Dame la mano, niña,
baja a la barca,
que es la Torre del oro
tu fiel guardiana;
al giraldillo
llegan los resplandores
de tus zarcillos.
Flecos de los mantones,
hebras de gracia,
abrígate del fresco
de la mañana;
flores del cielo
las moñas de jazmines
que hay en tu pelo.
Es habitual entre los trianeros
tener algún ascendiente entre las mujeres de su familia que haya trabajado en la Fábrica de tabacos de
Sevilla, por la gran cantidad de ellas que lo hicieron durante el XIX y
principios del XX. En mi caso, lo fue la abuela de mi abuelo Carlos, que me
contaba algunas anécdotas sobre ella. Cuando era niño, la vieja solía darle una
latilla y una moneda para que le trajera aguardiente de la taberna; para matar
el gusanillo, decía. Un buen día, y cuando a lo largo de la tarde le había ido
varias veces por la bebida, le dijo: -Abuela, usted no quiere matar un
gusanillo, ¡usted quiere matar una serpiente!
Prospero
Merimeé, (Carmen)
"Sabrá, señor, que hay de cuatrocientas a
quinientas mujeres empleadas en la
fábrica. Son las que lían los cigarros en una gran sala, donde los hombres no
entran sin un permiso del Veinticuatro, porque cuando hace calor, se aligeran
de ropa, sobre todo las jóvenes.”
El pintor de las cigarreras, Gonzalo Bilbao, fue homenajeado por ellas, cuando al regreso de una exposición en Madrid, fueron en coches de caballo a la estación de Córdoba, a recibirle. |
A la gracia trianera de aquellas
mujeres se une la devoción por las imágenes de la Cofradía de los azotes y Maria
Santísima de la Victoria, una hermandad que radicaba dentro de la propia
fábrica y de la que muchas eran hermanas, así como sus hijos y sus nietos.
Principios del XX, Puerta de Jerez. Vieja cigarrera, posiblemente jubilada, transmitiendo su devoción a su nieto un Jueves Santo. Al fondo, el edificio del Hotel Alfonso XIII. |
Jules Claretie.- 1869 (Traducción de F. Morales Padrón) "Tienen la misma gracia sana y
apetitosa. Estos millares de cabezas morenas donde, aquí y allá, unas
cabelleras de oro; estas cabezas vivas agitadas, todas adornadas de flores
rojas; estas blusas entreabiertas, estas faldas claras, estos niños en las cunas,
situados al lado de sus madres y que ellas mecen mientras trabajan; estos
vestidos colgados en la pared, como los
cachivaches en casa del revendedor; este sol andaluz jugando sobre estos brazos
redondos, sobre estos cuellos elegantes, sobre estas manos que lían
alegremente.”
Como muchas de estas trianeras eran gitanas, se ataviaban a su estilo, siendo precursoras de los trajes que actualmente se utlizan en las ferias y romerias andaluzas. Santo y seña. |
Esta
entrevista a Carmen, que en realidad es un relato de ficción, se desmarca de la
visión romántica de estas mujeres, acercándolas más a la realidad laboral,
industrial y cotidiana de sus vidas.
Pero
lo nuestro, es lo nuestro, vaya...
Luis Montoto “La calle
de la Sierpes”
…Pero
advierto que se le van a usted los ojos tras aquellas mozas garridas que al pasar nos han dejado aromas de albahaca
y alhucema y la sensación que causa todo lo sano y limpio.
-Verdaderamente
me hechizan su andar acelerado, el revuelo de sus enaguas, la gracia con que
llevan prendidas al cabello, un tanto desaliñado, algunas florecillas, lo
airoso de su talle y el mantón con que lo ciñen –cuyos flecos a poco se enredan
en los botones de mi americana-, su charla, que parece gorgeo de pájaros, y su
movilidad nerviosa.
-Cigarreras
que vuelven de la Fábrica. Retornan del trabajo más alegres y más limpias que
antes de ir al taller.
-Tienen
mucho de la clásica cigarrera de Sevilla.
-No fue
nunca la hembra desgarrada que vieron al través de sus lentes los romanticistas
extranjeros, sino terrón de las salinas de Sanlúcar y rayo del sol que dora la
Giralda.
