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viernes, 29 de marzo de 2013

MARGOT


No es la música que agita los sentidos
ni el iris de la flor, ni su perfume,
no es la plata ennoblecida por los siglos
ni las viejas maderas  que silencian
su  amarga soledad en los crujidos.
*
No es el oro que recama el terciopelo
ni  la luna de este tiempo venturoso,
ni los humos que destila el pebetero,
ni el llanto de la madre por el hijo,
ni el colofón que espera el agorero.
*
No es el don que suplica al crucifijo
aquel que aún confía en su certeza
ni el beso fraternal, ni el regocijo
de quien fiel, mantiene la riqueza
poniendo la esperanza a plazo fijo.
*
No es la blonda que dibuja su bolillo
ni el oropel brillante en su pechera,
ni la fuerza de quien pone su morrillo
-anónima promesa del que espera-
para lucir su amor por el pasillo.
*
Es el tacto de la  mano que aun me guía,
la voz de su presencia, y el aliento
inseparable, aquel que descubría
la belleza en sus ojos y el intento
de hacer de su pasión  la pasión mía.
*
Después de conocer a tanto ciego
añoro más la luz que ya se ha ido,
emigra mi memoria hacia ese tiempo,
exhalación brutal que se ha escurrido
hacia otros infinitos y otros cielos.
*
Es su ausencia, su huella dolorida,
que pátina dejó, por su ternura;
pintó glorias en mi alma, está metida
en el espectro del reloj de mi amargura.
Y no marca el final, porque es mi vida.


José Luis Tirado Fernández


1 comentario:

  1. José Luis, muy hermosa tu composición, atiborrada de sensibilidad.
    ...Montserrat por Molviedro, otro de los mágicos momentos de Sevilla.

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