El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

martes, 21 de abril de 2020

LA VOZ DE TERESA ESPAÑA


TERESA ESPAÑA

          Sabia que Teresa habia grabado. Se encuentra uno a veces estas cosas:



        y no cabe entonces duda. Está en pizarra, luego se puede pasar a otro formato y ofrecerlo a los cabales. Entusiastas, haylos, y muchos. 

EL MISTERIO DE TERESA ESPAÑA

          Consultadas todas las páginas flamencas habidas y por haber, parece existir cierta frustración general por saber quién era, de dónde, de qué familia, dónde murió, etc. La mejor y más extensa historia sobre Teresa la he hallado en la página "Flamencas por derecho", pero no aporta ninguno de esos datos, aunque eso me resulta más grato que la lectura de otras páginas donde se adorna con literatura la falta de información. Yo confieso que en 2012, no sabía que había existido Teresa España.

           En la prensa de los años veinte y treinta de la pasada centuria se hacen alusiones a su origen trianero, a su gitanería, y a su relación familiar con Lolita Astolfi, concretamente tía de la musa de Romero de Torres, de la que sí sabemos que se llamaba Dolores Astolfi García, que nació en 1904 y que murió muy joven, siendo enterrada en San Sebastián.


UNA MUJER DEL RENACIMIENTO

          Canzonetista, cantaora, bailarina, bailaora, guitarrista que se acompañaba a sí misma, autora... mujer universal, que a lo largo de las dos décadas citadas aparece en multitud de reseñas que relatan los éxitos obtenidos en todos los teatros de España y América incluido Nueva York.


           Mi teoria personal es que su verdadero nombre es Teresa España, que ignoro su segundo apellido, que según esta noticia de "Nuevo mundo" de 1926, se casó en Méjico


y que ello, sumado a un padrón de residencia que encontré, en 1930 tenía 36 años, estaba casada, tenia una hija de 5 años, Maria Teresa, y su marido era Edmundo Hernández, residentes en Jalisco.

LA VOZ

          Reboza simpatia, tiene afinación, oído,  belleza de roce, y me parece, por detalles en el golpeador, que se está acompañando ella misma. Su voz, sin embargo, no me parece muy gitana, así como sus giros. Me encanta.


          A continuación, tres saetas de apenas un minuto. Si, señor, como debe ser. Aquí en Sevilla, hay gente que canta saetas interminables, y en la calle se da el caso de que cuando acaban, el paso se ha ido. A uno le llaman el "ambulancia". Imaginense la época dorada. Pastora, Gloria y la propia Teresa, en un balcón, cantándole al Gran Poder. Cuando los tres han acabado, el Gran Poder sigue alli, y si no, los costaleros lo mecen hasta que los saeteros acaban, por el deleite de escucharlos. ¡Qué tiempos tan diferentes!

Pulsar aquí 

          Sobre el origen de estas grabaciones, tampoco puedo documentarlas. Las encontré en mi disco duro. Supongo que de las recopilaciones que algunos flamencos me traen, en sus desordenados pendrives o CD.


José Luis Tirado Fernández




lunes, 13 de abril de 2020

ALAMEDA REVISITADA 3


PLAZA DE LA MATA

                


                Plaza antigua de las de Sevilla, lugar de prostitución, también, a lo largo de todo el siglo XX y en la que aún sobrevive alguna casa, fuera de lugar y tiempo, de esta industria.
                En el Número seis daba clases de piano, canto y declamación, Doña Eloísa Sánchez Frías, conocida como Eloísa Albéniz, que se dio a conocer durante los años veinte y treinta de la pasada centuria como bailarina, y de su éxito parece dar  testimonio la prensa de la época.




                En los altos de la academia, vivía Tomás Pavón junto a Reyes Bermúdez, su mujer, y allí murió, en julio de 1952, el mejor de los cantaores.


