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jueves, 28 de mayo de 2020

CAFÉ DEL BURRERO (Primera parte)


Dada la profusión de datos, imágenes, reseñas, chismes, etc. que ha producido el interés por el café del burrero y la figura de su dueño y ascendencia de su titulo, Manuel Ojeda Rodríguez, se comienza por un primer capítulo dedicado a su vida y a la academia de baile y posterior café cantante situado en Tarifa Número 1.

LECHE DE BURRA

                En los años sesenta a los chavales nos vendían en los kiosquillos unas pastillas blancas, como aspirinas, que tenían un sabor característico –nunca he vuelto a saborearlo-, dulce y pastoso, y que costaban una gorda, que era la décima parte de una peseta, al cambio, es curioso comprobar que por una monedita de un céntimo de euro nos podríamos comprar 16 pastillas. Es decir que en la actualidad, no podríamos comprar una sola pastilla porque no existe moneda lo suficientemente pequeña. Ni existen dichas pastillas.
                Leyenda es que, Cleopatra, Popea o Napoleón tomaban baños de leche de burra, por sus propiedades cosméticas, aunque es su valor alimenticio lo que en esta ocasión nos interesa, puesto que se le suponían cualidades  contra la tisis, purificador de la sangre y del sistema inmunológico, como alimento ideal para niños…


                No llegué a conocer la venta ambulante de esta leche, aunque he visto algunas fotos de los vendedores, que tenían su propio pregón y que ordeñaban a las burras en plena calle en la vasija que le entregaba el comprador.

Arre borriquito, arre burro arre,
anda más deprisa que llegamos tarde.

                Uno de ellos, el necesario para el germen de esta entrada, lo fue Manuel Ojeda, apodado por dicho motivo “El Burrero”.

MANUEL OJEDA RODRIGUEZ

                Fue un sevillano de la Macarena, del mismísimo arrabal y bautizado en San Gil, estaba vinculado a las familias que en aquellas fechas vivían de las huertas cercanas, entre las cuales se encontraban la huerta de la Carrasca, de la Bachillera, de la Coja, del Cerezo, etc.
 
 Esta foto está tomada desde la Torre blanca, y pueden apreciarse unas casas que estaban construidas por fuera de las murallas, conformando la calle Andueza, hoy inexistente. Arriba, a la derecha, se aprecia parte del arrabal macareno. Sitios que pateaba Manuel.
  
                Sus padres, José y Dolores, casados desde muy jóvenes, durante la ocupación francesa, vivían de alquiler en casas de vecinos y habitaron los números 5 y de 6 de la calle Hornos, (actual Torrigiano) y el 24 de Limones (actual Esperanza), donde criaron a sus hijos.
                Manuel era el menor de cuatro hermanos. Su hermana Josefa era dieciséis años mayor que el, y en plena niñez de Manuel estaba casada y asentada en el arrabal. Su hermano José sirvió en La Habana, en el Regimiento de Infantería Isabel II; cambió el campo por la albañilería y, tras la muerte de su padre, se hizo cargo de su madre y se alojó junto a ella en el 5 de la calle Pozo, amancebado con Antonia Martínez, con quien tiene un hijo, llamado Manuel, como su hermano menor. Joaquín, tres años mayor que él, también cambio el oficio del campo por el de herrero, y como su hermano José, habita en la calle Pozo tras la muerte del padre.

PASION POR CONCHA

Cada vez que nos miramos,
yo no sé por qué será,
se le pone a esta flamenquita,
la carita colorá.

                Se conocieron de niños, en el mismo patio en que  habitaban sus dos familias. Ella era del arrabal también y juntos vivieron, hasta que los separó la parca, toda una vida de dichas, desdichas, éxitos y fracasos y un amor hasta el final. En el viejo barrio, dio su amor el fruto en 1954, en que nació José, su primogénito.
                En el verano de 1856 se produce un brote de cólera morbo asiático. Manuel decide llevar a su familia a lugares más a salvo de los focos de infección. Un día entró en la humilde vivienda y le dijo a su mujer: ¡Nos vamos! y no la dejó llevarse ni la talega del carbón.

