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lunes, 30 de abril de 2012

FLAMENCO: CANTES DE IGLESIA II

         Esa era la versión de cantes campanilleros que nos trajo Manuel Torre y que fue ampliada en letras y variaciones melismáticas por la Niña de la Puebla, que las dulcificó y las hizo populares, y de la que se han hecho tantas versiones –casi- como cantaores y cantaoras han existido desde entonces.

         EL ORIGEN

         Estoy intentando exponer aquí que estos palos no tienen su origen en el folklore del pueblo andaluz, sino en la religión y sus cánticos seculares.  Los flamencólogos son muy dados a establecer divisiones puntuales dentro de los  cuales insertan cantes cuya raíz está en otro sitio, en otros rangos, en otros ámbitos. Tienen gracia, para algunos el flamenco es anterior a Jesucristo… Los cánticos que los coros de campanilleros interpretan por nuestras calles en épocas navideñas proceden de aquellos otros del rosario de la aurora que se hacían recorriendo las calles de los pueblos y llamando a la oración. Una letra muy significativa, tomada de las letras de los campanilleros de Bormujos, dice:

A rezar el rosario nos llaman

con picos de plata, dientes de marfil.

El que quiera coger una rosa

que venga conmigo, que voy al jardín.

         También Pepe Marchena grabó la “Aurora de Marchena”, un ejemplo de estas composiciones populares que se hacían al amanecer. Aquí, el “Niño” la acomoda a su gusto, se hace acompañar por un coro de bandurria, guitarras, chinchines, y claro, de campanillas, con una letra, posiblemente auténtica y cuyos motivos son eucarísticos y de exhortación. Al final, un poco reiterativo para mi gusto, hay un apunte para fundamentar la tesis de que esos cánticos eran de pasacalles. Dice:

En tu puerta está la bella aurora

viene a cantarte una bella oración…

         Podemos escucharla en este enlace:


         En la próxima entrega ampliaremos hacia unos cantes fundamentales y que podrían tener también su origen o cuando menos una clara influencia de estas músicas eclesiásticas, por llamarlas de alguna forma, sobre su estructura melódica

domingo, 29 de abril de 2012

EL FLAMENCO EN LA FERIA DE SEVILLA. UN APUNTE.


           Prácticamente desaparecido del real, únicamente en alguna que otra caseta de cabales en las que acude el duende de madrugada y en la mayoría de los casos, de pago, se sigue dando un poco de cante y baile flamencos. También sufrimos en los años setenta un ataque de música de charanga en las casetas, hasta que el Ayuntamiento tomó cartas y  Fiestas Mayores reguló el tipo de motivos lógicos que deben sonar en las casetas; me pregunto por qué tuvo que intervenir el Ayuntamiento. ¿Es que los sevillanos no sabemos de qué va el asunto?

         No me refiero aquí a los fandanguitos que cantan un grupo de amigos al final de la velada, ni a los que se pegan los componentes de algún grupo de sevillanas entre col y col. Las sevillanas , a pesar de ser consideradas como palo del flamenco, están más incrustadas en lo que podríamos considerar música popular y yo aquí me estoy refiriendo a otra cosa. Yo soy aficionado a las sevillanas.

         LA FERIA DEL CUARTITO
         Si bien no es necesario recordar para los más instruidos en esto del arte lo que significó el cuartito y su época, y los coletazos que aún da en lugares y tiempos muy puntuales, señalar únicamente que fue la manera de diversión desde primeros del XX y hasta bien entrados los sesenta, que cultivaba una serie de gente acomodada, que, dada la ausencia de discotecas, tocadiscos o equipos musicales, y como los horarios de la época hacían echar el cierre de los locales de espectáculo a horas muy tempranas, pagaban a los artistas de aquellas fechas para que los deleitaran. Solía hacerse en las ventas y establecimientos de bebidas, ya a puerta cerrada y terminaban por la mañana, a la hora de abrir de nuevo el negocio.


