El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

lunes, 13 de abril de 2020

ALAMEDA REVISITADA 3


PLAZA DE LA MATA

                


                Plaza antigua de las de Sevilla, lugar de prostitución, también, a lo largo de todo el siglo XX y en la que aún sobrevive alguna casa, fuera de lugar y tiempo, de esta industria.
                En el Número seis daba clases de piano, canto y declamación, Doña Eloísa Sánchez Frías, conocida como Eloísa Albéniz, que se dio a conocer durante los años veinte y treinta de la pasada centuria como bailarina, y de su éxito parece dar  testimonio la prensa de la época.




                En los altos de la academia, vivía Tomás Pavón junto a Reyes Bermúdez, su mujer, y allí murió, en julio de 1952, el mejor de los cantaores.


                Sigo en dirección a Calatrava, y me paro en la esquina de Relator, donde rememoro el Bar “La Alegría de la Alameda”. Un local de comida rápida ocupa su sitio, ofreciendo platos foráneos ahí donde hubo caracoles y menudo, manzanilla y Cruzcampo fría. Para nuestra fortuna, han conservado los azulejos del interior. Algo es algo.


                Si continúo andando paso por unas lindas casitas donde, según un viejo me contó, había nacido Luisa Ortega. Me señaló incluso la ventana.


                Decido volverme y mirar hacia atrás, queriendo ver esto:


pero la realidad es esta:


CALATRAVA
                La calle Calatrava es el camino del rio y de la Barqueta, desde antiguo. Llamóse de San Benito y de Portugalete, y en mis años mozos acababa en Bib-arragel donde empezaba Blanquillo, hoy Puerta de la Barqueta.
              

                En el Número 20 vivió y murió Pastora.


                Allí le hizo una entrevista un periodista francés llamado Alan Lomax, en septiembre de 1952, apenas hacía dos meses de la muerte de su hermano. Llevaba el dolor en la cara.



                En ese recuerdo, en la fachada, consta una placa. De pobre diseño, mal ejecutada y que encima se está empezando a venir. La Sevilla de Torrijos.


                Para olvidarlo, sigo adelante, hasta llegar a un portal amplio, de medio punto, donde en los setenta había un local de Comisiones Obreras que yo frecuentaba porque también se hacían reuniones del PCE, al que yo pertenecía.


                La ventana de la derecha era una puerta, perteneciente a un pub llamado “Panecito´s”, donde nos tomábamos la penúltima, lugar por cierto donde Los Morancos comenzaron su andadura, en principio César y Curro Ruz, antes de la incorporación de Jorge.

LA CASILLA

                Vuelvo por la otra acera hasta llegar a la esquina del antiguo cuartel, anteriormente, en 1921, ANDALUCÍA AUTOMÓVIL S. A., sucesores de GARCÍA-JUNCO HNOS. talleres y garajes. 
1921

2020

La casilla era el lugar donde los guardias encerraban a los que alteraban el orden, en su mayoría, borrachos. Al día siguiente, los liberaban, o en su caso, los conducían ante el juez. Otro viejo me contó que la casilla de la Alameda estaba en la Calle Tomillo, en este lugar:






CAPILLA DEL CARMEN
                La Capilla de la Santa Cruz del Rodeo y Nuestra Señora del Carmen fue edificada en 1646, a dicha advocación. La cruz, según nos transmitieron, tomaba el nombre de “Rodeo” porque las procesiones de las parroquias de San Lorenzo y Ómnium Sanctorum tenían señalado allí el límite, de manera que la rodeaban y se volvían. También nos contaron una historia de pasión y muerte, alrededor de un joven caballero perteneciente a la nobleza sevillana, que, muerto en duelo, cayó una noche a los pies de esta cruz.


                En este enlace hay una historia muy interesante:

                Antes de entrar en la zona donde se ubicó la pila del pato, están realizando unas obras en una antigua taberna de la Alameda, tan cantadas y ensalzadas ellas.



                Ignoro si esos azulejos son recuperables. El aspecto indica que van a la cuba de cabeza. Y a otra cosa. Ojalá me equivoque.



                Entro en plena Pila del Pato. Como siempre, el recuerdo. Esta vez, una buñolería. Ricos calentitos, porque a juzgar por las sombras, el sol hace pocas horas que se ha levantado.


                Y esto es lo que hay


                Y llegado al lugar, los monumentos. El pueblo ha dado en llamar a la composición el “mueble-bar”. Cada uno, de manera aislada, tiene su valor y su enjundia. Ahí, apelotonados, lo pierden.


                Hay un bar antiguo, la Norte-andaluza. He comido muy ricas tapas allí. La terraza, los mediodías de invierno, una tentación.
                Y las columnas “nuevas”, a unos metros.





José Luis Tirado Fernández

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