SALTO DE CALIDAD

                Algo bueno en lo económico debió pasar en la vida de Manuel, porque de habitar las casas de vecinos extramuros húmedas, insalubres y oscuras, arrienda un partido en San Juan de la Palma y en 1860 están habitando el número cuatro de la calle Plata, en pleno centro. Esta calle, hoy desaparecida, era una estrechez entre la Campana y la plaza de Villasís, teniendo allí una puerta de servicio el Novedades, siendo este edificio aún, en estas fechas,  residencia de una acomodada familia sevillana.

En esta foto de la Universidad de Sevilla, de 1923, puede apreciarse el edificio anteriormente mencionado y la calle Plata, a la izquierda del mismo. A pesar de tener el Novedades fachada a la Campana, su dirección era Santa Maria de Gracia, 7, porque seguía la línea desde el comienzo de la calle en Tarifa hasta su final en Pasión. En mi modesta opinión, se debería haber derribado y no volver a construir sobre el solar en que descansaba la torre porticada. La Campana sería una gran plaza.

En la calle Plata, aqui rotulada como Martin Villa, en el Número 4, resaltado en rojo, vivió Manuel Ojeda en los sesenta. Obsérvese en rayadillo el proyecto de ensanche.
                Ese año (1860) constan como solteros, y en marzo de 1861 alumbra Concepción una hija en marzo, asentándola en San Andrés como Concepción Josefa.

                Se mudan de barrio, posiblemente al abrigo del éxito económico de Manuel, a la calle Palmas (Jesús del Gran Poder), donde residen desde 1869 hasta 1872, teniendo como vecinos a los Marqueses de Esquivel, por la derecha, y al Conde del Álamo, en la acera de enfrente. Viven con sus hijos, José y Salud, una sobrina de Concha, Pilar, y una sirvienta de Fuentes de Andalucía. Tristemente, no aparece su hija Concepcion Josefa, nacida en 1861, seguramente fallecida.


En las casas del fondo estaba el 45, donde vivian Manuel y su familia. Las dos fotos, una de aquellas fechas y otra actual, están tomadas desde la esquina de la calle Potro, donde vivia Silverio.
                Existía, allá por los comienzos de los setenta del XIX, un café cantante situado en la Plaza de Argüelles (San Pedro) llamado La alegría. Curiosamente, Manuel vuelve a mudarse, en 1873 a dicha plaza. ¿Cerquita del negocio? Una incógnita. En la guías aparece a nombre de González, Manuel.
                En 1875 vuelve a mudarse, muy cerca, a la calle Dormitorio de los descalzos, a una casa de pisos muy robusta y elegante. Allí conviven junto al matrimonio y sus hijos, Antonio y Pilar, sobrinos de Concha, hijos de su hermana Dolores, y su hermana Rosa, junto a su hija, Ana Nieto Estévez.
                Aparece su hijo José redimido de quintas a metálico, constando el valor de lo que pagó Manuel 8.000 reales (2.000 pesetas), siendo que unos años más adelante se rebajó dicha cuota a 6.000 reales. Esta cantidad en esa época había que tenerla, era una suma importante, teniendo en cuenta que una suscripción al periódico “La Andalucía” servida a domicilio durante un mes costaba diez reales.



Hasta 1878 aparecen en dormitorio 3.

FRENÉTICO

1885 Manuel vende en Córdoba

                Si Franconetti plantó tienda en Córdoba, Cádiz, Badajoz, tuvo sucursal en Amor de Dios (Variedades) y para aliviar la canícula montaba su café de verano en la Alameda, como he podido leer en el libro de Vázquez Morilla “Silverio y los Fillo”, Manuel Ojeda no se quedó atrás en sus ínfulas comerciales; si las sospechas sobre el Café de la alegría, el teatro de San Pablo, el teatro Romea del arrecife fueran ciertas, sumadas a las del café sin techo, posiblemente ubicado en el mismo lugar, el Burrero de Tarifa 1, el de Sierpes 11, dejó atrás al de la Alfalfa, ya que queda demostrado que arrendó el café de la Bolsa de Madrid para poner otro “Burrero”, con el resultado que podemos leer.