Cerveza, 2 pesetas, bocadillos, 4 pesetas. Helados Camay
         EN MI HAMBRE MANDO YO

         Es la frase que se atribuye a un campesino andaluz al que un señorito pedía el voto para su partido, y que otros dicen que es de Manuel Torre, y otros de Antonio Núñez “Chocolate”.  Parece que era una expresión muy frecuente en ese tipo de reuniones. Cuando alguien quería una noche de juerga, buscaba flamencos y según lo que ofrecía, se le contestaba. Hay que tener en cuenta que a muchos les hacía falta para poder alimentar a su familia, y que no todo el que organizaba un cuartito podía costearse una primera figura. Una anécdota del alma flamenca, la protagonizó en una ocasión un cantaor llamado “Álvarez”, cuando quemó con un mechero los dos mil duros en billetes que le habían pagado tras su actuación, pronunciando a continuación la famosa frase. También el cuartito solucionó muchos problemas económicos de los flamencos. A Tomás Pavón le invitaban a menudo, pero era muy reacio a acudir; su mujer rezaba en silencio para que dijera que sí,  porque atravesaban una situación muy mala, pero éste rechazaba la oferta tras preguntar que quién lo organizaba y quiénes eran los demás artistas, aceptando raras veces.

         EL DEBUT DE PASTORA
         La feria de Sevilla fue durante algún tiempo, el sumun del cuartito, ya que era donde, lógicamente, más juergas se celebraban. En la feria debutó Pastora con nueve años, para sustituir a su hermano Arturo que estaba indispuesto. Solían ser convenidas y contratadas antes de la fecha, y estaban presentes todas las figuras de la época. Igual que en las ventas, comenzaban al filo de la madrugada y se remataban en las casetas de las buñoleras, que en la feria del Prado se ubicaban en la calle José Maria Osborne, justo por donde hoy salen los autobuses de la estación.

Gitanitas de mi familia
José Luis Tirado Fernández

viernes, 27 de abril de 2012

MIS GRANDES CAPITALES




No te dejo más herencia
que una guitarra, un pandero,
un borrico y un caldero...
y arriba la providencia.

miércoles, 25 de abril de 2012

FLAMENCO: CANTES DE IGLESIA (I)


         En la última entrada sobre flamenco proponíamos una visión de un cante propuesto y admitido como palo por todos o casi todos los cabales, aunque discutible según nuestra visión, desde el punto de vista del siguiriyero. Habría que meterse más en harina sobre la relación del flamenco y la religión, sobre todo con la católica ya que su historia y desarrollo se producen dentro de un entorno –segundo y tercer tercio del XIX , primero y segundo del XX-, donde la circunstancia y caldo de cultivo de nuestro arte era un ambiente sometido a los famosos poderes fácticos y mucho más acentuado socialmente en los pueblos  donde la trilogía de esos poderes fácticos –alcalde, cura y cabo de la Guardia Civil- eran el cedazo por el que pasaba cualquier actividad, tanto de tipo cultural como deportiva, social o de  cualquier otro tipo. En las misas dominicales y cuanto más pequeña era la localidad, en más medida, aunque en las urbes se daba también por barrios,  se “pasaba lista”. Una retranca muy utilizada era: “este domingo no te vi en la iglesia…” cuando uno faltaba, entendida dentro de aquella moral y formas de vida en la que estaban sumidos. También la iglesia ayudaba económicamente a los necesitados en tiempos de escasez –era la única ONG en aquellos tiempos- y como la relación entre los gitanos, núcleo principal del germen flamenco y la abundancia nunca se han llevado bien, pues eso, que había que hacer acto de presencia para que al cura de turno se le reblandeciera el alma y aflojara algún real con el que hervir la olla al menos una vez en semana.

