El
flamenco es contagioso; no se aprende, se contagia; no se enseña, se transmite.
¿Puro? Nunca hago nada por mantenerlo puro, porque a mí me gusta el flamenco
que se mueve y no el de armario y cajón, un producto para ponerle naftalina y
guardarlo. ¿Para qué sirve una cosa que no se usa? Admiro profundamente a los
clásicos, adoro a Tomás y a Pastora, y a todos cuantos han cantado en Triana, pero
esto tiene que circular, y no quedarse agarrotado. Beber de las fuentes, pero
aportar, siempre aportar. Un artista toma una obra ya creada y reconocida y le
pone algo suyo; la cosa funciona –debe funcionar- de esa manera. Unos la calcan
y la reproducen tal cual; los imitadores, los copistas -de los que Bohórquez algo
chanela- abundan en nuestro panorama flamenco, sobre todo en el cante. Otros destrozan la obra, la mutilan o
la deforman y la venden como algo nuevo. Los genios, gracias a Dios, la enaltecen
y a veces la mejoran. El sello personal es lo que distingue a los unos de los
otros. En los tangos del Titi, hay mucho de eso.
Pacheco,
el suegro de Velázquez, enseñaba pintura en su taller; cuando no hallaba
palabras para describir determinado procedimiento, decía a sus alumnos: Hacedlo
igual que mi yerno. Y podría funcionar, pero lo que pintaba Diego tenía su
sello personal, incluso dejó de firmar algunos cuadros porque sabía que nadie
los superaría. Ver esta página:
Considero
que este ejemplo puede ayudar a entender cómo a partir de los tangos de los
patios, y poniendo, quitando, creando, re-creando, imaginando, en fin, puede
establecerse un estilo propio del que gozamos en la actualidad y que da soporte
a muchas interpretaciones de esta variante del tango de Triana.
LOS TANGOS DEL TITI
1.- Joaquin y Manuela
“El
Titi” le llamaban a Joaquin, un vecino de Pelay Correa que vivía en la casa de
los Palos, muy cerquita del Morapio. Entre el Morapio y la casa de los palos
estaba nuestro corral, al que unos llamaban el “corral pistola” y otros, como
mi familia, el “corral nuevo”. En este tramo de Pelay Correa, entre el 49 y el 53 -números de aquellas fechas-, se
concentraba un porcentaje de arte muy alto por metro cuadrado de Triana. Entre
mis mayores se recuerda con mucho cariño a Joaquin y Manuela, por buena gente y
por su simpatía. Tenían dos hijos que eran bailaores, Manuel y Carmen En este video que con anterioridad fue insertado en este blog, aparece Manuel el Titi, bailando con Pepa la Calzona.
Impagable. Por un error, la que aparece rotulada como Carmen la del Titi es
Pepa la Calzona. La otra gitana que baila se trata de Amparo, hermana de Pepa, y le acompañan a las palmas Carmen Montoya y El Morito.
2.- Manuel “El Titi”
Manuel
bailaba en la parrilla del hotel Cristina, a diez minutos de su casa cruzando
el puente de San Telmo. Allí compartía cartel con una bailaora llamada Pepi Candil, aunque alternaba el baile
con otros trabajos, como el de descargas en el muelle. Se casó con una prima de
mi abuelo Carlos, Esperanza, y se vinieron a vivir a nuestro corral, justo al
lado de mis tíos Pepe y Mercedes, sin cuya colaboración –la de ella-, esta
entrada no hubiera sido posible. Le recuerda con mucho cariño, y dice que era
una magnifica persona. Además y, como en aquellos corrales se escuchaba a través
de la pared lo que decían los vecinos de al lado, cada vez que paria un hijo (antiguamente
la gente nacía en su casa), El Titi la felicitaba por su valor. “No te hemos
escuchado ni respirar”, le decía cuando acudían a ver al niño al día siguiente.
En esta foto familiar y que, por supuesto me ha facilitado mi tía Mercedes, aparece
“El Titi” junto a mi tío Pepe y un grupo
de amigos.
3.- Pelay correa, El Morapio y aquellas mañanas
de arte
Algunos
días al volver de trabajar, cuando Manuel había prolongado su jornada en un “cuartito”
de algún cliente de los “jartibles” de la época, o bien se había dado su propio
homenaje, venía a parar al Morapio, donde remataba la faena. Entonces se corría
la voz entre el vecindario y venían a verlo. El invitaba a todo el mundo, se sentía
feliz allí y en aquel momento y entregaba todo su arte a su gente. Eso sí que
es ser flamenco.
En este video realizado por Televisión Española y de los que voy a recomendarles apenas ocho minutos, canta el Titi, un poco mayor, los tangos, en el Alcázar de Sevilla. Es en el minuto 30.20. Entra con un ligero temple, y deja dos estrofas-monumento, concisas y sin adornos:
En este video realizado por Televisión Española y de los que voy a recomendarles apenas ocho minutos, canta el Titi, un poco mayor, los tangos, en el Alcázar de Sevilla. Es en el minuto 30.20. Entra con un ligero temple, y deja dos estrofas-monumento, concisas y sin adornos:
A la mare mía,
del medio me la quitaron
cuando más falta me hacía.
Prima vámonos p´a Roma
que el Pare Santo es mú güeno
y al que es malo lo perdona.
Luego
canta el clásico “peros y manzanas orejones y brevas” mientras bailan dos gitanos
viejos de la cava a la usanza de los bailes corraleros. Irrepetible. Después, Herejía
hace una fantasía por tangos de Triana sobre un cuplé “La lumbre de tu cigarro”;
baila Pepa la Calzona. En el minuto 35.00 entra el Moli con unos altísimos tonos,
empieza por el pase misí, pase misá, una letra de un antiguo juego infantil, hasta
llegar a los propios tangos del Titi, la letra
Le decía mi agüelo el
Titi
a mi agüelita Manuela
arréglate que nos vamos
a tomar cafelito a
Utrera
Ahí
se levanta El Titi a bailar y se produce el momento mágico, quizá lo mejor de
todo el video. Acaba en el minuto 38.10.
Próxima entrada: Historia, evolución, versiones
y despropósitos de los tangos del Titi.