Suelo seguir los twiter del crítico
de flamenco del diario El Mundo, Manuel Martín Martín, porque algunas de sus
citas, frases y letras son dignas de ser tenidas en cuenta, por su calidad,
originalidad o desparpajo. Hace unas horas hizo la siguiente:
"El
flamenco está formado por muy escasas verdades y bellas mentiras que merecerían
ser verdades" (Francisco Vallecillo)
Y, casualmente, hace unos días
se me vino a la mano un delicioso librito de Ramón J. Sender, llamado “Nancy,
doctora en gitanería”, y que me regaló mi neoyorquino amigo Pepe, antes de
asentarse definitivamente en U.S.A.
Se trata de una secuela del
anterior en la serie, “La Tesis de Nancy”, cuya trama desvela desde su condición
de narrador un traductor, que es amigo de Betsy, una norteamericana que recibe cartas de Nancy, su prima, quien, instalada en
Alcalá de Guadaira, prepara una tesis sobre el habla andaluza y las costumbres
de los españoles. Para ello, trata de documentarse ampliamente devorando libros
y haciendo continuas consultas al diccionario intentando concordar los significados
con lo que ella cree que significan, vive intensamente su singladura andaluza,
y se enamora, naturalmente. Lo hace de un gitano, Curro, con quien entra en
continuas colisiones por la diferencia entre sus culturas y maneras de ver las
cosas, dándose a lo largo del texto divertidas situaciones o malentendidos.
Ella trata de penetrar en el mundo gitano, pero traduce algunas veces,
literalmente los giros o modos, de lo cual extrae sus propias conclusiones, que
comparte con Betsy. Veamos alguna de ellas, referidas a lo flamenco.
LA SOLEÁ Y LOS GITANOS DE TARIFA
>>Se dirá
que son muchas complejidades ésas para poder vivir con los demás y consigo
mismo, pero los gitanos tienen muchos más problemas que nosotros, ya que
carecen de hogar fijo. Y esos problemas no los dejan día y noche. Y como no
tienen leyes, tienen que tener costumbres, supersticiones mitos y brujeríos
para cada caso.
Te dije que me
esperaras
y vine y no
estabas ya
marditos sean los
duendes
que te me han
hecho orvidá
y una queda en
los caminos
y tú vas a la
ciudad…
¡No eres un
gitano fino!
>>Esa
es una soleá. Alrededor de la soleá hay todo un mundo también. Un ejemplo de
soleá que a mí me parece casi sublime es
la de la “Verbena de la Paloma” y está directamente relacionada con un duende
que se llama el sarnoso. Me extrañó
ver un tipo de agente tan aparentemente vulgar y rústico incrustado en la
delicadeza de la soleá.
>>Pero
eso forma parte de lo que decía antes sobre la dialéctica de los calés. Más
adelante se verá un caso prodigioso en el que actúan todos esos elementos
contradictorios o coincidentes, ofreciendo un ejemplo de los enormes peligros -con
consecuencias trágicas- que puede haber en una manipulación equivocada de esas
fuerzas semiocultas. Lo digo en serio y espero poderlo probar.
…que ya me han
dicho los mengues
que no me sabes
querer
eres poco hombre
para eso
o yo soy mucha
mujer…
>>Pertenece
la soleá al género de música que debía ser alegre como la seguiriya, pero es
triste. No sé cuál es la causa. El mismo nombre soleá quiere decir soleada, es decir, sunny, como decimos en inglés, y eso quiere decir en nuestro idioma
alegre…
Así que Nancy, toda una doctora –pensará
Betsy-, no sólo en gitanería sino en flamenco, hace un ejercicio de pragmática
investigadora, y, a partir de lo que va adquiriendo, según su particularísimo punto
de vista –por su formación, cultura, aficiones, etc.-, establece una definición
de la soleá, su fundamento, y a la que concede incluso un carácter esotérico - elementos contradictorios o coincidentes,
fuerzas semiocultas- para terminar con una rematadamente divertida conclusión
sobre su etimología. Vamos, lo que hacen los flamencólogos.
Les dejo un delicioso fragmento
con el que remata el capítulo, dedicado a las malagueñas:
>>El gitano fino sabe
encender fuego con una mirada si el agente de la malagueña le es propicio. Pero
eso no es posible en tierras como Vizcaya o Guipúzcoa, donde he dicho llueve
cada día.
>>Con
el duende de la malagueña, un gitano puede hacer hablar también a un caballo sin
domar. Pero no lo hacían a causa de la Inquisición, aunque en general la Inquisición
no los molestaba, porque, como dice don Francisco de Moncada, en tiempos de
Felipe III eran gente baja y sin medios para responder a los gastos del
proceso.
Verdad que sí, Don Francisco, que
en gloria esté, escasas verdades y bellas mentiras. En este caso, graciosas y ocurrentes.
José Luis Tirado Fernández
Ya promete "escasas verdades y bellas mentiras", pero esta entrada tiene todo el encanto y fuerza de contemplar una magnifica enciclopedia del arte que resultas tú escribiendo..
ResponderEliminarMe has dejado pasmadita, miarma. Esto es sencillamente impagable.
¡Olé!
¿Qué es la muerte? un frenesí. ¿Qué es la vida? una ilusión, una entelequia, un engaño; mentiras que duran años, verdades que no lo son. Las entrelíneas de tu vasta maestría José Luis.
ResponderEliminarHace ya algunos años, leí 'La tesis de Nancy', de Ramón J. Sender. Algunas de las esperpénticas conclusiones a las que llega la protagonista son hilarantes. Sus razonamientos son 'académicos', pero irreales.
ResponderEliminarIgnoraba que se pudiera extrapolar a la 'historia' del flamenco una amalgama de pocas verdades y unas piadosas y hermosas mentiras creíbles. Es cierto que las tradiciones orales propician el invento de los hechos no acontecidos y la adulteración de las certezas a conveniencia; en definitiva, recalcar lo positivo, poner en marcha la fantasía y ocultar lo negativo. ¡La vida misma!
Preciosa y sentida entrada con las tesis de Nancy que al final se enamora de un gitano como Dios manda. Me ha gustado un saludo
ResponderEliminarLeí "La tesis de Nancy" no hace mucho y resultó muy graciosa, sobre todo que una americana interpretara nuestra cultura desde su punto de vista y desde la información que ellos tienen de nosotros. Es un libro para pensar en las contradicciones culturales que separan al ser humano. Esta segunda parte que nos ofreces no la conocía pero intentaré buscarla.
ResponderEliminarPues gracias y recibe un abrazo