Yo pensaba que las virtudes principales de Rafael Mendiola eran tocar como nadie la guitarra y ser, como todo aquel que lo trata sabe, una magnifica persona. Pero además se nos está descubriendo como un brillante escritor, que intuye, se documenta y argumenta de esta manera. Valga una de esas perlas de esta entrada en su blog:
"...un campeón de natación es muy
efectivo en su deporte; pero si lo agarran entre varios y no lo dejan nadar,
nunca podrá demostrar qué tan bueno es..."
Es, como elemento pasajero y casual de nuestra vida,
testigo de dolor y pesadumbre. Ningún color luce, no presenta brillo ni textura y
su aspecto de cielo sin fondo ni final, como infinito, ni nos ocupa ni nos
preocupa cuando ofrece su consuelo.
Está,
saliendo a la derecha, en medio de la soledad, en cualquier pasillo de hospital, tanatorio o prisión. Siempre
estuvo ahí, aislando nuestra huida, parando, mandando y templando esa impotencia que aniquila nuestra espera,
vendiendo su fisonomía de ladrillo y revoco como absoluta y exhibiendo su orgullo
como fatal factor de su existencia.
Se
complace cada vez que apoyamos el brazo sobre su esforzada rigidez, vaciamos el
grisú ponzoñoso que nos muerde las entrañas sobre su paño, lustramos su mate palidez con el espeso sudor
de la frente, o exhalamos, en un húmedo suspiro, el último ¡ay! de la cadena.
Es
el árbol común de los que sienten, la higuera maldita a orillas del Jordán de los
pañuelos, fruto sin legado, la línea que dobla y cambia el plano vertical de la
certeza, frontera entre esta pena y el gozo que se quedó en la calle, más
cierto que la noche y el día.
Su
pátina, sal de lágrimas secas y su
música, triste canto de las voces sin aliento. Está allí, dispuesto, y siempre
espera, como un postigo que amortigua nuestro mal, no importa en qué tiempo y causa,
porque es centinela del reloj y relevo del amor y de la muerte.
El
viernes tarde, cuando íbamos de camino hacia el Lope de Vega, iba explicando a
mi hija Reyes lo que sucedió en Triana desde principios de los sesenta -aunque
algunos daten el tema algunos años antes-, y buena parte de los setenta, para
ponerla en antecedentes de lo que íbamos a ver, pero lo que yo no esperaba es
que lo que nos ofreció este documental se ajustara con tal fidelidad a esa
realidad que tuve la suerte o desgracia de conocer.
DIÁSPORA
No
me gustó el término utilizado por los autores, “expulsión”, sino que yo me
inclino a definir aquello como un “lo tomas o lo dejas” que dejó a los vecinos
de aquellos corrales que se caían sobre sus cabezas, sin otra alternativa que
la empezar a vivir en las casitas –nunca fueron chabolas, como se afirma en
alguna página web, y lo digo porque yo viví en ellas-, que el Ayuntamiento les
ofrecía, tan lejos de su Triana y separados de sus familiares que, por hacerlo
antes o después, podían ir alojados en distintos refugios. La foto que aparece en
el documental y que reproduzco, da una idea de lo que significaba ese dolor:
En cualquier corral que se desplomaba, bien podían residir
treinta o cuarenta familias; de ahí la gran movilización que se producía en
cada desalojo
Estas eran las casitas de La Corchuela. De Chabolas nada. Humildes, sí, pero dignas. El que ha dicho lo de las chabolas nunca estuvo allí. La fotografía me la ha cedido mi amigo Paco Menudo
Cuando
uno de estos corrales comenzaba a dar señales de hundimiento –la mayoría eran
de dos plantas, con el típico “corredor” superior que daba acceso a las viviendas
de la primera planta- el Ayuntamiento organizaba inmediatamente el desalojo. A
veces había sucedido alguna desgracia porque los palos con que estaban
fabricadas estas casas, algunas de más de dos siglos de uso y existencia,
cedían y la techumbre se desmoronaba sobre los inquilinos. Milagros se
produjeron en Triana en aquellas fechas.
LA CEREMONIA Y LA PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL
Gracias
a la gentileza de mis amigos Emilio Jiménez Diaz y José Luis Jiménez tuve
acceso al teatro, joya que nos dejó la Exposición del 29 que se celebró en el
30 y una vez en el interior, pude comprobar que allí estaba la flor de la
trianería, tanto flamencos como autoridades y personalidades, así como público
que poco o nada tiene que ver con Triana, el flamenco o los gitanos, y que
acudieron en relación con el evento que estaba organizado por el X Festival de Cine Europeo de Sevilla en
cuya sección Panorama Andaluz se inserta, habiendo sido galardonado con el
premio “Imagenera”, que otorga el Centro de Estudios Andaluces. Me dolieron los asientos vacios que pude ver en los palcos, cuando había gente fuera solicitando entradas, que no salieron a la venta al ser organizado por rigurosa invitación.