         Una vez señalada la asistencia a los eventos religiosos por parte de los flamencos, obvio sería indicar que los cantos, como salmodias, himnos, motetes, antífonas, etc., que suelen interpretarse en los ejercicios litúrgicos bien podrían dejar sedimentos que a la corta, pueden haber pasado a formar parte de la estructura melódica de algunos cantes. Además estos cantos, fueron adoptados por la iglesia católica de la costumbre hebrea de cantar salmos completos, con lo que la teoría del origen judaico de algún palo como la petenera, no es tan descabellada, en tanto en cuanto algunos otros podrían irremediablemente tener su origen en el mismo ambiente. Me parece interesante, creo que asiste a esta hipótesis, el siguiente enlace:


         El villancico flamenco, es un indiscutible cante de iglesia, enriquecido por los melismas gitanos. Tiene mucho que ver, casi todo, con el cante por campanilleros, aunque esa historia es un poco más enrevesada, ya que Manuel Torre, que fue quien nos lo trajo, afirmaba que lo había escuchado en una fiesta de Andrés Martínez de León al médico de Huelva Don Jesús Centeno. El cantaor se quedó con la copla y una noche en El Fontanal (Sevilla), junto al Niño Ricardo, el torero Niño de Palma, el Gloria y Rebollo pidió a Manuel que pusiera la cejilla al tres y, recordando lo que había escuchado en la fiesta, interpretó la versión que hoy conocemos, y que grabó en 1929, junto a Miguel Borrull, y que tiene una curiosa incorrección musical. Mientras Miguel da la entrada  por arriba en mayores, posiblemente con la cejilla al cinco en MI Mayor, (correspondiente al LA natural) Manuel canta en tonos menores, aunque, sorprendentemente, no rechina demasiado, hay que escucharla con mucha atención para distinguir este detalle.

Podemos comprobarlo en el siguiente video:



Continuará.
José Luis Tirado Fernández

domingo, 22 de abril de 2012

LOS POETAS QUE ENVIDIO VII

           Al duque de Sessa

Sesenio, pues que vas do vengo agora,
antes do siempre estoy, do ir quisiera,
cuando a ver llegarás la gran ribera
del Betis, que por ti tanto se honora,

si aquella Brisis que tu alma adora,
jamás se muestra a tus suspiros fiera,
a Dórida dirás que desespera
la mía ya de verse alegre un hora.

Pero si aquel antiguo nuestro río
fuera el otro do suelen los mortales
el peso descargar de sus cuidados,

no por eso dejara el ardor mío
de atormentarme acá, porque mis males
no quiero ni podrán ser remediados.

Gutierre de Cetina



sábado, 21 de abril de 2012

TANGOS DE TRIANA

Tangos de Triana

Debajo del grifo del pilón del patio
meto la cabeza si llego borracho,
que yo no quiero que Pastora “asin” me vea,
porque  me chilla y me tira la manta
“pa ´que” duerma en la azotea

y a su bamboleo, y a su bamboleo
llegó el tío de la alhucema
al corral de los fideos

El gato de la casera
entró en mi cocina un día
y no le dejó a mis niños
 ni una mísera acedía

Y en el corredor, en el corredor
mi  sobrino Rafael
le endiñó con el bastón

Brillaba una estrella
en el Altozano
iba bajo palio,
Domingo de Ramos


Ponían por las esquinas,
Ponían por las esquinas,
carteleras del Rocío,
del  Astoria y  Avenida

Zapatos la valenciana,
en los leones, ropilla
¡Qué arte tienen las tiendas
de mi calle de Castilla!

Sí que es trianero, sí que es trianero
que la Esperanza a su niño
lo parió entre los pucheros

Anda y pídele al ditero
pa´ un vestío de volantes
con cintas de terciopelo.



José Luis Tirado Fernández

UN ÚLTIMO AZAHAR


Un último azahar quedó a tu pelo
prendido, cuando abril se marchitaba;
quiso dejar su rama, buscó suelo
y vino a ti,  jardín que transitaba
truncando el  arrebato  de su vuelo.
Dudoso del guión que planeaba
halló en tu trayectoria su consuelo
y  súbito el destino que anhelaba.
Cuán presta se nos va la primavera…
y tú, que hermoseando los colores
a la inquietud del tiempo de la espera
me pintarás de nuevo sus verdores
tañendo con pincel, a tu manera,
un réquiem por la muerte de las flores.

