las cartas y el demás tiempo borracho… y las mujeres me matan….
                Mi suegra a mi no me quiere porque no tengo carrera… en mi casa tengo un galgo, que lo coja cuando quiera, que yo pa´ corré no valgo…
***
                Ése sí, ése era un médico del pueblo. En la época de la escasez entraba en una casa a curar  un enfermo, cobraba una peseta y casualmente, se le caía del bolsillo una moneda de cinco duros…
***
                En el año cuarenta, aquello tuvo que ver… la gente con los palos empinaos… a causa de no comé… dejaba el burro en la calle, se echaba a dormir la siesta, con cuchillos y navajas, vienen y lo despiertan, y el borrico salía dando patás…



José Luis Tirado Fernández      

viernes, 9 de mayo de 2014

LETRAS FLAMENCAS


Unas

Al campo, niña, que ya es de día,
va estrenando ilusiones el alma mía,
y el balanceo
 que te doy en la bamba
te da mareo.

De volantes tu falda y en vendavales
se recrea mi vista cuando tú sales,
que yo a los vientos
agradezco en el alma
lo que estoy viendo.

Olas de rizos blancos tu enagüillas,
son de las malas lenguas la comidilla;
con el festejo
que no notara nadie
que te cortejo.

Si tú me amaras,
la flor más bella
que yo regara.

Otras

Los metales de tu voz,
arietes que desmoronan
los muros de Jericó.

Porqué no llega el cartero
a traerme la encomienda
de la mujer que más quiero.

Pasa este cáliz de mi,
maresita de la O,
mi pena no tiene fin.

Calores del mes de abril,
mocitas de la plazuela
con el cántaro al cuadril.


José Luis Tirado Fernández

sábado, 3 de mayo de 2014

LOS CUADROS DE GENARA BARRANQUERO





                Me enseñó algo que no sabía. Cuando se pasa de los cincuenta, uno se cree viejo y sin nada que aportar, y piensa que a partir de entonces, se debe dedicar el tiempo a las sopas y el buen vino. Me enseñó, y ahora lo sé, que mientras late la caja de cambios y fluye la sangre presurosa, uno es un niño y que a veces son más las luces que antaño, y que la experiencia aporta mucho más de lo que calculamos, porque para algo tiene que servir lo vivido. Me mandaba un millón de besos en cada escrito, me descubría un futuro posible que yo ni adivinaba, por lo lejano, me decía en cada mensaje que lo que poseemos debe servir también a los demás, y compartirlo, y que jamás debe quedarse en el tintero, o como en este caso, en la paleta, y hacerlo flor, y barro y tejas, y sol y soles, y sentimiento, y destinarlo no sólo a sentirnos mejor sino también a entregarlo a los demás.
                Esta niña de ochenta y tres años, me sigue enseñando hoy, que los seres humanos somos más allá de nosotros mismos, más allá de nuestra vida y nuestra obra, una proyección sobre los que amamos, incluso con los que ya no están, y que hay algo más allá de tener un hijo y plantar un árbol.          
                Me envió, hace algún tiempo, estos cuadros que hoy inserto en este blog, para que todos puedan verlos. Decía:

Son nueve los que llevo pintado, si no van me lo dices para repasarlos, a mis ochenta y tres años le faltan días, y sin haber cogido nunca un pincel, eso me lo puso Dios en mi camino  para salir del pozo donde estaba,  eso le debo a Dios, pues hace más llevadero mis días, además de tener un solo ojo pues me entró hace un año una enfermedad macular degenerativa.”

              Uno se siente tan pequeño, tan poca cosa junto a estos gigantes anónimos que conviven con nosotros, que respiran el mismo aire, que pasean por nuestras calles y beben nuestra misma agua, que a veces nuestra capacidad artística se nos antoja tan simple y anodina, tan incapaz de conmover el alma de nadie, de tejer una sonrisa, de fraguar una lágrima, que aflora la duda consecuente de si tendrán algún valor. La de Genara, pueden apreciarla aquí. Ella se la atribuye a Dios.



Con un millón de besos te recibo
cada vez que tu nombre, pinturero,
encuentro alborozado en el  rimero;
y al mar de gentileza que concibo
como obsequio de este mundo que suscribo 
y embellece esta morada.Trovero
 me sentí,  siempre que tu lucero
surgía tal y como lo describo
en la magia del negro sobre blanco.
¡Sublime edad la tuya, majestuosa!
Enseñanza notable, que apalanco
para dar a los míos, jubilosa
muestra de humanidad a la que arranco
su dulce fuerza,  su ánima amistosa.















Grande.






José Luis Tirado Fernández