                En 1916, en ese artículo tan bien documentado de ”El Heraldo“ de Madrid, más de treinta años después, se atribuye a Manuel Ojeda la gestión del teatro de La Bolsa, en la época en la que triunfaba Juan Breva, tanto por malagueñas como en intervenciones en zarzuelas, a  finales de los setenta del XIX, ya que en 1880, estaba colocado en “El Imparcial”
Y era verdad, esta reseña lo confirma
1882 14 may. la correspondencia


Y aparecen sucedáneos:


1880 JUAN BREVA Y PACO DE LUCENA

Silverio ya habia actuado en el local

                

1882 13 JUN LA DISCUSION ALTERCADO CANTAORES


Y  después de dejarlo Manuel Ojeda, siguieron las peleas... y el flamenco

1883 24 ABR EL IMPARCIAL PELEA EN CAFE TEATRO
              Y es que los locales de flamenco siempre han gozado de mala fama.. hasta el de Silverio. 
DiARIO DE CORDOBA 1882 octubre 8 CAFE SILVERIO

EL COPYRIGHT DEL BURRERO


         Puede resultar que la relación comercial entre Silverio y Ojeda pertenezca a la literatura de Muñoz Sanromán. ¿Quién coño es Frasquito el Manga? ¿Dragon ball? La sospecha es que Manuel coge el traspaso del local, entre 1881 y 1882, Franconetti se va con la música a otra parte y ahí, justo ahí, empieza la leyenda del Burrero. Y, por dar al César lo que es del César, me apuesto un litro de sangre que a partir de ahí se llamó "El Burrero". Los testimonios sobre la sociedad de ambos empresarios y su diferencia de criterios con respecto a lo artístico y lo comercial, debe quedar al buen entender del lector. Emprendedores ambos, aunque el tipo de negocio que proponían, y dada la cantidad de alcohol que se consumía en esa época -como en casi todas- y la profusión de armas de fuego que existía, no propiciaban ambientes para relajarse y meditar.

         Pero El Burrero era El Burrero y su huella, nítida y brillante, ha llegado hasta nosotros con fuerza. y Silverio cantaría como cantara, que yo no lo sé, y a su salón acudía la flor de la intelectualidad y la nobleza, puede ser, pero El Burrero es distinto y personal, y hasta la Niña de los Peines se arrogaba haber actuado allí. ¿Fechas? Imposible. Pero así lo aseguraba en 1931 en la revista Crónica.





         Comencemos  con la historia del local, Tarifa número 1. Parece ser una division del antiguo convento de Santa María de Gracia, que en 1771 tenia este aspecto






En 1841, según José Velazque Sánchez, se arrendó parte del convento, claro que la más próxima a La Campana, así pudo quedar en la esquina contraria el local al que dedicamos este estudio.


         Se asegura que Don Miguel de la Barrera, antequerano nacido en 1814, ocupó el local desde 1845, y puede ser, aunque hasta 1850 no aparece en los padrones, como maestro de baile. Este documento nos aporta algunos datos.



Nos da noticia de "La escalerilla", nos informa de que se trata de un primer piso y de que allí se dan clases de baile.