José Luis Tirado Fernández
(De 37 poemas para Reyes, 2012)

jueves, 19 de abril de 2012

EL SIGUIRIYERO EN LA SAETA

Dedicado a Concha Percio

            Y como pasaron los días señalaítos –ay, dolor- y como impregnaron este alma indiferente a los eventos culturales, deportivos y hasta sentimentales cuando llegan esas fechas, y a pesar de las lluvias y de que no salieron todas, pero salieron muchas, y de que se ha vivido lo que se ha podido pero no como se hubiera querido, pues eso, que también ha estado uno en la calle y ha vibrado, sentido y hasta escuchado alguna que otra saeta, unas, dignas, otras, buenas y alguna elegante y correcta.

            La saeta no aportó nada al flamenco, sino que se alimentó de él. Era plana y se modeló en el cante, adoptó sus reglas y sobrevivió; de canto de salmodia anodino y runruneante  pasó a ser rico, brillante, agradecido, y comenzó a circular en el tiempo de pasión como uno de los palos. Nada más lejos de la realidad; en plata, la saeta podría considerarse una sanguijuela.

            Cuando se acomete una saeta por siguiriya (esto es para explicarlo en otro trance y abarcaría alguna página que otra), se tiene uno que meter en los cantes madres, en sus términos, sus marcas… pensar en sus formas, en definitiva. El siguiriyero es melismático, sinuoso, atormentado, capaz de aplicar a una saeta la práctica habitual de su arte y sorprender con su contenido flamenco. Resulta curioso comprobar cómo gente que habitualmente no canta flamenco emprende con cierta facilidad una saeta, la empieza, la termina y deja por medio algunas trazas de arte. Son gente que ha arrimado el oído al altavoz, una y otra vez, como antes se pegaban al cantaor en una candela o en una taberna, pero no suelen aportar nada propio a la interpretación. Al siguiriyero se le conoce cuando dice el primer ¡ay! y se sabe o se adivina lo que viene a continuación, dependiendo de la calidad de cada cual. No suele hacer el macho o el cambio a martinete –remate-, eso dulcifica mucho y alarga excesivamente el cante, y la saeta es un dardo –de ahí su nombre- que hay que lanzar y salir andando, y no recrear ni recrearse en ella. La gente, además, lo agradece.

            En los balcones, en las calles, se escuchan saetas que son siguiriya pura, y eso da un indicativo de que allí hay un flamenco. Las versiones “light” de la misma son acompañadas y almibaradas con escalas que llevan embutidas insólitas octavas y son más interpretadas en exaltaciones y pregones, en los que yo también me meto –o me meten- pues sarna con gusto no pica. Ahí se encuentran, si no las mejores, si las que tienen mejores letras, aunque se olviden en algunas de lo sagrado de su contenido y se incluyan extrañas adjetivaciones sobre todo en las dedicadas a la belleza de nuestras dolorosas.

            En fin, la saeta por siguiriya tiene muchas variantes, muchas formas, tantas como intérpretes. Mi opinión es que cuando un siguiriyero canta una saeta podemos asistir a un acontecimiento sorprendente. Lo malo es cuando un saetero quiere meterse a siguiriyero. Cada uno a lo suyo.

UN ARTICULO DE BARBEITO: Liga BM


                El pasado dieciséis de Abril, mi admirado poeta aljarafeño Antonio Garcia Barbeito, hacia una reflexión en el diario ABC de Sevilla, sobre la liga de fútbol española. No es precisamente lo que más me gusta de cuantos artículos le he leído, aunque lo que más me gusta es su poética; de cualquier forma, el tema me pareció interesante, no así la alternativa que por inexistente, no parecía aportar Antonio en su texto. El meollo era el siguiente:

“…La Liga de primera división no es la Liga BBVA sino la Liga BM, la Liga Barça-Madrid. Y los demás, que hagan la ola. El colmo de los despropósitos llega con esa noticia de que el Sevilla tendrá que jugar contra el Levante no a las diez de la noche, como estaba previsto, sino a las diez y media. ¿Por qué, porque el partido que jugarán Barça y Madrid en el Camp Nou termina a las diez y cuarto? Pues, no; termina a las diez menos cuarto, pero como se ve que España necesita llevarse tres cuartos de hora de digestión de ese partido, que en Sevilla esperen y empiecen a las diez y media. ¿Es o no es Liga BM, esta Liga?...”

