COPLAS DE LOS SILENCIOS
I
Hay silencios fulminantes
que duelen como
pellizcos;
hay quien calla
noblemente
y quien calla para
herirnos.
Los silencios se
agradecen
a quien se propone
oírnos.
II
Silencios de madrugada,
proverbiales,
conocidos,
medios tonos del
paisaje,
creados para partirlos.
Sin son silencios de
muerte,
en el dolor tienen
sitio.
III
Algo pasa cuando palman
antes de haber
florecido
en los peñascos del alma
o en la pared de un
abismo.
Los silencios no son
flores,
son disparos sin sonido.
IV
Consuelo, suave vino, milagro
bienhallado,
marcas que se desean,
un duelo sin padrinos,
taciturnos hachones que
encienden lo callado.
Difícil creer que la
ternura se ha fingido
cuando son los
silencios cuchillos afilados.