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martes, 8 de diciembre de 2015

GADIR


                Vino una nube a mi limbo y sostuve su mirada, aguda daga de oro que descose la mañana y empuja desde poniente a las barquillas cercanas. A las faldas de su vuelo cedió el freno de mi alma y se me ocurrió una letra, que de cielo y brisa hablaba, sales que en una cuarteta escondidas siempre andan.

Viento que del sur llega,
cálido instante que pasa,
soplo que pronuncia el nombre
de la esperanza…

                Pero las luces del alba no prestan sueños manidos y el aire trajo una lluvia que me causó escalofrío, me traicionó aquella brisa, fue disparo de cuchillos y se me volvió el paraguas por los forros del olvido, quise dibujar las olas  sobre mi fiel cuadernillo, pedí favor a las musas  y me salió un juguetillo:

Cuando luz te pedía,
mala persona,
me trajiste el faro
de Chipiona.

                Así, la sesión de tarde aligeró su embeleso porque una nota de paso quebró la toná del tiempo, imponiéndole su acento para que  sonara así; se despidió presurosa, componiéndose, nerviosa, su tocado de organdí, pero de la prisa loca se le desprendió una rosa que al momento recogí; una flor, que en otra estrofa, quise dedicarte a ti.

Si esto es tuyo y esto es mío,
si es nuestro y es de los dos,
te digo, cariño mío,
que esto me parece amor.

                Me fui con los resplandores de la cúpula amarilla, cepa de estirpe cristiana con las raíces fenicias, brújula de los bajeles que van buscando su orilla, manantial de nuestra historia, principio de las sonrisas, reino del cante y la copla, solar de la cortesía, de la gracia dicha a tiempo, del piropo a Mariquilla, bastión de la libertad, nación de la simpatía.

Desde Aurelio a Pericón,
desde el Mellizo a La perla
lucieron el galardón
del empaque de esta tierra.

                Tienen caminos los mares que no los conoce nadie, sólo algunos marineros que salen al mar y saben donde paran las sirenas llevados por sus cantares; y como son realidades los cantes de su bahía, recordé el goce de un rato cuando cantaba alegrías brindando entre trago y trago una voz que todavía mi memoria no ha olvidado, un juguetillo salado que escuché en la barbería que está cercana al mercado; me parece que decía:

Una vez que te dije
cómprame ropa
me quitaste las ganas
de un tapabocas.



José Luis Tirado Fernández

10 comentarios:

  1. Con tu arte de siempre, voy a Cái cuando quieras.

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  2. Esto me llega hasta los tuétanos. ¿Qué ARTE derrochas! Y hay que compartirlo. Es mi segunda Patria Chica, Cái está en mis sentidos...
    Imsuperable, Impagable, Imponente, de eso somos testigos...
    ¡¡¡GRACIAS!!!

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  3. Me faltan palabras para describir la admiración,la envidia de la riqueza de tu vocabulario,de la grandeza de tu arte . La perfección de tus versos....siento envidia y a la vez gratitud por regalarnos las joyas que de ti se desprenden
    Eres digno de publicar y compartir en puertas abiertas el don que Dios te dió
    No te limites al blog, publica José Luis pues eres como te dije un día arquitecto del arte ,haz que las semillas caigan en prados mas abiertos para goce de tierras más lejanas

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  4. Leer cuanto escribes es reconfortante. Como es para un náufrago, la isla; al perdido en el desierto, el oasis; el alimento del hambriento; la luz de quien no ve; la música del melómano sordo.

    Gracias por nutrirnos.

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  5. Querido José Luis: La gracia y sonoridad que les imptimes a tus versos,erizam la piel, emocionan mcuho por lo menos a mi, pero veo en los comerntarios que es a todos lo que te leén.
    Yo opino como mi querida Concha eres un artista y que deberias publicar, darte a conocer.
    Un fuerte abrazo querido amigo.

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  6. digo como Concha, tienes un vocabulario impresionante, que manejas de una manera tan especial, siempre nos da escalofrios, te felicito Maestro.¡¡que cosa más hermosas publicas!!!un abrazo

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  7. ¡Qué tendrá Cádiz! Que te inspira de esa manera. Es insuperable. En realidad siempre estás insuperable. Emocionas, transmites...De eso se trata pienso yo. ¡Enhorabuena! Y abrazos.

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