Cuando escucho soleá,
siempre me suena a Triana,
yo no sé porqué será...
Tras
la presentación del acto, hubo una actuación de flamenco en la que
intervinieron Chiquetete, Carmen Ledesma, Paco Vega, Emilio Caracafe, José
Lérida y Antonio el Cordobés por soleá, cuyo compás aceleraron para terminar por bulerías, siendo
ovacionados por el público del Lope de Vega puesto en pie. A continuación, tras
un paréntesis de cinco minutos, se dio paso a la proyección del esperado
documental.
Ricardo
Pachón es un crack; pocos han hecho por el flamenco lo que él, y además,
chanela de cante la tira, además de hablar claro y alto sobre lo que hoy está
consumiendo la gente como flamenco, ñoñerías descafeinadas que poco tienen que
ver con lo que él produce. Y si no, díganme ustedes quién está capacitado para
dirigir la carrera de Camarón, entres otros muchos artistas, o implicar a Canal
Sur en una producción o a quien haga falta para llevar a cabo sus proyectos, o
tener un archivo que espero algún día ponga a disposición de los aficionados;
digo antes de morirse, como suele suceder.
TRIANA PURA Y PURA
El
documental no sólo trata del flamenco y los gitanos de Triana, sino que abarca,
desde un punto de vista crítico y sentimental, adornado con las intervenciones testimoniales de Manuel Molina, Matilde Coral, Raimundo Amador y el propio Pachón, un
análisis detenido sobre los hechos históricos que acabaron con la Triana del
arte para que terminara siendo un lugar residencial con el metro cuadrado más
caro de Europa. ¿Qué todavía existen corrales? Si. ¿Qué todavía hay gente que
canta y baila en Triana? Si. Y también que se sigue llamando Triana. Pero no es
lo mismo.
No
aparecen todos los que bailaban y cantaban en el 83, como La Pillina, Juan
Breva, pero fue el propio Ricardo quien me explicó
que tuvieron que recortar mucho material para reducir el metraje hasta los
sesenta minutos. En cambio se prodigan Herejía, la Calzona, El Titi, su hermana
Carmen, y Tragapanes, que también aparece hablando para el documental. A pesar
de que ya tenía este video en mi colección, ahora me ha parecido verlo con
mucha más claridad y calidad, incluso de sonido; puede haber sido
remasterizado, aunque no puedo afirmarlo. He encontrado este tráiler en YouTube;
me parece bueno.
¿Y JOSÉ LUIS ORTIZ NUEVO?
Me
pareció extraño no verle, no sé si estaba en el teatro. Desde luego, ni en la
presentación, ni durante los diálogos de la obra se le hizo ninguna mención.
Según lo que Herejía me había contado y por lo que yo tenía entendido, tuvo una
participación en el 83 más que decisiva, en su apoyo a Gloria Moreno, que fue
la que se tomó el trabajo de localizar y reunir a los participantes en el
“Triana pura y pura”. Pregunté, pues, a Pachón y me contestó que sí, que había
aparecido en la parte dedicada al “Morapio”, pero bueno, lo entendí como una larga
cambiada y le insistí; me dijo que claro, que Ortiz se había encargado de
conseguir la financiación y la concesión del teatro para la celebración del
evento. Como si eso fuera poco. Preguntando se va a Roma, pero en este caso, yo
me quedé como estaba.
¿UN HASTA NUNCA?
Los
productores entienden o así lo expresaron que lo del 83 se trataba de una
despedida artística de aquellos gitanos dispersados por la especulación urbanística,
pero eso no es del todo como ellos lo plantean; hoy siguen naciendo, viviendo y
creando en las Tres mil, Madre de dios, Torreblanca, etc. y quien quiera hoy disfrutar
de flamenco del bueno, necesariamente tiene que acudir a esos barrios como
antes había que ir a Pelay Correa, Evangelista o la plazuela.
Además, en los refugios y nuevas barriadas se
produjo otro fenómeno, digno también de estudios y documentales, como fue el
encuentro de familias –gitanas y payas- de arte, que procedían de barrios
sevillanos imbricados en el flamenco como la Alameda, Puerta Osario o Macarena
y que a mí personalmente me permitió la convivencia con la familia de la Tomasa
y Pies de Plomo, sus hijos Federico y Manuel, de mi edad, hermanos de José el
de la Tomasa, sus primos Manuel y Carmelita, todos ellos familiares de Manuel y
Pepe Torre y tantos otros niños de mi edad de los que pude aprender cantes que
ellos llevaban haciendo desde la cuna. A lo mejor eso contribuyó a un
enriquecimiento del flamenco, que no ha parado de crecer y mejorar nunca.