                Puesto a pensar, he profundizado un poco el tema y he hallado una respuesta que dependería de la posible unión entre los demás otros, es decir, entre los clubs cucharas, que ni pinchan ni cortan pero sirven a sus dos señores, aunque harto difícil me parece el intento después de los que hizo Jose Maria del Nido y del que se clarearon los principales. No obstante, si esa unidad se diera por arte de birlibirloque,  la dejo caer.

                Existe en el reglamento de la Federación española de fútbol un artículo por el cual se permite a los clubs alinear jugadores de los escalafones inferiores, siempre que no hayan cumplido 23 añitos, de manera ilimitada. Imaginación al poder. ¿Porqué no presentar a los infantiles cuando los equipos juegan con B o M? Supongamos que el Málaga recibe a B en su campo y que el once inicial lo componen chavales de catorce años. Díganme cuánta gente compraría ese partido. Háganme la cuenta de los ingresos de las televisiones por ver a B y M, y de las reglas y normas con las que se firmaría la próxima temporada los contratos con los clubs. Con todos. Así, que, sin salir de la legalidad vigente y cumpliendo con lo que se ha firmado, obligarían a las plataformas a sentarse con los demás otros, o arriesgarse en un plis plas a perder todo lo que hasta ahora han venido acumulando. Cuestión de unidad.

martes, 17 de abril de 2012

PACO ROBLES, SEVILLA


         No tiene aspecto de intelectual, aunque en realidad lo sea. Un profesor de literatura, que escribe libros, dirige revistas y es columnista de un diario, lo es. A mí me parece… en fin…. yo le veo cara de julai, pero tampoco lo es, ni eso, ni un hombre del montón. Al escucharle hablar, enseguida se da uno cuenta de su estatura. Su brillantez se sobrepone a cualquier percepción física anterior. No tiene voz de orador pero en sus maneras, la reemplaza con largueza. Quien ha leído sus textos, sus libros (me impactó Tontos de capirote), sus artículos, entiende por qué ocupa el lugar que ocupa en Sevilla y su mundo interior, sobre todo dentro del ámbito de las cofradías, pasión que comparte con un servidor.

         He tenido ocasión de verle –y oírle-, digo que también de disfrutar de eso, en algunas presentaciones, de las que es asiduo o cuasi impenitente agregado. Yo voy, claro, a las que voy, recuerdo la presentación de un libro sobre conventos de mi amigo Rafael Raya, a la que asistió también Don Nicolás Salas, en San Esteban, en la que dijo sentencia, creo que parafraseando a alguien,  que “si quieres que en Sevilla no se sepa algo, no basta con que lo calles, ni siquiera lo pienses”.

         Más recientemente, en la presentación del libro de Manuel Melado “El barbero de Sevilla”, donde dejó algunas perlas dignas de mención, tal como aquella de que “en Sevilla hay mucha guasa, mucha retranca, pero no tanta gracia como se le supone. Y atribuía parte de esa gracia a Melado y su última obra. Creo que se le olvidó un detalle; en Sevilla hay guasa, retranca…y mú mala leche. Después de esta distracción, volvió a deleitarnos con otros golpes de arte, como cuando comentando una foto de Melado vestido de acólito de la Trinidad con un polo en la mano, dijo: “y es que Melado es más viejo que el Sábado Santo”, porque, como explicó a continuación, la hermandad, en esas fechas, salía el Jueves Santo.

