El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

miércoles, 20 de enero de 2021

MI ABUELITO VENDIA BORRICOS

    Ese que usted ve ahí, Paco, el trajinero, el marido de Manolita, él, de La Algaba, ella, sevillana de la Alameda, Ciegos y Peral, casados y con domicilio en Butrón 19... ¡¿Cómo, pero que dice usted?! ¿Donde vivia con su familia y dicen que nació Pastora?. Pues sí, ahí mismo, en el mismo corral, cerquita de la Puerta Osario y de San Román. Esos son mis tatarabuelos.


    Francisco, el último de la fila, el herrero, estuvo preso cuatro años por atentado a la autoridad.

    El otro, Salvador, el cuarto de la lista, ése mismo, el que se casó con mi bisabuela Rosenda, el que estuvo en Cuba y regresó forrado de oro y tenia tierras de cultivo en la Cartuja. Si, el mismo que aparece en la lista de pasajeros de la isla de Ellis en 1905, el dueño del anillo con el indio Jerónimo y sus plumas en oro y piedras preciosa ¿Dónde andará?


José Luis Tirado Fernández

domingo, 17 de enero de 2021

DOS QUE CANTABAN CORTO

 

                El Cantaor largo siempre se ha entendido que es aquel que toca más palos o la totalidad, cuestión inasequible en el cante. Mayormente por los localismos. Lo contrario,  los cantaores cortos, han existido  siempre, pero por respeto nunca se les ha señalado ni han sido referenciados por ello.

                Lo mismo con cantaores que dedicaron su carrera a cantar por Caracol o Camarón. Y a algunos les ha ido muy bien, y grabaron mucho. De Camarón ha habido bastantes. Algunos siguen viviendo de su estilo. Sobre Caracol, me viene al pensamiento el nazareno José Collantes de Terán, un cantaor que, a pesar de de dominar los estilos soleareros alcalareños, tuvo cierta repercusión por su parecido en la voz con Manuel Ortega Juárez.

                Para el anecdotario, debutó en la Bienal a los 77 años. Murió en 2018. Tuvo incluso los seguidores que le proporcionó esa imitación de cantes caracoleros, y por lo que fue más conocido.

DE SEVILLA, SEVILLANO

                Antonio Pérez Guerrero nació en Sevilla, en San Julián, pero su familia se trasladó cuando tenía nueve años a Alcalá de Guadaira, donde aprendió de Joaquin el de la Paula y de El Curilla. Pero destacó como gran fandanguero e  hizo su estilo inconfundible. Escribía sus propias letras y alegaba que su fandango se basaba en el apretón final, donde hacía un gran esfuerzo, tanto de musicalidad como de pronunciación, ya que se resumía en un solo tercio más de la mitad del fandango. He aquí la muestra.

Acompañado por El Niño Ricardo


EL FANDANGO DE TRIANA

                Algunos lo han calificado de esa manera. Fandango trianero. Gordito. Yo hablé con su nieta en una ocasión y dejé en este mismo blog esta entrada:

http://miflamencoymipoesia.blogspot.com/search?q=gordito

                De su calificación, doctores tiene la ciencia. Pero es de los fandangos que más me llegan al alma. Es un verdadero puñal, semejante a la saeta antigua de un minuto. También los creaba Manuel. De verdadero lujo, la siguiente:

 

Que es lo que me pasa a mí,

un loco me preguntó

que es lo que me pasa a mí,

el loco a mi me escuchó

y entonces le oí decir

tú estas más loco que yo.

                Y como esa, 3.800 más, que debe custodiar su familia. Una buena edición para los aficionados; ahí debe haber mucha filosofía y mucha sabiduría escrita. Le vamos a escuchar cantar en el Morapio, donde seguro escribió muchos fandangos, por ser este el lugar donde paraba. Nostalgia.

                Así que el fandango corto, en realidad es, por lo escuchado, el de más dificultad de interpretación. Pero ya no nacen creadores como Manuel o Antonio. Y bueno, que yo sepa, profesionalmente al menos, aquí no sale nadie que se dedique a ello.O será que ya no existe ese público fandanguero de antes.


José Luis Tirado Fernández

martes, 12 de enero de 2021

JUANACA, AMANTE DE ABRIL Y MAYO

 

 

Amante de abril y mayo,

morena de mi pasión,

te llevo como a caballo

sentada en mi corazón

 

                No nació en la Trinidad de Málaga, pero sí muy cerca,  junto a la orilla del Guadalmedina, en Puerta Nueva, a tiro de piedra del barrio. Por el año de su nacimiento, 1853, es candidata a estar en la foto del café cantante de Beauchy. Sin embargo, como los soñadores del  tiempo, yo tampoco creo que sea la que está sentada en el centro del escenario. A lo mejor es otra de las presentes, o a lo mejor no está. Esa foto tiene un halo que me asusta.


EL CANTE Y EL BAILE

                La Juanaca, artísticamente, y por las reseñas y testimonios, debió ser la repanocha. Fernando el de Triana la cataloga como gran intérprete de alegrías para el baile y soleares. Lástima que no haya dejado ninguna grabación de voz o imagen, y su biografía está dispersa en internet con más literatura que rigor, asegurándose en un diario que fue esposa de un hermano de La Mejorana y que tenía un hijo llamado Jose Monje Escalona???.       

                 Más luz arroja Don Eusebio Rojas en un estudio sobre los café cantante de Málaga, localizándola en 1920 junto a sus hijos José y Pastora, cuyo padre era Francisco Rojas, viviendo en Málaga. Pero, ¿Qué fue de los hijos que tuvo Ángela Juana con Víctor Rojas, Antonio (1879) y Francisco (1883) y que fueron documentados en este mismo blog? Menos preguntas y más datos serian convenientes en estos sitios, en los que intentamos datar en frío a artistas flamencos. Pero la realidad es que nadie tiene, hasta ahora, noticias de esos hijos. Si se fue a Málaga, ¿se haría cargo Víctor Rojas de ellos? ¿Murieron ambos?

EL DOLOR

                Con siete años perdió a su padre y su hermana Maria Dolores; su madre, viuda con veintiséis años, encuentra consuelo en brazos de un pariente, Joaquin Heredia Romero, con quien aparece en los censos de Sevilla, en 1888, con un hijo llamado Joaquin Bernal Cortés, sus mismos apellidos.

                Juana, en 1888, vive en el mismo patio que su madre, en Amor de Dios, con una hija, Eloisa, que suponemos se trata de Pastora, la hija que tuvo junto Francisco Rojas. Su vida en Sevilla debió ser intensa, suponemos que llegó para actuar en  el café de Manuel Ojeda, y luego prodigarse en los distintos locales de Sevilla y toda España.





Su último registro, en 1895, lo hallamos en Butrón, con su hija Pastora. Ignoramos si su hijo José, que aparece más tarde en Málaga, viviría con su padre y su abuela en la calle Sol. No consta. Sin embargo leemos que en los años veinte regentaba una taberna en dicha ciudad, donde su otrora apasionada madre, ya con 67 años, es posible que ya no bailara.



José Luis Tirado Fernández