El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

domingo, 14 de diciembre de 2014

LA CALLE DE LA ALEGRIA


                Tiempo feliz el que recoge esta foto de los años cincuenta, con el ambiente típico de una fruteria de la calle Regina. Feliz tiempo pues, en el que las mercancías en la vía pública no molestaban a nadie como lo hacen ahora, feliz lienzo de Murillo, el de los delantales inmaculados y el de las sonrisas, cuando significaba más ser que tener,  feliz tenderete montado con cajones de madera y canastos de caña, feliz el chaval que muestra el platillo con la ganancia de sus propinas, feliz precio el de las chirimoyas a 6 pesetas kilo y castañas de la sierra a 2,75, feliz anaquel repleto de cartuchos de papel de estraza, feliz rótulo de una tienda de calzados ¿Carmelo Orozco?, feliz quien, talonarios en mano, nos ofrece lotería de Navidad de la Hermandad de los Gitanos. Y… ¿cómo no va a ser tiempo feliz aquel en el que un cartel pegado en la pared anuncia  que Manolo Bará presenta a La Niña de los Peines y Pepe Pinto?

Foto de Manuel Benitez


Hay quien dice que este tiempo
es de añoranza y de pena,
que siempre nos asalta el tiempo,
y nos suelta una centella
que se asoma a la memoria
y que al ausente recuerda.
Yo digo, porque tengo nietos,
que es de risa y de promesas,
¿a quién se escapa que ahora
lo que el cristiano celebra
es que va a nacer el niño?
¡Esa es la alegría nuestra!

Hay en nuestro pensamiento
una gran herida abierta,
que hay curar con canciones,
que hay que cerrar con poemas
porque todo es adelante,
porque aquí nada regresa
y año a año y siglo a siglo,
cada Navidad es nueva.

José Luis Tirado Fernández


viernes, 12 de diciembre de 2014

PUBLICIDAD


UNA APORTACIÓN GRÁFICA: ENRIQUE ORTEGA “EL ALMENDRO”

                         Primo hermano y banderillero de Joselito, cantaor aventajado y a quien se atribuye la creación del fandango popularizado por su pariente Manolo Caracol.
                         Esta foto, que nos aporta Manuel Benítez y en la que podemos apreciar la obesidad del artista, está tomada en el cortijo de Pino Montano en un ambiente festivo y torero, y donde se puede ver también arriba a la derecha, al matador Fuentes Bejarano.

Enrique el Almendro con Niño Ricardo

                         Está cantando, sobrado de acompañamiento, ya que que no hará falta decir que es el maestro Niño Ricardo el que le toca. Agradezco pues, a Manuel este documento puesto que son pocas las imágenes de Enrique en su senectud. Murió el 30 de marzo de 1959, según reseña del diario ABC que se acompaña.


José Luis Tirado Fernández

domingo, 7 de diciembre de 2014

FOTÓGRAFOS DE TRIANA


                Dedicado a José Montiel

                Esta orilla del río es de los lugares más fotografiados desde que, a mediados del  XIX, se pudieron hacer portátiles los equipos de fotografía, llevarlos al muelle de la sal, y captar desde allí nuestro puente o el panorama amable que ofrecen el caserío y las torres de nuestras parroquias.
                Desde entonces, desde que se descubriera la sensibilización a la luz de algunas sales de plata y la consecución posterior de fijar el resultado sobre vidrio, madera  o cartón,  la historia de la fotografía ha recorrido un largo y fructuoso camino, hasta desembocar en la digitalización de las imágenes. Algunos viejos fotógrafos dicen que se ha perdido el encanto de jugar con las matizaciones, la búsqueda de enfoques y la magia de, a través del talento personal, hacer arte de esta técnica de plasmación de la realidad y el paisaje para disfrutarlas cada vez que nos apetezca, al volver a mirar la obra. También se dejaron de utilizar las cerillas y hoy seguimos encendiendo con mecheros. Todo cambia y a todo se le puede sacar punta.
                Escuché en la presentación de una exposición de mis admirados Salazar y Bajuelo, que la fotografía, es el arte de pintar la luz, no ya por su etimología, foto-luz grafía-pintura, sino porque existen verdaderos artistas que realmente están consiguiendo pintar la luz sobre sus trabajos.
                En la actualidad, y dada la facilidad y economía de los medios a utilizar, los aficionados a la fotografía han proliferado como setas, y a veces se convierten en una molestia delante de los pasos de Semana Santa, a los que impiden avanzar con normalidad. Tampoco es extraño encontrar en los besamanos a las imágenes en las iglesias un horario para fotógrafos, para que no interrumpan su orden. Y en el flamenco, se ha llegado a organizar, habitualmente, un pase gráfico antes de los espectáculos, para que los profesionales trabajen cómodamente.
                Pregunté por los fotógrafos en Triana, y fue Ángel Vela quien me hizo recordar los estudios que existieron…
<< a partir de los años sesenta, había uno en Pureza que llevaba la esposa de Pedro Padilla, colaborador de la revista "Triana" y madre del campeón de España de pesca; varios en la calle San Jacinto (siempre fue la calle de los fotógrafos) a saber: el de Domingo Acevedo (Doga), el de Pepe Periañez, donde trabajó el pintor trianero Antonio Badía, el de Gasán (el reportero de Triana) y el de Arrabal (el fotógrafo de María Auxiliadora), estos dos existen aún. Y en Manuel Arellano estaba el estudio de Miranda, yerno del torero Joaquin Rodríguez "Cagancho" y padre del Miranda que está establecido en Pureza.>>
                Y como no menciona el de Ratasi, en la calle Flota, donde tantos niños de Triana nos hicimos nuestras primeras fotos, pues pongo ésta, para que conste


Foto de mi primera comunión en un estudio trianero

sábado, 6 de diciembre de 2014

LA ARGENTINITA, CON DIECISIETE AÑOS

LA ARGENTINITA



                No les haría falta mucha inspiración a los hermanos Alvarez Quintero, para componer este soneto a la belleza de la Argentinita. Baste sólo con mirar su cara para que las musas sobren. O falten.

Foto de la revista Blanco y Negro, de 1912

Con rumor que ya crece, ya se esfuma,
de clásicos palillos o vihuela,
sale al tablado que su planta anhela
preciosa encarnación de luz y espuma.
Del arte popular esencia suma,
terroncito de sal, flor de canela,
muevese alegre, y gira, y salta, y vuela,
como en el aire delicada pluma.
Gracia es su cuerpo, de sus pie ufano,
que lo mecen con ritmo peregrino;
gracia su rostro, de su cuerpo hermano.
 Y en su danzar ligero, y suelto, y fino,
parece que con una y otra mano
va separando rosas del camino.

Serafín y Joaquin Alvarez Quintero