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jueves, 26 de marzo de 2015

ROPILLA


Cantaba la Niña de los peines:
“En venta yo,
mi ropita en venta, mare,
¿quién la quiere comprar?
que te la vendo por poquito dinerito,
mare, la endiño fiá.”

Nunca presumo yo de eso:
mi camisa es de Villela,
con los botones de hueso.
***
Se lo imploraba a mi musa
y me inspiraba mirando
los ojales de tu blusa.
***
Se te pegó en el corpiño
la paja de aquel granero
donde me diste cariño.
***
O tiene pecas el cielo
o son lunares celestes
los que tiene tu pañuelo.
***
Al resguardo de mi abrigo
permanecen las candelas
de sol que se fue contigo.
***
No tires por los jardines
que se emborronan los folios
blancos de los calcetines.
***
La fuerza del aguacero
me dejó como un pestiño
las alas de mi sombrero.
***
Mariquilla, estate quieta,
déjate de travesuras
que me arrugas la chaqueta.
***
No sé quién me creerá,
pero el Domingo de Ramos,
me visto por soleá.


José Luis Tirado Fernández

martes, 24 de marzo de 2015

QUEVEDILLAS




No hay mejor literatura

que aquella que te divierte,

la que en sonrisas convierte

el rictus de la amargura.

 La que en sutileza advierte,

la que al cabo es travesura

y es exacta cuadratura

del circulo de la muerte.

***

Gran bohemio, mal vecino,

manirroto y suntuario,

buen poeta, propietario

del don de lo libertino.

No te arriendo tu destino,

pues temo mucho, Rosario,

que necesite a diario

el favor de tu chumino.

***

Echaba penas al viento

si no acoplaba la cuenta,

y cantaba las cuarenta

a la ocasión del momento.

Su liberal pensamiento

era un foco de tormenta

y una brújula sedienta

su culo de mal asiento.

***

Funámbulo y pendenciero

compañero de la aurora,

corazón que se enamora

sin fundamento certero.

Callejón del tinajero,

corral de la cantimplora,

no corta el mar, sino llora,

si a hueco suena el caldero.


***

Era una noche estrellada

y sin embargo, llovía;

en una alberca vacía,

una mariposa, nada.

A eso de la madrugada

cuando más bebido había, 

salió de la sacristía

con la bragueta mojada.

***

Despertóse el malhadado

dentro de una mancebía

y el  polvo que lo cubría

era un polvo bien pagado.

Oh, príncipe del pecado,

héroe de la picardía,

muera yo, también un día,

de ese polvo enamorado.

***

En dónde, ¿dónde andará?

¿por dónde se fue la luna

pues en ella su fortuna

colgada en su cuerno va?

Temprana la soleá,

en su llanto desayuna

el zumo de la aceituna

con los panes de Alcalá.

José Luis Tirado Fernández

martes, 17 de marzo de 2015

CANTAORES VIEJOS


                Esculpen en los oídos estrépitos de tormenta concebidos en los golpes del cincel de su frecuencia; los viejos alzan el macho y el candil de la experiencia, maldicen, miran de reojo, levantan la ceja izquierda, suspiran y se acomodan,  se paran, buscan, observan, ven de soslayo las caras, y si nada les molesta, adornan con su quejío la premisa de la fiesta.
                Los cantaores viejos disimulan lo que cantan, pero cantan lo que piensan, entonan letras de hiel, no guardan las apariencias,  reniegan resueltamente del entorno hostil, recelan del halo presuntuoso de quien paga las bandejas, desdeñan el pan que ganan cuando amarga la corteza, así que el hambre les doble y las tripas les retuerza.
                Por eso, con el primer temple, importan, venden la pena, arrancan sin previo aviso, vista al cielo, suplican, ruegan;  en los pliegues de los párpados añejo dolor encierran, y en los surcos de la frente saber de pasadas épocas.
                Salen, y cuando salen,  con la garganta y la lengua, manifiestan su caudal, invocan su parentela y se acuerdan de sus muertos hasta que por fin asientan en el compás del bastón sus  voces de plata vieja.


José Luis Tirado Fernández

lunes, 16 de marzo de 2015

TESTIMONIO GRÁFICO. MANOLETE EN LA FERIA DE SEVILLA



                Esta foto me la facilita Manuel Benítez, ilustre novillero, flamenco y sevillanista donde los “haiga”. Está tomada a mediados de los años cuarenta en la Feria de Sevilla. Los personajes que aparecen a su alrededor, populares y cotidianos en el real, son, según me cuenta Manuel:
Con el número 1, Pepe Benítez, su padre.
Con el 2, Pepe Valencia, el saetero de la Hermandad de los Gitanos, cuyo azulejo luce en la calle Cuna.
foto del blog “Esa Sevilla”
Con el 3 el famoso “Conde de las natillas”, José Martínez López, maestro confitero de “La Campana” y componente de la peña humorística “Er 77”
 
imagen del blog “Desde mi torre cobalto” de Emilio Jiménez Díaz.
Con el 4 Pepe Cordero “El corbata”, gandinguero del mercado de la Encarnación y con el 5, “El Loqui”, pescadero del mismo mercado.


domingo, 8 de marzo de 2015

EL VIERNES, DARÉ EL PREGÓN DE LAS SIETE PALABRAS

En el Círculo Mercantil, calle Sierpes 65, pronunciaré, Dios mediante, el Pregón de las Siete Palabras. Agradeceré su compañía a todo aquel que, no teniendo nada mejor que hacer, decida presentarse en el salón de actos, a las 20.30. Va a salir bonito.