La poesía, primero.
Lámparas de cristal
y espejos verdes.
Sobre el tablado oscuro,
la Parrala sostiene
una conversación
con la muerte.
La llama,
no viene,
y la vuelve a llamar.
Las gentes
aspiran los sollozos.
Y en los espejos verdes,
largas colas de seda
se mueven.
Federico Garcia Lorca
El término parece acuñarse en París. Un periódico mensual
madrileño llamado "Museo de las familias" ilustra una de sus páginas con este grabado
Gustavo
Bacarisas, deja impresionado el café cantante “Olimpia” de Roma.
Y frecuentados
por los artistas:
<<El café-cantante, cuyos más famosos ejemplares son
en París, el Alcázar o El dorado es un espectáculo que participa del teatro y
de la taberna>> (El Museo universal. 15/4/1866)
Aunque
no pudieron con los teatros, ya que a la vez que caían unos, caían otros:
Se
sospecha que nacieron al amor de lo económico, puesto que la entrada era
gratuita, no era obligada la etiqueta, y además de tomar café, se podía beber y comer, aunque
las obras representadas eran más livianas e incluso se incluían números de
prestidigitación, magia, bailes exóticos, etc. Pasaron a ser, pues, lugares de
mala reputación -más adelante hablaremos del burrero- y donde además, en algunos, se podía ligar:
LOS CAFÉ CANTANTE EN ESPAÑA
En España
estaban dedicados a la zarzuela y las variedades, y posiblemente existieran más allá de mediados
del XIX, ya que el nueve de abril de 1857 La Corona de Barcelona hace una mini crónica del café cantante
del liceo:
Y en “El genio de la
libertad”, de Baleares, se inserta un aviso de que un “café cantante” ha
cambiado de dirección. La fecha es de 13 de agosto de 1857
pero, ¿cuánto tiempo llevaría en el citado ex-convento?
La curiosidad de conocer algunos nombres de cafés cantantes,
como por ejemplo, el Rincón, en Palma, aunque en esa isla proliferaron, con
diversos nombres, como Delicias, Universo, de las monjas de la Misericordia…
aunque hasta 1867 no hay ninguna referencia al canto andaluz
(flamenco, todavía, no) en el anuncio del café cantante de las cuatro naciones,
Madrid.
Pero Madrid es Madrid y además villa y corte, y en eso de
los café cantante, no se podía quedar atrás. No obstante, según La Discusión
del 29 de marzo de 1859, dando cuenta de otro abierto en Zaragoza, se asegura que en la capital no existe ninguno.
Ya en 1860, el 22 de julio, se anuncia, en un satírico
llamado “El moro Muza”, la apertura de tales establecimiento. Eso sí, con
muchísima guasa.
En 1904, en el Salón de Actualidades, se alternan los couplets con un incipiente cinematógrafo y cante flamenco.
En una revista barcelonesa, Pluma y lápiz, el 17 de enero de
1904, junto a otras actividades, se ofrece canto flamenco
Y en el antiguo café de la Encomienda, cine y flamenco. Canta el Mochuelo
1904 CAFE DE LA ENCOMIENDA |
Pero no será hasta 1908, el año en que reciben los café cantante una estocada a la que muchos pudieron sobrevivir. El 31 de Enero aparece en El Globo (Madrid) este documentadísimo artículo pleno de datos, direcciones, nombres de artistas y, en fin, sin desperdicio:
Los cafés cantantes
<< Ayer se comunicó á todos los cafés cantantes que existen en Madrid, la orden gubernativa de que cesara de actuar el espectáculo. Suman aquéllos él numero de nueve.
El cante y el baile cesó anoche, y en algunos cafés sólo hubo piano. Se regulan esos establecimientos por una Real orden de Gobernación, firmada por el señor Dato, y en ella se determina que el espectáculo cesará á las doce de la noche, y que para poder funcionar se necesita la conformidad de la mayoría de los vecinos de las casas colindantes y de enfrente al local mencionado. A la tercera denuncia por faltas, la autoridad gubernativa está facultada para decretar la clausura.
El Sr. Martos O'Neale ha cortado por lo sano, y de pluma y porrazo suspende el jolgorio en los
tablados de los cafés cantantes. A virtud de esa orden, quedan sin
ocupación de setenta á ochenta personas
entre tocadores de
guitarra, cantadores, bailadores de flamenco,
boleras y cupletistas.
El café
cantante de Madrid se distingue muy mucho del genuino andaluz y
flamenco de Sevilla, Cádiz y Málaga. En estas capitales no actúan
camareras como aquí, en Madrid, y las
artistas no aducían á consumir
vino a los parroquianos, á menos que éstos las inviten. Además, tampoco tienen los artistas la obligación de quedarse en el establécimiento hasta las altas horas de la madrugada. Al terminar á las doce de la noche el espectáculo, se retiran. Si
permanecen en el local, lo hacen voluntariamente.