         En esas academias llamadas de palillos o de boleros, se habilitan espacios para que los extranjeros que acuden a Sevilla puedan presenciar los “bailes del país”, y subsiguientemente, y por un módico precio, ofrecerles algún refrigerio, y como veremos más adelante, hasta pescado frito y marisco.
         En 1853 Don Miguel y su hermano Cayetano tienen un salón de baile en Trajano, 19, llamado "Salón de Oriente", que ya en 1852, organizaba eventos


                     Y en Tarifa 1 hasta 1855 no aparece Don Manuel de la Barrera, sevillano del barrio de la Feria, nacido en 1821, también maestro de baile y sin parentesco conocido con el anterior maestro. Permanece hasta 1862, y, lo mismo que su antecesor, en 1866, regenta el “Salón de Oriente”, Trajano, 19. Ignoramos si fue traspaso o sociedad.

         En 1864 en la guía del ferrocarril Sevilla Cádiz aparece una reseña sobre salones de baile en Sevilla


         Y en 1865 el titular es Luis Botella, malagueño nacido en 1835, a quien cita Gustave Doré en su relato decimonónico:

<<Después de haber seguido la calle de las Sierpes, entramos en la calle de Tarifa; La primera casa a la derecha era precisamente el asiento de la academia de baile.>>

                                                                      
pero don Gustavo comete un error: viniendo de Sierpes, el uno de Tarifa es la última casa de de la derecha. En fin… por él sabemos que el sitio se llamaba entonces “Salón del Recreo”; ignoramos si lo bautizó Don Luis o alguno de los Barrera, sus antecesores. He leído que Silverio lo rebautizó como “La Escalerilla”, pero sospecho que siguió llamándose “Recreo” hasta la llegada de Manuel Ojeda. En 1869 sigue en el local Botella, por lo que la afirmación de que Franconetti lo alquiló en 1871, cabe, si bien, en esas mismas líneas leidas sitúan su café de Silverio en la Cuesta del Rosario??

PASEN, SEÑORES, PASEN
        
         Apenas fue abandonado el convento, en 1841, no tardó en renombrarse varias calles de la capital. Santa Maria de Gracia se acortó, y Tarifa se rotuló desde la esquina de la calle Unión (hoy Javier Lasso dela Vega) prolongándose por lo que había sido parte de Carpio, hasta desembocar en la plaza del Duque. Actualmente, se mantiene el trazado. He leido situar "El Burrero" en Amor de Dios, que sería la calle que continúa desde Tarifa hasta la Alameda. He leido Tarifa esquina a Amor de Dios, tampoco correcto.

                Se trataba de unas dependencias del convento, dividido como antes se ha citado, Tenia un local en los bajos, que fue utilizado a lo largo de la segunda mitad del XIX, como gimnasio, taller de marmolistas, viviendas, etc., por lo tanto las dos plantas superiores debieron ser amplias, a pesar de que el acceso era un portal donde estaban los urinarios y del que partía una “escalerilla” por la que se accedía a los salones. L.Ibargüen, en la Unión Católica, nos da esos detalles: 

                <<Para llegar al café, hay que subir por una escalera estrecha y muy pina, desde la cual se percibe ya el olor a los máriscos, el humo de los cigarros y el ruido del guitarreo, de las conversaciones, de los cánticos y de algunos descompasados gritos.>>



                   No tenemos constancia del año en que fue derribado el edificio, posiblemente a primeros del siglo XX, y sobre el solar fueron edificadas dos casas de pisos. La más próxima, el Número 1, sigue la misma línea de fachada.




              Y la vida sigue... son alrededor de diez años los que Silverio permanece en dicho local, alternando actuaciones y otras actividades dentro y fuera de Sevilla, hasta que en 1882, como anteriormente se refiere, está instalado en la calle Rosario. 

             En 1889, Manuel Ojeda anuncia su local de Sierpes 11 y Pasión 11 en la Guía de Sevilla, en las secciones de “Salones y maestros de baile” y en la de “Café cantante”, aunque sabemos que siguió abierto el local de Tarifa 1, por la siguiente noticia:

1894 Diario oficial de avisos de Madrid 
              Ese año, 1889, el de la muerte de Silverio, la vida asesta a Manuel una mortal puñalada: muere su hijo José, según consta en las defunciones de dicho año, en Octubre



              Manuel se aferra al cariño de su mujer y su hija Salud, y sigue creando riqueza y empleo, luchando contra viento, marea, y la autoridad, que tambien se le cruza.


