A mediados de julio de 1897 la prensa sevillana se hace eco del cierre del Café el Burrero. No obstante, a primeros de Agosto aparece un anuncio de la Nevería junto al puente:
No se anuncia ya como el Café-nevería cantante del mítico Manuel Ojeda, sin embargo, en dicho anuncio se habla de que se ha venido instalando en el mismo sitio con gran éxito de público. Y parece ser cierto, porque Manuel había cerrado El Burrero a mediados de julio y un tal Manuel Triana, solicita en noviembre la reapertura del local. No le pertenecía ya. No obstante, Manuel aparece en los censos viviendo en San Pablo 31, con una sirvienta, muy cerquita del puente.
Pero parece que ya en esas fechas o bien no había flamenco en la Nevería, o no aparece en ninguna referencia, hasta que ya, en 1900, la “Nevería del chino”, un remoquete de la tradición oral, se documenta en esta reseña, y vuelven a aparecer el cante y el baile. Otro nombre oído a través del tiempo fue “Café sin techo” del puente.
EL ANTECEDENTE
En la maraña de mis recuerdos de niño se defiende del olvido la imagen de un viejo que se colocaba muy temprano, justo antes de empezar el puente de San Telmo, en plaza de Cuba, que ponía sobre una de las pilastras de granito que sustentan la baranda una botella de anís y otra de coñac. Los vendía por cañas, que luego enjuagaba en un cubo de agua y también disponía de un búcaro, para aliviar la sed. Sus clientes eran los trabajadores que iban al tajo, en la otra orilla, las cigarreras que trabajaban en la nueva fábrica de los Remedios o las gitanas que cogían jazmines en el parque antes de que abrieran sus flores, y que luego vendían hechos moñas en las zonas de turismo. A la entrada del puente de Triana, desde antiguo, existían varios negocios de abastecimiento de bebidas, calentitos, tabaco, etc. Así lo atestiguan multitud de imágenes. Toda esa actividad se producía alrededor del mercado central de pescado, que hasta 1971, si, hasta esa fecha, tuvo actividad.
Los kioscos han sido una constante en esa zona, incluso en la actualidad, aunque ahora se dirigía otro tipo de público, mayormente turistas, que atraviesan el puente para conocer Triana. El barranco se ha convertido en zona gourmet e incluso al lado existe un bar de copas.
Los aguaduchos eran tenderetes donde se vendía agua, o licores por caña. Como el de esta reseña:
Aquí podemos apreciar ambas construcciones efímeras. Un kiosco de planta hexagonal y un tenderete, casi pegados.
Pero parece que allí hubo un café cantante, y su antecedente, un teatro. En 1875, una pinceladita sobre un teatro en ciernes:
Pero en abril de 1877 no se había decidido ni el sitio donde se instalaría:
También en 1877, El Español informa de la construcción del teatro; la referencia a la fábrica de los Sres. Portilla puede referirse a la empresa que andaba construyendo el Barranco, la “Portilla, White y Cía.”.
Y ya, en junio, la programación
Y, ya puestos, hasta el nombre del apuntador:
Funcionaban dos teatros al aire libre, el Eslava, situado sobre el solar que hoy ocupa el Hotel Alfonso XIII y el situado a la vera del puente. El Romea era un teatro al aire libre que funcionaba en verano, y a tenor de esta noticia, no estaba dotado para resguardar de la lluvia al público asistente:
SALUD OJEDA, LA HIJA DEL BURRERO, ARTISTA DEL ROMEA
Una curiosa reseña de agosto de 1877, nos sorprende con la actuación de Salud Ojeda, como bailarina infantil:
O a lo mejor no nos sorprende tanto, ya que sabemos que Salud Ojeda bailaba:
<<El Burrero no estaba .y no pude conocerle,
pero sí a su mujer é hija. Esta última tiene una preciosa figura: alta,
esbeltísima, flexible, la cara muy animada, ojos y pelo negros, y un no sé qué
simpático y distinguido, que cautiva. Viendo con el interés que yo la miraba,
me preguntó mi primo: ¿Te gusta, eh?-Sí,
dijo. Pues si la vieras bailar las sevillanas—añadió- te quedarías bizco; pero
aquí no baila nunca; solo lo hace en alguna casa particular, ó en la tienda en
la feria. >>
1892 23 ago. Una visita al burrero L. Ibargüen La unión
católica
O, ya puesto, incluso que cantaba:
LA UBICACIÓN EXACTA
El Romea, posteriormente el Café Nevería Cantante de Manuel Ojeda, y más tarde el Café Nevería junto al puente y la Nevería del Chino, seguramente lo mismo, estuvieron exactamente donde dice Manuel Bohórquez, sobre los jardines que hoy albergan el monumento a Antonio Mairena. Entre Manuel Ojeda y El Chino, hubo una nevería dedicada a la música:
En este plano de Antonio de Padura y Manuel de la Vega, donde ya aparece el edificio del mercado de pescado, y el hueco donde posteriormente se edificaría la sede de la Asociación Sevillana de Caridad, se nos antoja demasiado estrecho como para albergar el publico necesario para pagarle al elenco que en 1885 ofrecía Manuel Ojeda.
Pero en esta foto de Lucién Levy, de 1885, hecha a finales de Julio, por las banderas que se observan en el puente, sólo se aprecia una especie de construcción de tableros verticales que se sitúa en la pendiente de bajada al muelle de la sal:
Pero estar, estaba allí, en esta reseña se da referencia exacta de su ubicación:
José Luis Tirado Fernández
Magnífico artículo, amigo José Luis.
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