El gobernador, D. Antonio Barroso, que sin ruido ni perjuicios para nadie adoptó, durante su mando, tan provechosas disposiciones, ordenó que en los cafés cantantes dé Madrid no hubiera camareras, y esto obligó á los dueños de los mismos á suprimir por completo el espectáculo de bailes y jipíos. Tampoco en la corte hubo nunca un local adecuado y amplio para esa clase de fiestas. En
Sevilla, por ejemplo, el teatro Novedades reúne condiciones adecuadas al objeto, y siempre es notable el cuadro que allí actúa.
Ahora trabajan en dicho local los siguientes artistas: Tocador de guitarra, José Triana, «El Ecijano». Cantadores: Antonio Valiente, «El Macareno», uno de los más famosos y que más se distinguen en el género andaluz, y José Pérez, «El Tiznao». Bailadoras:
Magdalena Seda; Antonia Gallardo, «La Goquinera»; Juana Junquera; Rita Ortega. Cantadora:
Teresa Seda, «La Jerezana». Boleras: Carmen Fernández, Presentación Muñoz, María Pardo, Antonia Serrano, Angela Alvarez y Teresa Jordán. Coupletistas: Candelaria Medina y «la Lulú».
Este cuadro, tan completo y numeroso, no lo puede costear ningún establecimiento de Madrid de la índole referida. Entre los muchos cafés cantantes que existieron en la capital de España citaremos los siguientes:
Café de San Fernando, en la calle de Mesón de Paredes. café de la
Aduana, donde está ahora el restaurant de Ambos Mundos, y que fue propiedad de una mujer bastante conocida en Madrid, que llamaban la Pepita.
Café
del Gato, en la calle de! mismo nombre, y donde actualmente hay una taberna, y en cuyo café ae hizo célebre un cantador apodado la «Escribanía».(SIC)
Café de la
Bolsa, en la calle del propio hombre.
Otro en la de Santiago, conocido
por el del «Gallego».
«El de San Miguel, en
donde se originó una cuestión, de la qué resultó muerto Paco el «Legaña».
Otro en la calle de
Hortaleza, esquina a la de la Reina. en el que mataron á una camarera.
Café de Críspulo, situado en ia
calle de Embajadores, esquina á la de Pasión (hoy Fray Ceferino González).
Café del Banco, en
la calle de Atocha. Café
Corrales, calle Santa Isabel. Café de Lechuga, en la calle del mísmo nombre y en el local que hoy
ocupa un establecimiento de
tejidos.
Otro en la calle de Caballero
de Gracia, cuyo primer dueño se llamó
Vázquez.
Café de Sevilla el mayor de
todos, y que estuvo
situado en la calla de Jacometrezo, propiedad de Rafael Priego
Rodríguez.
Otro en la calle de la Montera,
antiguo de El Brillante.
El de Las Maldonadas ó de San Millán, denominado de «Los sepultureros».
El renombrado de «El Imparcial» y el
café Romero, de la calle de Atocha, donde se distinguieron las aplaudidas bailadoras del género andaluz «Las Borriqueras».
Café del Barquillo, en la calle de este nombre. Y, por último, el café del Carmen, en donde cantó el rey de los cantadores, Silverio.
Numerosísimos artistas han pasado por los tablados de esos cafés y de los actuales, clausurados por el Sr. Martos O'Neale. Entre antiguos y modernos, recordamos: El Mochuelo, El maestro Patino, Habichuelas, Paco Lucena, Rafael el de Lucena, Dientes, Miguel Gurrull, El Niño de Tomares, El Niño
Río, Molina, Reina, Montoya,Ángel Baena, Luisillo, Ángel Zurita, Domingo, Joaquín Rodríguez, La Salud, El Ciego, La Macho, La Cuenca, El Feo, El Raspador, El Quiquí, Pepillo el Tuerto, La Churrona, Paco él Gandul, Rita la Jerezana, Revuelta,La Rubia del Pitillo, Juan
Breva, Chacón, Acosta,
Las hijas de Enrique el Mellizo, Lola Oro, La Niña de los tangos, Carmen la Trianera, Aurora Muñoz, El Niño Chico de Jerez, El de las Marianas, El Niño de Cabra, El Pena, La Bélica, El Ñecle, El Portugués, El Pichirri y otros muchos en el
arte del cante, baile
andaluz y flamenco, muchos de ellos maestros por su estilo y por su habilidad.>>
Próximo: los café cantante en Sevilla
José Luis Tirado Fernández