Ese que usted ve ahí, Paco, el trajinero, el marido de Manolita, él, de La Algaba, ella, sevillana de la Alameda, Ciegos y Peral, casados y con domicilio en Butrón 19... ¡¿Cómo, pero que dice usted?! ¿Donde vivia con su familia y dicen que nació Pastora?. Pues sí, ahí mismo, en el mismo corral, cerquita de la Puerta Osario y de San Román. Esos son mis tatarabuelos.
Francisco, el último de la fila, el herrero, estuvo preso cuatro años por atentado a la autoridad.
El otro, Salvador, el cuarto de la lista, ése mismo, el que se casó con mi bisabuela Rosenda, el que estuvo en Cuba y regresó forrado de oro y tenia tierras de cultivo en la Cartuja. Si, el mismo que aparece en la lista de pasajeros de la isla de Ellis en 1905, el dueño del anillo con el indio Jerónimo y sus plumas en oro y piedras preciosa ¿Dónde andará?
El Cantaor largo siempre se ha
entendido que es aquel que toca más palos o la totalidad, cuestión inasequible
en el cante. Mayormente por los localismos. Lo contrario,los cantaores cortos, han existido siempre, pero por respeto nunca se les ha
señalado ni han sido referenciados por ello.
Lo mismo con cantaores que
dedicaron su carrera a cantar por Caracol o Camarón. Y a algunos les ha ido
muy bien, y grabaron mucho. De Camarón ha habido bastantes. Algunos siguen viviendo
de su estilo. Sobre Caracol, me viene al pensamiento el nazareno José Collantes
de Terán, un cantaor que, a pesar de de dominar los estilos soleareros alcalareños,
tuvo cierta repercusión por su parecido en la voz con Manuel Ortega Juárez.
Para el anecdotario, debutó en
la Bienal a los 77 años. Murió en 2018. Tuvo incluso los seguidores que le
proporcionó esa imitación de cantes caracoleros, y por lo que fue más conocido.
DE
SEVILLA, SEVILLANO
Antonio Pérez Guerrero nació en
Sevilla, en San Julián, pero su familia se trasladó cuando tenía nueve años a
Alcalá de Guadaira, donde aprendió de Joaquin el de la Paula y de El Curilla.
Pero destacó como gran fandanguero e hizo su estilo inconfundible. Escribía sus
propias letras y alegaba que su fandango se basaba en el apretón final, donde
hacía un gran esfuerzo, tanto de musicalidad como de pronunciación, ya que se resumía
en un solo tercio más de la mitad del fandango. He aquí la muestra.
Acompañado por El Niño Ricardo
EL
FANDANGO DE TRIANA
Algunos lo han calificado de esa
manera. Fandango trianero. Gordito. Yo hablé con su nieta en una ocasión y dejé
en este mismo blog esta entrada:
De su calificación, doctores tiene la ciencia. Pero es de
los fandangos que más me llegan al alma. Es un verdadero puñal, semejante a la
saeta antigua de un minuto. También los creaba Manuel. De verdadero lujo, la
siguiente:
Que es lo que me pasa a mí,
un loco me preguntó
que es lo que me pasa a mí,
el loco a mi me escuchó
y entonces le oí decir
tú estas más loco que yo.
Y como esa, 3.800 más, que debe
custodiar su familia. Una buena edición para los aficionados; ahí debe haber
mucha filosofía y mucha sabiduría escrita. Le vamos a escuchar cantar en el Morapio, donde seguro
escribió muchos fandangos, por ser este el lugar donde paraba. Nostalgia.
Así que el fandango corto, en
realidad es, por lo escuchado, el de más dificultad de interpretación. Pero ya
no nacen creadores como Manuel o Antonio. Y bueno, que yo sepa,
profesionalmente al menos, aquí no sale nadie que se dedique a ello.O será que ya no existe ese público fandanguero de antes.
No
nació en la Trinidad de Málaga, pero sí muy cerca, junto a la orilla del Guadalmedina, en Puerta
Nueva, a tiro de piedra del barrio. Por el año de su nacimiento, 1853, es
candidata a estar en la foto del café cantante de Beauchy. Sin embargo, como
los soñadores deltiempo, yo tampoco
creo que sea la que está sentada en el centro del escenario. A lo mejor es otra
de las presentes, o a lo mejor no está. Esa foto tiene un halo que me asusta.
EL CANTE Y EL BAILE
La
Juanaca, artísticamente, y por las reseñas y testimonios, debió ser la
repanocha. Fernando el de Triana la cataloga como gran intérprete de alegrías
para el baile y soleares. Lástima que no haya dejado ninguna grabación de voz o
imagen, y su biografía está dispersa en internet con más literatura que rigor, asegurándose
en un diario que fue esposa de un hermano de La Mejorana y que tenía un hijo
llamado Jose Monje Escalona???.
Más luz arroja Don Eusebio Rojas en un estudio
sobre los café cantante de Málaga, localizándola en 1920 junto a sus hijos José
y Pastora, cuyo padre era Francisco Rojas, viviendo en Málaga. Pero, ¿Qué fue
de los hijos que tuvo Ángela Juana con Víctor Rojas, Antonio (1879) y Francisco
(1883) y que fueron documentados en este mismo blog? Menos preguntas y más
datos serian convenientes en estos sitios, en los que intentamos datar en frío
a artistas flamencos. Pero la realidad es que nadie tiene, hasta ahora,
noticias de esos hijos. Si se fue a Málaga, ¿se haría cargo Víctor Rojas de
ellos? ¿Murieron ambos?
EL DOLOR
Con
siete años perdió a su padre y su hermana Maria Dolores; su madre, viuda con
veintiséis años, encuentra consuelo en brazos de un pariente, Joaquin Heredia
Romero, con quien aparece en los censos de Sevilla, en 1888, con un hijo
llamado Joaquin Bernal Cortés, sus mismos apellidos.
Juana,
en 1888, vive en el mismo patio que su madre, en Amor de Dios, con una hija,
Eloisa, que suponemos se trata de Pastora, la hija que tuvo junto Francisco
Rojas. Su vida en Sevilla debió ser intensa, suponemos que llegó para actuar en
el café de Manuel Ojeda, y luego
prodigarse en los distintos locales de Sevilla y toda España.
Su último registro, en 1895, lo
hallamos en Butrón, con su hija Pastora. Ignoramos si su hijo José, que aparece
más tarde en Málaga, viviría con su padre y su abuela en la calle Sol. No
consta. Sin embargo leemos que en los años veinte regentaba una taberna en
dicha ciudad, donde su otrora apasionada madre, ya con 67 años, es posible que
ya no bailara.