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miércoles, 9 de marzo de 2022

LA PRIMERA BOFETÁ

                Este año la recibí en la Magdalena. No sé si entró por el costero izquierdo o por su contrario. Supe que en mi tierra se puede oler la luz y concederse uno mismo ese derecho. Venían en sus rayos voces de añoranza y de recuerdo. Fue un golpe eléctrico, un fogonazo intenso y cegador.

                Me hizo cambiar el paso, regresar a donde siempre, asomarme a los balcones del sueño.

                Fui consciente entonces de lo imperceptible, y maduré los pasos para hacerlos leves, suaves y pausados, para no dañar un segundo de tan descomunal momento.

                Y volví atrás a recuperar ese tiempo, a ese noviciado que nunca debemos renunciar, y volver a andar los viejos caminos; así supe quien soy o quien quiero ser, en esa enseñanza, en esa forma ineludible de entenderlo.

                Pasé otra vez por su sendero, mágica proporción del amor y su universo. Y viví de nuevo lo amado.

                Volver a tu morada, saber de Ti

                Complacerme en tu color, tu mirada, tu bramante, ser nuevamente el niño que iba a verte a San Antonio, y ser feliz de nuevo.

                Si la belleza está en los ojos de quien mira, la poesía está en el corazón de quien la siente. Creo saber por dónde, y por dónde no. Mi tiempo no ha pasado y me siento libre. Creo saber porqué, y porqué sigo insistiendo. Y creo que hallaré más luz allá donde la adivino. Lento. Y mi dolor es también entender que existe gente que no sabe de qué va la primavera.



José Luis Tirado Fernández


1 comentario:

  1. Sabia que eras un poeta grande.Pero te he encontrado de casualidad y al verte con mi amigo y leer dignas de tus poesias , he sentido una función especial. Gracias poeta.

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