José
Luis Tirado Fernández
¡Qué tiempos! El inicio de la incorporación de la mujer sevillana a un trabajo que armonizaba lo pintoresco y lo social. Luchadoras por un salario, el reconocimiento y la reivindicación. La Sevilla romántica, y trágica, que plasmaron Merimé, Bizet, Bilbao. Y más tarde los fotógrafos. Las penurias económicas de la época eran menos con estos sueldos femeninos
ResponderEliminarFabrica de Tabacos, empresa tan típica de Sevilla,que es una pena su desaparición. Mi abuela Isabel,madre de mi padre fue cigarrera,era menudita ,guapa, con su moño alto, recuerdo sus historias. Una de ellas era cuando Alfonso XII se iba a la puerta de la fabrica y sus "alternos" ante la indicación de la elegida,se la ponia en bandeja. Las que no querían pasar por ese aro,procuraban pasar desapercibidas,- Como se sabe en aquellos tiempos el derecho de pernada.
ResponderEliminarEn mi familia la tradicion de trabajar como cigarrera se fué pasando de abuelas a hijas y nietas. Dos de mis hermanas trabajaron alli. Ya eran otros tiempos.....
Sobre el cuadro de Gonzalo de Bilbao,en nuestro Museo se puede ver y disfrutar. Es una gran obra y refleja magnificamente aquella epoca y situacion en las figuras y las expresiones.
¿Para cuando tu libro?
una vez m´ñas por tu gusto de descubrirnos los secreto que guarda Triana y Sevilla no muestra una cronica de la Triana que se fue para no volver y que es rescatada con tu persistencia. pedro
ResponderEliminarGracias por la referencia al ejercicio de 'realidad ficcionada' que llevamos a cabo sobre estas mujeres en la labor cigarrera de nuestra ciudad.
ResponderEliminarSaludos
Juan Carlos Romero
!Bueno en mi comentario anterior, le faltaba un I a susodicho Rey,es decir me referia al hijo no al padre! Lapsus.......
ResponderEliminar.. Yo quisiera ser el viento
ResponderEliminarque te soplara al oido
toito lo que yo siento
Y quisiera ser el rio
y en mis aguas te miraras
y escucharas mis quejios
Y quisiera ser la flor
con la que adornas tu pelo
y esos adornos que llevas
con los que luces tu cuerpo
Cuantas cosas yo quisiera
para decirte "Te quiero"
Concha
Preciosa Entrada José Luis, me ha encantado leerla por dos motivos el 1º por agradecimiento a mi amiga Franconetti que me avisó para que lo leyera y 2º porque yo tenía una amiga que trabajaba en la fábrica de tabacos, era y es una gran persona, y la recuerdo con cariño. Te felicito un abrazo para ti
ResponderEliminar¡Qué gozada da pasear la mirada por tu blog, José Luis! Y de los comentarios se aprende mucho también, sobre todo, si van con bellos versos y con ARTE como los de Concha.
EliminarEstaremos unidos en un interés por las vivencias, tradiciones, en un compartir hermoso y solidario que tanto enriquece y ennoblece los bloggs...
Tanto es así, que de vez en cuando os pongo cosas vuestras en mi blog, por sentir la imperiosa necesidad de compartir con los demás esta belleza y sensibilidad de sentimientos tan profundos como hermosos. Antonia, mi compi, ya es una entusiasta seguidora vuestra,,,Y suma y sigue, jeeeeeee....
Unn abrazo, amigos.
Mari Carmen.
Hola, José Luis. Ya estoy aquí como te prometí; te comento, que cuando en entrado en tu blog, y he leído tu poema a Las Cigarreras; enseguida me he dicho ¡aquí hay mucho arte!, y no me he equivocado. Una vez leída esta magnífica entrada, te digo de corazón que ha sido para mi un placer conocerte personalmente, y que tu blog, es un orgullo para la red, y al que nunca dejaré de visitar.
ResponderEliminarNos veremos.
Un abrazo.
Manuel.
Solo decirle de la foto del Nazareno y el niño que era su hijo el más pequeño de una larga prole, ella se llamaba Luisa y era mi bisabuela
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