Páginas del blog

lunes, 27 de junio de 2011

PASTORA, CANELA FINA

         La Niña de los Peines nació en la calle Butrón, 19, aunque leyendas urbanas ubican su casa natal en Triana, quizá porque en la calle Pagés del Corro vivía una hermana de su padre, que tenía un puesto de chucherías y tabaco, lugar donde Pastora vivió gran parte de su infancia, y donde aprendió a amar los cantes trianeros, sintiendo especial apego por los tangos. Era hermana de dos grandes genios del flamenco: Arturo y Tomás Pavón, está considerada como la cantaora más grande del flamenco y su voz, desde 1999, ha sido declarada bien de interés cultural por la Consejería  de  Cultura de la Junta de Andalucía.
              Federico García Lorca la conoció en casa de la Argentinita. Luego, en Buenos Aires, el 8 de noviembre de 1933, en la Sociedad Amigos del Arte, dijo de ella:
“La voz de esta mujer es excepcional. Rompe los moldes de toda escuela de canto, como rompe los moldes de toda música construida. Cuando parece que desafina, no es que desafine, sino todo lo contrario, que afina todo lo increíble, puesto que por milagro especial de estilo y pasión ella da tercios y cuartos de tono imposibles de registrar en el pentagrama. Maestra de gemidos, criatura martirizada por la luna, voz de máscara gitana a quien el duende pone mejillas temblorosas de muchacha recién besada...”.
         Lorca también era músico, tocaba magistralmente el piano, sabía lo que decía. Además creó para ella un cante, denominado lorqueñas, que Pastora grabó con letras del propio Federico. Una de sus estrofas más celebradas decía:
Yo me asomé a un pino verde
por ver si lo divisaba,
por ver si lo divisaba;
lo que divisé fue el polvo
del coche que lo llevaba,
del coche que lo llevaba.
         Su nombre de guerra, como ella decía, le vino porque interpretaba una especie de tanguillo que le había “sentido” a un ciego de Pilas. No le había “escuchado”, no le había “oído”… le había “sentido”, porque Pastora el cante lo sentía, cantara ella o viniera de otro. Sólo así se puede cantar como ella lo hacía, sintiendo. Esos tangos decían algo así:
Péinate tú con mis peines,
Mis peines son de canela
Quien con mis peines se peina
Canela fina se lleva
         Desde entonces, la gente comenzó a llamarla “La Niña de los peines”, aunque a ella le gustaba más su propio nombre: Pastora. La canela fina se la llevó ella cuando se fue; no volverá a nacer otra cantaora como Pastora Pavón Cruz.




 
Soleares a Pastora

Yo te he seguido Pastora
por la orilla del flamenco:
no sé dónde  estoy ahora.

Jondo, jondo, tú le diste corazón,
y lo hiciste jondo y jondo,
¿y qué importa  la razón?

Pa´saber de tu estatura
hay que dominar la ciencia
del rizo de tu cintura.

El laurel, para tus sienes;
columnas de Salomón
donde el cante se sostiene

Tu voz es genio, talante,
hechicera por los aires,
sublime y  desesperante.

Entre Pastora y Tomás,
majestades de  grandeza
se inventó la soleá.

Aquel que quiera saber
del flamenco las razones
se venga por la Alameda
a casa de los Pavones.

Tus peines quiero comerme
que tus peines son de azúcar
majara quiero volverme.

Peinecitos de canela,
medicina pa´ mis males,
remedio son pa´ mis penas

Viento de paso,  navaja
que corta los pensamientos
cuando sube y…



10 comentarios:

  1. Verdaderamente, la más grande. Vaya trío con sus hermanos -Arturo y Tomás-. El duende de esta mujer aún no se ha reeditado. Siendo niño, la oí cantar con su marido, Pepe Pinto, en la Campana, ¡qué facultades! en aquella ocasión los amigos de mi padre dijeron: '...ahora va a cantar por tangos, todos como una tumba...' ¡Colosal! Gracias José Luis por haber hecho de plumero que ha desempolvado estos recuerdos. Ramón.

    ResponderEliminar
  2. AQUELLA PLAZA

    Mi madre me decia vamos a la plaza. No hacia falta decir de abastos, la plaza era la de La nvarnacion.
    Pero ir a la plaza no era solo comprar, era pasear por las sinuosas calles de San Leandro, San Pedro, la estrecha Imagen, y adentarnos en los callejones Regina, cmo así la llamaba mi madre.
    Era e olor a las sardinas arenques en barril, servidas en papel de estraza, el olor de la verdura fresca, y el " dame un poquito de pergi, y yerbabuena "
    Nos parabamos a comprar calentitos en Regina, mientras mi madre compraba, yo jugueteaba en la fuente central, de la Plaza.
    Esa fuente, ahora abandonada, sucia, como si nos avergonzaramos de ella, como si nos estorbara, como el abuelo que en si dia era activo, y lo daba todo por nosotros, pero ya no sirve.
    Para esa fuente, va dedicado este comentario. Esperemo que este nuevo Ayuntamiento, mejore el aspecto de la misma y le de el empaque que por historia se merece, y el cariño que por su edad debe tener.