                Sigo en dirección a Calatrava, y me paro en la esquina de Relator, donde rememoro el Bar “La Alegría de la Alameda”. Un local de comida rápida ocupa su sitio, ofreciendo platos foráneos ahí donde hubo caracoles y menudo, manzanilla y Cruzcampo fría. Para nuestra fortuna, han conservado los azulejos del interior. Algo es algo.


                Si continúo andando paso por unas lindas casitas donde, según un viejo me contó, había nacido Luisa Ortega. Me señaló incluso la ventana.


                Decido volverme y mirar hacia atrás, queriendo ver esto:


pero la realidad es esta:


CALATRAVA
                La calle Calatrava es el camino del rio y de la Barqueta, desde antiguo. Llamóse de San Benito y de Portugalete, y en mis años mozos acababa en Bib-arragel donde empezaba Blanquillo, hoy Puerta de la Barqueta.
              

                En el Número 20 vivió y murió Pastora.


                Allí le hizo una entrevista un periodista francés llamado Alan Lomax, en septiembre de 1952, apenas hacía dos meses de la muerte de su hermano. Llevaba el dolor en la cara.



                En ese recuerdo, en la fachada, consta una placa. De pobre diseño, mal ejecutada y que encima se está empezando a venir. La Sevilla de Torrijos.


                Para olvidarlo, sigo adelante, hasta llegar a un portal amplio, de medio punto, donde en los setenta había un local de Comisiones Obreras que yo frecuentaba porque también se hacían reuniones del PCE, al que yo pertenecía.


                La ventana de la derecha era una puerta, perteneciente a un pub llamado “Panecito´s”, donde nos tomábamos la penúltima, lugar por cierto donde Los Morancos comenzaron su andadura, en principio César y Curro Ruz, antes de la incorporación de Jorge.

LA CASILLA

                Vuelvo por la otra acera hasta llegar a la esquina del antiguo cuartel, anteriormente, en 1921, ANDALUCÍA AUTOMÓVIL S. A., sucesores de GARCÍA-JUNCO HNOS. talleres y garajes. 
1921

2020

La casilla era el lugar donde los guardias encerraban a los que alteraban el orden, en su mayoría, borrachos. Al día siguiente, los liberaban, o en su caso, los conducían ante el juez. Otro viejo me contó que la casilla de la Alameda estaba en la Calle Tomillo, en este lugar:






CAPILLA DEL CARMEN
                La Capilla de la Santa Cruz del Rodeo y Nuestra Señora del Carmen fue edificada en 1646, a dicha advocación. La cruz, según nos transmitieron, tomaba el nombre de “Rodeo” porque las procesiones de las parroquias de San Lorenzo y Ómnium Sanctorum tenían señalado allí el límite, de manera que la rodeaban y se volvían. También nos contaron una historia de pasión y muerte, alrededor de un joven caballero perteneciente a la nobleza sevillana, que, muerto en duelo, cayó una noche a los pies de esta cruz.


                En este enlace hay una historia muy interesante:

                Antes de entrar en la zona donde se ubicó la pila del pato, están realizando unas obras en una antigua taberna de la Alameda, tan cantadas y ensalzadas ellas.



                Ignoro si esos azulejos son recuperables. El aspecto indica que van a la cuba de cabeza. Y a otra cosa. Ojalá me equivoque.



                Entro en plena Pila del Pato. Como siempre, el recuerdo. Esta vez, una buñolería. Ricos calentitos, porque a juzgar por las sombras, el sol hace pocas horas que se ha levantado.


                Y esto es lo que hay


                Y llegado al lugar, los monumentos. El pueblo ha dado en llamar a la composición el “mueble-bar”. Cada uno, de manera aislada, tiene su valor y su enjundia. Ahí, apelotonados, lo pierden.


                Hay un bar antiguo, la Norte-andaluza. He comido muy ricas tapas allí. La terraza, los mediodías de invierno, una tentación.
                Y las columnas “nuevas”, a unos metros.





José Luis Tirado Fernández