En
fin, una noche magnifica, llena de emociones y recuerdos que florecieron de
nuevo. A la salida, pude abrazar a mis primas Elisa y Salud, las hijas de
Herejía, que habían estado presentes en el acto. Durante un corto espacio,
demasiado corto, hablamos sobre él, sus cosas y lo que significó en nuestras
vidas. Los buenos deberían durar lo que dura una palmera.
Rafael Mendiola, mi amigo y guitarrista favorito, ha hecho una entrada en su blog que traspasa las líneas de lo ahora conocido sobre el tema. He crecido, en Triana, La Corchuela y las Tres Mil, entre gitanos, he tenido y mantengo amigos y conocidos de esa etnia e incluso chapurreo el romanó a través de un caló viejo, de Talavera de la Reina, que se empeñó en enseñarme porque decia que se estaba perdiendo y que cada vez interesaba menos a las nuevas generaciones. Esto que escribe Rafael, con tan buen estilo y criterio, contiene cosas tan menudas e íntimas que algunas de ellas son totalmente nuevas para mí. Leanlo detenidamente, es una joya descriptiva e ilustrativa, y hará bueno el adagio que dice "nunca te acostarás sin saber una cosa más". A disfrutar.
Siempre fui cofrade y por ahora
no voy a dejar de serlo. Este mundo siempre me sedujo; crecí en su entorno
lógico y me sumergí en él desde pequeño, atraído por su estética, sus maneras
arcaicas, la belleza de sus ritos y costumbres, en fin, por todo lo externo y
superfluo, que, al cabo, para un chaval, son los principales elementos atrayentes
y que luego, una vez se han liado al cuerpo como una soga sin saberlo uno,
suponen el nexo necesario para amarlos como se ama lo que se roza, eso que nos
ata porque ha pasado a formar parte de nuestra vida.
Ese entorno lógico del que hablo está inmerso, por supuesto, en la
práctica de la doctrina de Cristo y su aplicación a nuestro devenir diario,
puesta al servicio de los demás, sus sufrimientos y sus necesidades como si
fueran nuestros. Primar el bien común y de nuestras corporaciones sobre nuestro
criterios y opiniones. Eso debería ser así, pero amigo cofrade, tú, como yo,
sabes que eso no es así, o que no siempre es así. A menudo en las casas de
hermandad se escucha decir que “en esto, Cristo no tiene nada que ver…”, como
si estuviéramos allí en un congreso de aeronáutica. Luces y sombras.
ES
TIEMPO DE TOMAR DECISIONES DIFICILES
No sabía, y ahora sé, que decir siempre
la verdad, en este entorno, nos puede
provocar el rechazo de nuestros hermanos. Que mucha gente abandona antes de que
el disimulo y el mirar para otro lado mine nuestra honestidad, que deteriore un
milímetro aquello que pensamos de nosotros mismos. El término exacto es
solapar, y me parece muy adecuado para definir cómo se resuelven los asuntos en
las hermandades, muchas de las cuales, sobre todo las pequeñas, han venido
sobreviviendo, a trancas y barrancas, a través de los siglos, a base de solapamientos. Opino que ya ha
llegado el tiempo de cambiar todo el sistema. Lo ocurrido en la Macarena y el
espectáculo ofrecido en la Basílica al término del Cabildo de elecciones, debe
servir como punta de lanza, como ariete para destruir esa naturaleza ruin y
cainita de la que está compuesta la convivencia entre nosotros. Por ejemplo, intentando
que no se vuelva a repetir. Si el Papa Francisco está tomando –si lo dejan- esas
decisiones difíciles que van a cambiar la estructura secular de la Iglesia, los
cofrades sevillanos no nos hemos enterado todavía de qué va la cosa, y seguimos
con nuestro tema como si no fuera con nosotros. Aquí, el Arzobispo Asenjo no da
pie con bola, sumido sin comerlo ni beberlo en un cosmos que ni entiende ni
comparte y que, ante la tendencia eclesiástica de contener la proliferación
desmedida del culto externo niega salidas procesionales a cofradías muchicentenarias
y se enroca cuando es una macro la que decide echarse a la calle. Salir…
depende de quién.
APRENDE
UNO CADA VEZ QUE SE EQUIVOCA
Convivimos con gente de la
farándula que se conecta al mundo cofrade a través de la música. Asistimos a
procesiones de gloria en las cuales acude más público a escuchar la banda que a
contemplar la imagen de la Santísima Virgen, dedicarle una oración y
santiguarse a su paso. El cofrade admira
por igual –o no- a una mala persona que levanta muchos kilos debajo de un paso
que a un buen chaval que se viste de acólito en los cultos de su hermandad, comulga
y colabora en la colecta. Nuestras imágenes pueden salir a la calle sin
costaleros, ¡cómo que no! Lo que no pueden hacerlo es sin devoción, y eso es lo
que cada vez falta más en nuestro ámbito.