    ResponderEliminar
  3. Poco puedo decir, nada, que mejore lo que escribió alguien de ella:

    "Una vez, la cantaora andaluza Pastora Pavón, La Niña de los Peines, sombrío genio hispánico, equivalente en capacidad de fantasía a Goya y a Rafael el Gallo, cantaba en una tabernilla de Cádiz: Jugaba con su voz de sombra, con su voz de estaño fundido, con su voz cubierta de musgo, y se la enredaba en la cabellera o la mojaba en manzanilla o la perdía por unos jarabes oscuros y lejanísimos..."

    El fulano que escribió esto no era un don nadie. Se llamaba Federico.

    Yamayor

    ResponderEliminar
  4. Yo, y tú lo sabes, Ramón, soy más de Tomás, pero, bueno, eso es harina de otro costal, su carácter no le permitió acceder a la gloria que tocó su hermana, a la que admiraron, como dice Pedro, poetas de la talla de Federico que quedó rendido a su arte y personalidad, y de lo que dejó constancia en narraciones y conferencias. Todo lo gitano le atraía especialmente, y cómo no, Pastora. Y Paco, que por fín se ha decidido a entrar, ya era hora, transmite ese olor a arenques, creo que hay algunas tiendas que lo siguen vendiendo, yerbabuena y perejil, memoria de la calenteria (no churreria) de Montaño y de la fuente, que Alfredito dejó en pie, pero rodeada de ese monstruo al que Paco, como buen sevillano, dedica sus peinetas cada vez que pasa por allí. Gracias por vuestras visitas.

    ResponderEliminar
  5. Con estas firma escribiendo que digo yo FELICIDADES por tu blog

    ResponderEliminar
  6. …Pues como ya he dicho no sé mucho de flamenco, pero siempre es un placer pasar por aquí, a leeros.

    Paco, me has traído un montón de recuerdos a mí también me llevaban de chiquitilla, de edad, porque de estatura sigo más o memos lo mismo, a “la plaza” mis titas más que mi madre, con mi canastito y todo, que allí me lo llenaban en los puestos de verduras, frutas y hortalizas pequeñitas, para mí era toda una aventura, calculo que sería por los mismos años que tú cuentas.

    ….. Se ve más de uno compartimos nuestra “admiración” por el “nuevo decorado” de nuestra querida ex -Encarnación

    Besitos a todos

    Fdo. Mariquilla

    ResponderEliminar
  7. Juan Luis Franco Pelayo29 de junio de 2011, 18:51

    Posiblemente en ella y su hermano Tomás se encuentre la cima del Cante. Impagable los trabajos de investigación que sobre ellos ha efectuado el amigo Bohórquez. Pastora ha ganado todavía más con lo años y hoy se nos parece nimbada con la aureola de los/as andaluces/zas universales. Saludos cordiales. www.tomadehoras.blogspot.com

    ResponderEliminar
  8. Mariquilla, para aquel que recuerda la Encarnación por sus humos y su tráfico de autobuses, llena de vallas y carteles, etc., puede que ese sea su último recuerdo de la plaza... y también el primero. Para nosotros, los del 58, hubo una "gran Encarnación", que es la que habéis descrito admirablmente en vuestros comentarios. Lamentablemente, no creo que eso vuelva. ¿o creemos a Paco Robles? Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Estimado Juan Luis, gracias por su intervención en este mi humilde blog,que como puede usted ver, va creciendo, no sé si en calidad, pero sí en entradas casi a diario.
    En cambio, sí me parece de muy alta calidad su página, que he visitado hoy, y, en las pocas entradas que he tenido el gusto de leer, he encontrado incluso amistades comunes, como Aurelia Avelar, hija de Domingo el del Bar La Espuela, de calle Torneo, ella me ha visto crecer, aunque con quien má amistad tiene es con mi tio Luis, que sigue viviendo en la calle Dársena, donde se ubica la peña Pies de Plomo. Y sobre Bohórquez, creo que es una beuna persona, ha visitado mi Bar y hemos compartido un ratito de charla. Es verdad que está haciendo una labor encomiable po el flamenco, pero las personas como él suelen recibir mal trato de los estamentos públicos, eso ha sido común a lo largo de los tiempos ,el mal pago a la gente trabajadora e incansable como él.
    Bueno, amigo, que aquí tiene usted su casa y que he intentado dejar algún comentario en su blog, pero no me deja. Volveré a intentarlo mañana. Saludos.

    ResponderEliminar
  10. Querido Pedro Arques, felicidades por tu santo, espero que tu gente te esté dando en estos momentos la felicidad que te mereces. Sé que siempre andas por aquí. Gracias.

    ResponderEliminar