In memoriam
El domingo 26, a consecuencia de un atentado en Afganistán, fallecieron el sargento Manuel Argudin Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín.
Ambos pertenecían al Regimiento Soria 9, y es por lo que decidí escribir esta entrada, pues he pertenecido al Regimiento, y aunque me confieso no militarista -estuve en el ejército como soldado de reemplazo, es decir, por obligación-, sí que he podido experimentar en mis carnes la dureza y disciplina que se practicaba en el mismo.
Una leyenda cuartelera de los años cincuenta y hasta los setenta, afirmaba que en las maniobras del Regimiento se usaba munición real, y que los soldados hacían la toma de los objetivos con una ametralladora apuntándoles con fuego de verdad, aunque yo estuve allí, lo hice y sin embargo no lo puedo asegurar. Sólo escuchaba su ruido, y no vi caer nunca herido a nadie. Quien sabe… en esta página que he encontrado, también lo dicen:
Su historia comienza hace más de quinientos años, y en ese largo periodo, ha tomado diversos nombres, tales como “Tercio de Nápoles”, “Tercio de Bramante”, “Regimiento de Infantería Ausona n.º 8”, etc., y es el mismo que aparece en el cuadro de Velázquez “La rendición de Breda”, con sus famosas “lanzas” y sus sombreros
Su grito de guerra, según leyenda, cuando se lanzaban al ataque, era ¡Sorianos!
Y aunque no lo pasé muy bien allí, recuerdo el cuartel, sus barracones, sus jardines, su reloj frente al cuerpo de guardia. Incluso la poesía tenía su rinconcito en un pasillo que conducía a los calabozos, entrando a la izquierda, un cuadro con esta leyenda:
“Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son,
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados."
D. Pedro Calderón de la Barca
Soldado español
Para que os hagáis una idea de sus intervenciones militares, fueron, entre otras: Batalla de San Quintín, la toma de Amberes, Guerra de Sucesión Española, Sitio a Gibraltar, revuelta de Túpac Amaru, Guerra de los Pirineos, Batalla de Vich, defensa de Tortosa, sitio de Bilbao, sitio de Morella, Guerra de África, Batalla de Treviño, Guerra hispano-americana, Guerra del Rif, Guerra Civil Española, Guerra de Ifni, Guerra de Afganistán.
Fue llamado “el Sangriento”, y así constaba en los setenta en los banderines colgados en sus galerías, por la sangre que habían derramado sus soldados. Afortunadamente, yo estuve en tiempos de paz.
Su relación con Sevilla.
No sólo está relacionado con el sevillano Diego Velázquez, que lo inmortalizara en el anteriormente citado cuadro, sino que su historia está íntimamente ligada a nuestra ciudad, pues desde su antigua ubicación en el Convento de San Hermenegildo, hoy desaparecido y del que sólo nos queda su iglesia, hasta más tarde en la carretera de Málaga, en el cuartel de San Fernando, hoy ocupada por las cocheras de Tussam.
Su Banda de música, excelsa, ha acompañado a nuestras Hermandades desde principios del siglo XX, siendo en los años veinte Director de dicha Banda Don Manuel López Farfán, autor de “Estrella Sublime” y “Pasan los campanilleros”, dedicada ésta última a mi Hermandad de las Siete Palabras, y más tarde, en los setenta y ochenta, Don Abel Moreno Gómez, tan querido por todos los cofrades sevillanos y autor, entre otras, de la impresionante marcha fúnebre “La Madrugá”.
Así que, en memoria de mis dos compañeros caídos en Afganistán, Manuel y Niyireth, os dejo por hoy, señalando, como curiosidad, que el Capitán Alatriste, también era del Soria 9. ¿O no?