         Y es que Robles, en mi opinión, es el hombre de moda, lo creo porque me lo encuentro muy a menudo y en muchos eventos. La última vez, fuera de laz parafernalia social y mediática, coincidimos en el funeral por la señora de Emilio Jiménez Diaz, en la Parroquia de Sant´ana.  El caso es que nunca he hablado con él, supongo que mi timidez gana la partida cada vez que coincidimos, alguna vez le acometeré para felicitarle, en general, por ser como es. Mientras, le seguiré según mi tiempo libre me lo permita. Y a embobarme con su talento y a desternillarme con sus ocurrencias.

lunes, 16 de abril de 2012

ELOGIO DE JUDAS


ELOGIO DE JUDAS
                Han pasado los días. No los señalaítos de Santiago y Sant´ana que cantara Manuel Torre, ni los de vino y rosas de la película de Blake Edwards, y que cosquilleaba el tema del alcoholismo, sino los días de la gloria sevillana, y que no son otros sino aquellos en los que se lucen las hermandades por sus calles. Varios son los pasos sevillanos en los que aparece el personaje de Judas, figura más que literaria, no solo por la gran cantidad de libros, ensayos o narraciones que le tienen como personaje principal o secundario, sino por las pasiones, casi todas en su contra, que ha levantado.
                Hacer una defensa de este discípulo de Cristo, que franquea su rol de personaje evangélico para pasar a formar parte de la pléyade de malvados, ruines, miserables y criminales que a lo largo de la historia han sido, puede resultar tarea harto ingrata, por los vientos y huracanes que sobre el autor pueden desatarse. Pero creo que es posible y quiero intentarlo, no me resisto a expresar lo que pienso sobre el tema.
                Si yo digo en esta entrada que Judas Iscariote fue un hombre honrado, con dignidad, humano, cabal y consecuente, supongo que el paso subsiguiente seria argumentarlo. Vamos allá.

                JESUS DE NAZARET
                Judas no era un quintacolumnista del sanedrín como nos lo pinta Zeffirelli, quizá apoyado en la valoración que de una teoría de De Quincey hace Borges en su “Tres versiones de Judas” y que transmito literalmente:
                De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo de Roma”
                Creo, sin embargo, que Judas era una persona que se dejaba llevar por lo que pensaba, amaba y defendía, como tantos otros seres fieles a su convencimiento y que inevitablemente, por mor de su inclinación a obrar con coherencia, cometen fallos de más o menos calado, o como en el caso que nos ocupa, crear toda una leyenda sobre sí mismo. ¿Malvado? Creo que Judas era un equivocado.



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Ian Macshane, en el papel de Judas
               Luego, Jorge Luis arroja luz y razón con un argumento de un teólogo, Runeberg, sobre una cuestión evidente:
                para identificar a un maestro que diariamente predicaba en la sinagoga y que obraba milagros ante concursos de miles de hombres, no se requiere la traición de un apóstol.”
                ¿Que paso en realidad? Si no existió la delación, entonces toda nuestra vida hemos estado despreciando a un hombre honrado. Esto podría deducirse de que, si al menos el Evangelio se ajusta a la realidad sobre el hecho de la traición, no lo hizo por dinero, aunque tradicionalmente se nos haya presentado como ladrón, por el hecho de que era el que llevaba las cuentas del grupo. No hay constancia en las sagradas escrituras de este punto. ¿Era honrado? Es posible. Vayamos a Mateo.
Mateo 27:4-6
4Yo he pecado entregando a la muerte a un inocente. Pero ellos le respondieron: Y eso a nosotros, ¿qué nos importa?
5 Entonces Judas arrojó las piezas de plata en el templo. Luego salió de allí, y fue y se ahorcó.
6 Los principales sacerdotes recogieron aquellas piezas de plata, y dijeron: No podemos echar ese dinero en el arca de las ofrendas, porque es precio de muerte y la ley nos prohíbe tomarlo.

