Soleares de mi pueblo,
sinrazón de las palabras,
santo y seña del flamenco.
Soleares de tres versos
puñales que en las esquinas
ajustician sentimientos.
La soleá es un dolor,
así que puede servir
para cantarle al Señor.
DOMINGO DE RAMOS
Trota sobre un canastillo…
borriquita del domingo,
revuelo de los chiquillos.
Mira al cielo, Redentor,
igual que mira tu mare,
Virgen del Mayor Dolor.
La Magdalena en tu paso,
y detrás, tu madre Hiniesta
llorando bajo su palio.
Recuerdo la tarde aquella
que vine a buscarte al puente
con mi camisita nueva.
LUNES SANTO
Al sepulcro te trasladan
Maria con Nicodemo,
y José, con Santa Marta.
De tu mano florecida
recogiendo va la rosa
la sangre de tus heridas.
Si con un beso te entregan
¿no se estarán revolviendo
las entrañas de la tierra?
Está pensando Caifás
que el Soberano Poder
es un nombre y nada más.
MARTES SANTO
Dios en la cruz clavado,
pastor de las buenas almas,
hijo de Gracia y Amparo.
Anás al hijo del hombre…
pregunta, y El le contesta
Maria, tu Dulce Nombre.
Las lágrimas de tu cara
las enjugará tu madre,
que nunca te desampara.
MIERCOLES SANTO
Virgencita del Buen Fin,
la sangre de su costado
se rebela en San Martin.
Te arrulla como un chiquillo
dulcemente, en su regazo,
la Piedad del Baratillo.
Refugio de mis pesares,
llévame donde tu vayas,
déjame seguirte, madre.
Se rompió el velo del templo;
dejaste en Siete Palabras
escrito tu testamento.
Levanta tu dedo, Juan,
y que se entere Remedios
por dónde sus pasos van.
Misericordia te pido
a ti, Señor que la tienes
fecunda para tus hijos.
La omnipotencia señala
la Virgen de la Cabeza
con fajín de Generala,
y por arriba,
el techo de su palio,
la luz divina.
JUEVES SANTO
Ángeles por Recaredo,
allí tiene su morada
la que veneran los negros.
Sólo con mirar tus lágrimas
se apacientan un a uno
los recelos de mi alma.
Pasa, Señor de Pasión,
que enmudezcan los latidos
de mi viejo corazón,
que bien deseo
que te devuelvan, Padre
tu Cirineo.
La calle Feria esperando
que se asomen tus varales,
majestad del Jueves Santo.
VIERNES SANTO
El azul del Viernes Santo
es de la Carretería,
lo demás… es azul claro.
Palio persa de respeto…
vuela el Plus Ultra en sus manos,
es la Virgen de Loreto.
Si yo
siguiera tus pasos…
hoy sería más de Triana
y menos del desarraigo,
que de Triana,
fuiste tú la primera
por la Campana.
Cruz de la fe, convicción…
doctrina de aquel que muere
entre el buen y el mal ladrón.
SABADO SANTO
La muerte se nos presenta…
la mano sobre la frente
y con su guadaña negra.
Trinidad de la esperanza,
alivio de su calvario,
cura de sus cinco llagas.
La brisa mueve el sudario…
no habrá vela más hermosa
para mover ese barco,
pero es verdad
que no podrá llevarse
tu soledad.
José Luis Tirado Fernández
Propio de tu sensibilidad poética, José Luis, y en justo agradecimiento:
ResponderEliminar¡Quién fuera niño y pudiera
correr al lado de Dios
cuando con Platero baja
la rampa del salvador!
¿Hoy va de poemas? Mi pequeña aportación:
ResponderEliminarQuiero ser tu costalero
Señor de la Providencia
y llevarte con esmero
muy metido en la conciencia.