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miércoles, 7 de enero de 2015

EL “LIGAO”, UNA DEMOSTRACIÓN DEL MANEJO DEL COMPÁS

                   En este blog, con anterioridad, tratamos de dar una opinión personal sobre lo que significan los tercios en el cante. Aquí:


                   Viene a cuento porque en el "ligao", que es el tema a tratar en esta entrada, los tercios tienen una importancia fundamental ya que lo que se liga cantando, precisamente, son los tercios, modificando la estructura del cante, uniendo, dos o más en algunos casos, o encadenando en un solo tercio toda una estrofa, como en esta soleá del Zurraque que nos dejó Antonio el Arenero,

Si a ti te quiere tu mare
                                                 y a mi me quiere la mía                                                
y a ti te quiere de noche
y a mí de noche y de día.

quien la realiza sin respirar, de un tirón, es decir, en un solo tercio.


                ¿Se "istingue"? Pero, como casi siempre, como paradigma del cante, cito a Tomás

Amapolas de un trigal
corté flores de un almendro
y amapolas de un trigal
y comparé sus colores
con los tuyos, soleá,
cuando me hablas de amores


1:08 Convierte dos estrofas en un tercio, sin respirar.
1:23 hace lo mismo en la ”e” de “colores” en una hermosa escala.

                   Por lo general, todos los cantaores ligan, aunque se den casos y casos; hay otros que se lo tragan, suave, profundo, y otros que se paran. ¡¡¡Pero pararse hay que pararse!!! Claro que sí, amigo, me has pillado, pero pararse cuando se debe, porque hay primeras figuras, y no señalo, que se paran cuando no deben, a verlas venir (compás). Y están ahí, viviendo de eso. De otros se dice que ligan poco; a lo mejor es que no tienen esa capacidad, o, en honrosos casos, cargan toda la melodía en medio de las estrofas. Eso tambien es cantar bien, pero, personalmente, prefiero el “ligao”
                   A veces, se puede ligar con una frase que no corresponde a la estrofa original, alguna palabra suelta, óles o un embuste; tenemos un ejemplo en estos fandangos de Caracol, en los que suelta un “porque” de su propia  cosecha entre los dos versos “Carmen la portuguesa (liga en 1:20) los lleva p´acá y p´allá…” El que puede, puede.


                   Tres elementos fundamentales tienen que darse para mantener un “ligao”; en principio, la capacidad pulmonar, la melismática y sobre todo, un  sentido rítmico, lo   que en flamenco, por lo general, suele llamarse “tener compás”, y que para hacer estas cosas, en los “ligaos”, como dice el título de esta entrada, hay que disponer de esa habilidad, un absoluto control del manejo del compás, porque hay algunos que se pierden en el adorno desmesurado y entran tarde, mal y nunca.
                   Ha habido, a lo largo de la historia del flamenco, muy buenos maestros del “ligao”, como Carbonerillo, Vallejo, Terremoto en su soleá, ay, ay, y tantos otros, como, por supuesto, Pastora. A ver qué piensan de ese “no” 0:37 que borda entre “que te quería no lo niego” ¡Qué difícil!


                   También se “istingue”, ¿o no? Lo mejor de la historia. Pues eso. Y como siempre, recuerden que estas entradas son visiones particulares, sin intención didáctica alguna y responden a opiniones personales.

José Luis Tirado Fernández

1 comentario:

  1. Mi enhorabuena, José Luis, por esta interesante y didáctica entrada. Magnífico trabajo.....como siempre.
    Un abrazo.

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