                No le tenía demasiado cariño al dinero. Podríamos sospechar que era honrado.
                Digno, según los diccionarios, significa merecedor de algo. La dignidad que invocamos en muchas ocasiones de nuestras vidas, cuando decimos todo aquello de “la cabeza alta”, “pobre pero digno” y otros clisés cotidianos y familiares,  pueden servirnos en este caso para decidir si el Iscariote creyó firmemente que hacia lo que tenía que hacer. Cuando vino a advertir su tremendo error, y tan tremendo, el peor de la humanidad, según nuestro credo, fue tal su arrepentimiento, que no dudó en ahorcarse, dándose, según su criterio, la dignidad perdida por el suceso y recuperando así el merecimiento antes alcanzado de haber sido su discípulo y haberle seguido durante años. Era su forma de pagar el fracaso.
                Esa dignidad que también San Pedro perdió cuando negó conocerle y al que sin embargo el propio Jesús concede la autoridad sobre la iglesia que instituye en el mundo. Y no fue mucho mejor –el hecho- que el de Judas.
                Sobre su humanidad viene también a cuenta Mateo, en el pasaje en que acude a devolver las monedas y donde encuentra la realidad en crudo, la verdad desgarradora que le abre los ojos y el entendimiento y que le desespera como para arrojar las monedas y largarse, supongo que llorando amargamente, como en otras representaciones del suceso hemos visto o leído. Es humano, sobre todo, porque se arrepiente. Esa es una cualidad humana, se lamenta e intenta rectificar, pero no lo consigue. No hay vuelta atrás.
                Tenía a Jesús como su maestro amado, como un líder espiritual y entrañable, que curaba enfermedades  y enseñaba la paz entre los humanos, pero Judas no sabía que Jesús es el hijo de Dios. ¿Como renunciar si no, a la gloria de haber sido uno de los suyos y pasar a ser, sin embargo, a ser el ser mas despreciado del mundo y de la religión? Sin embargo, si lo sabía, y Borges hace una concesión a esa posibilidad, estamos ante el más sacrificado de sus discípulos. Luego, fantasea con la posibilidad de que Dios se encarnara en el propio Judas. Me parece, como creyente, peregrino y extravagante, pero cada cual es libre de hacer sus hipótesis sin agredir otros sentimientos. Al menos, en esta macabra posibilidad, reconoce que Dios existe. ¿O no?
                Todas las cosas que se producen en este mundo tienen una explicación lógica, aunque sobre el tema de Judas y su existencia, me temo y mucho que sólo podamos conjeturar, unos desde nuestras convicciones, otros sobre una sólida base de conocimientos teológicos y alguno como Borges con una sabia manera de disposición literaria que nos conducen al placer de la lectura, sobre los acontecimientos exactos que vinieron a traer este interesantísimo motivo sobre el que cualquiera puede argumentar, más o menos profundamente. Yo me quedo con el placer que me ha producido tocar el tema en este blog.
                Y finalizar, si no con el elogio a Judas por lo anteriormente expuesto, mejor con misericordia…. y declarar con firmeza que hoy, en este mundo de realitys, de televisión basura y de la adoración del lujo y la riqueza que cultivamos, sí vale un elogio real y lógico, porque si bien vendió a su maestro, conozco a mucha gente que hoy, en este país y en esta ciudad, muchos, religiosos o no, creyentes o agnósticos, o incluso, porqué no, integrantes  de nuestras hermandades y cofradías, son capaces de vender a su madre.


José Luis Tirado Fernández

jueves, 5 de abril de 2012

EL BARBERO DE SEVILLA DE MANUEL MELADO


El Barbero de Sevilla de Manuel Melado



Manuel Melado presenta su nueva obra, el lunes 16 

Intervendrán, además del autor, Julio Cuesta Domínguez Presidente de la Fundación Cruzcampo, Francisco Robles, periodista y escritor, y José Mª Toro, en nombre de la editorial Guadalturia Ediciones.

Lugar: Salon de actos Fundación Cruzcampo

Día: Lunes 16 de Abril de 2012

Hora: 20,30

Avda de Andalucía, 1

Sevilla


El libro es para llorar. De risa, claro. Algo que en estos tiempos de mustia melancolía, se

agradece como se agradece en agosto una barra a la sombra y una fresca del barrio bien

helada en lo alto del mostrador.