Este –digamos colectivo- de capataces y costaleros se han convertido porque
nosotros se lo hemos permitido, en la “gauche divine” de las Hermandades,
mandan y ordenan y piensan que sin ellos esto se ha acabado. Los Diputados Mayores
de Gobierno -para los que el Consejo, por la importancia que estos cargos
ejercen en el ojo del huracán, debería impartir cursos prácticos-, ceden
impunemente, sin pudor y sin recato, a las imposiciones de estos “salvadores”
de la religión católica. Y se solapa, como todo. Jóvenes que se forman en las
casas-hermandad y que conocen las partes de un palio, desde lo que es una
macolla hasta el nombre de la varilla del centro de un pollero, pero que
ignoran que es el amor a Dios el primer mandamiento de Cristo. Y se solapa. Cada
vez me parece más adecuado “solapar”. No puedo seguir citando ejemplos de esta
sinrazón nuestra porque necesitaría algunas páginas y esta entrada se haría
pesada e interminable. Pero deberíamos aprender de nuestros errores, y edificar
sobre ellos. Y si no, analicemos detenidamente lo sucedido estos días.
ASI
ES COMO SOMOS
En este ambiente cofrade, donde
todo se solapa, ha sucedido algo, que por sus características sociales y contenciosas,
ni la Hermandad de la Macarena ni sus hermanos han podido sujetar. El contenido
de esa olla a presión era tan excesivo por su importancia que nada ha podido
impedir que llegara a todos, y por tanto, a través de los medios, a nuestros
detractores. No importa que haya sucedido en esta Hermandad; podría haber
pasado en cualquiera. Lo que esa olla a presión contenía es el peso de la
realidad cruel y despiadada, que nos ha ofrecido un magnifico espejo donde mirarnos.
Penoso cuadro, por el marco donde se produce, donde por una vez y sin que sirva
de precedente, las pasiones humanas y las inquinas desatadas se han impuesto a
los solapamientos a los que estamos acostumbrados. ¿Suerte? Tal vez sirva, como
digo, para algo. Enfrentamiento entre hermanos. Una lanzada directa al corazón
de la doctrina cristiana. Ella, vestida de negro, lloraba.
Jesús Moreno Sanz, con verbo fluido y edificante, presentó el acto, el libro
y dio paso a su autora, que leyó algunos de los poemas del mismo, agradeciendo
la asistencia a todos los que allí concurrimos y abriendo su corazón a cada
salto de página. Yo adivinaba su voz, como si de unos mensajes de correo
electrónico pudiera escaparse el tono exacto y acomodarse al fundirse con mi oído
como cosa cotidiana, como algo familiar.
Me
invitó, y… claro, Clara, ¿Cómo no? Siempre. Tú me llamas y yo acudo. Aquel
santuario de papel cuyos retablos son monitores en color y sus santos carteles
con caras de poetas, parecía acogernos amablemente en aquel medio, luminoso,
colorido, de una agitación calurosa y sugestiva, cuyos oficiantes no invocan a
Dios, sino a la palabra. ¡Y qué palabras tiene el libro! Uno cortito, quizá el
que más, un GRAFFITTI de cuatro versos:
Me fascina su gesto en rebeldía.
Revela sin
dudarlo
la
búsqueda implacable
de ese instante fugaz donde perpetuarse.
Fue una buena ocasión para el
encuentro de unos amigos que lo son porque se conocieron a través del blog de
Antonio García Barbeito y comprobar, de paso, que lo que Barbeito ha unido no
lo separa el tiempo.
Fue el poeta y escritor el que protagonizó
la anécdota, ya que al llegar, nos saludó cariñosamente en la entrada y después
se disculpó informándonos de que tenía que marcharse a la presentación del
libro de Efi Cubero. Como si nosotros estuviéramos allí buscando espárragos.
Lapsus mentis.
A la salida, no nos invadió un
aire de soleá, ni siquiera una triste falseta de un flamenco callejero que
colocara su mosaico de fondo a esa tarde de “jondura” y sensaciones. No. Sin
embargo, nos llegó la dulce melodía de Nueva Orleáns en el saxo prodigioso de
un hombre al que robé esta foto, cuando estaba recogiendo para marcharse. Lo siento.
Condición del extraño. Me dedicó
el libro sin obviar en la firma mi naturaleza trianera y prometiéndome que de Triana, ya hablaremos. ¿Cuál será la diferencia entre decir
“una poeta amiga” y “una amiga poeta”? Me alegra haber coincidido en el
tiempo/espacio con esta mujer y tener la oportunidad de conocerla. A ella y sus versos.