1886 7 ago. La Palma diario de avisos
1890 4 jun cierre del burrero
1892 11 nov. BURRERO DETENCION DELINCUENTE DIARIO DE CORDOBA

EL BURRERO EN SIERPES, 11

                     

El Convento de Pasión, (86) y el de Santa Maria de Gracia (87)
Plano de Olavide
                   En el Convento de Pasión se encontraba el Casino Militar en 1885

                 Pero en 1888 se habia mudado


                Y en 1890 Manuel anuncia sus dos salones



                  Pero, ¿dónde se ubicaba exactamente el Burrero de Sierpes? Fernando el de Triana, al que se le van cogiendo renuncios al cabo de los años, decía que era tan amplio que se celebraban hasta becerradas en sus salones. De verdad, debió ser enorme, pues tenia salidas por Azofaifo y  Pasión. Galerin lo reseñaba en 1931 en El Liberal





LA BIBLIA EN PASTA

                          El 29 de junio de 1945, Manolo Caracol, en una entrevista muy salada para el diario ABC, señalaba el sitio exacto donde se ubicaba el Burrero de Sierpes: 



1934 Manolo Caracol y Niño Ricardo en el Tomillar

                        Lo de la "casa contigua al desaparecido Olimpia" justifica por sí solo la situación de Tarifa 1. Es seguro. Una pega. Señó Manué no se fue a la calle Sierpes, sino que puso allí una sucursal. En cuanto a lo del frontón, hemos hallado la confirmación en una página sobre raquetistas. En 1935 se celebraban competiciones femeninas. Tambien nos aporta una idea de sus dimensiones.

1935 FRONTÓN EN SIERPES, 11


Esta placa está colocada en Sierpes
Esta es la calle Azofaifo en la actualidad. La parte izquierda eran los muros del convento. Después del frontón, nos consta un cine en el mismo sitio, con salida a Pasión.


Esta calle, rotulada en la actualidad como Rafael Padura, nos muestra la pared de la derecha y el edificio de enfrente, pertenecientes ambos al convento. Dentro del edificio, que albergó durante nuestra juventud el bar y discoteca "La Reja", se conservan restos de las arcadas del convento de Pasión.


FOTO DEL DIARIO ABC

Estos son los arcos del convento y por tanto, de "El burrero". Puede apreciarse el piso construido para dar dos alturas a los amplios espacios conventuales Foto de ABC
LOS ARCOS DEL BURRERO




                  Aquí residian, en 1895, Manuel Rodriguez Ojeda y su familia, el matrimonio, su hija Salud y una sobrina de Concha llamada Ana, de la misma edad de su hija. Poco tiempo, porque el 16 de julio de 1897, la prensa anuncia su cierre, y creemos que definitivo. 


1897 16 jul CIERRE DEL BURRERO

                     Todo tiene un final, pero la vida sigue castigando al valiente Manuel, y en 
veinte días, su mujer sufre un accidente

1897 4 ago ACCIDENTE CONCEPCION ESTEVEZ, DUEÑA DEL BURRERO

                No sabemos si a consecuencia del accidente o por otras distintas, pero el 28 de octubre fallece Concha, el amor de su vida.


1897 28 oct muerte de concepcion estevez

                  Manuel se domicilia en la calle San Pablo junto a su hija y sobrina Ana. Pero no puede con el dolor, y en Enero de 1898, entregado a la bebida, le acaba fallando la razón



CALLE SAN PABLO, 31

FIN

           Como anécdota final, la reseña de un intento de volver a abrir el Burrero, en la prensa de Noviembre de 1897



José Luis Tirado Fernández

(Próximo: la hija del Burrero, artista.
El Burrero en el puente.
La foto de Beauchy, dudas)