Ha sido una pura emoción conocer
a este hombre, que a los noventa y dos años, ha estado este domingo tarareando
algunas de las sevillanas que compuso, acompañado de mi humilde sonantilla;
este espíritu libre, humilde y
sonriente, que desgrana arte a cada frase, que inunda de bienestar el ánima de
quien le acompaña, verso empedernido en los labios, sal fina en la palabra, que
me ha imprimido su sello y ha sembrado marejadas en mi temple, que me apremia,
tras saber quién es y cómo se conduce, a festejar su existencia, a agradecerle
compartir su mesa, y decirle en estas línea lo que siento.
Que me arrepiento de no haberle
conocido antes, ya que pude, que guardo en el interior de los atrios del
corazón el recuerdo de este día, que me avergüenzo de no haberle admirado más,
de no haber profundizado más en su obra, de no haber escuchado más sus creaciones.
Un momento relevante: “yo creía que era poeta hasta que leí lo que tú
escribes”, frase que me ha dedicado y que le acepto siempre que signifique su
apoyo leal y solidario hacia todos los poetas que frecuenta, como suele decirse:
“eso se lo dirá usted a todos”, un cumplido en toda la extensión de la palabra,
pero que estimo demasiado exagerada como valoración de mi arte si iba en serio.
Porque al cabo, quien lo dice, es
autor, entre otras “cosillas”, de la sevillana más universal, “El adiós”, que
cantaba hasta el papa de Roma, del himno de la Esperanza de Triana, de las
nanas de la señá Sant´ana, y de tantos y tantísimos versos con los que hemos
crecido y que nos han ilustrado en el amor de nuestros amores: Triana, las
devociones, la historia y las costumbres
más hermosas de nuestro pueblo.
Espero volver a verle pronto, percibir
de nuevo su arte, su aura prodigiosa, la frecuencia de los elegidos a su
alrededor, la dulce cadencia de sus movimientos, o pedir otra ronda, otra tapa
de merluza en amarillo o escucharle llamar a Pastor, su cuidador, para hacerle
un encargo, como lo hace un padre.
Pero este genio me va a permitir
que prescinda de hacerle algún poema porque no me considero digno de escribir la
primera línea siquiera. Le dedicaré, entonces, el poema sentimental de mi
admiración y mi gratitud. Y el reconocimiento ineludible de su maestría.
José Luis Tirado Fernández
Todo esta mui bien JoseLuis. Pero nadie puede prescindir ni siquiera de dos frases escritas o narradas" que salgan de tu persona. Un cordial saludo y feliz navidad
ResponderEliminarMe alegra de ese encuentro. Manolo es extraordinario como persona y un inmenso poeta. He tenido la suerte de conocerle desde hace cuarenta y tantos años y he pesado momentos deliciosos con él. Uno de esos días -1992- fue en la presentación de mi libro "Triana en labios de la copla", en la que él intervino con un diálogo entre las dos Esperanzas, la trianera y la Macarena.
ResponderEliminarFelicidades.
Gracias por este especial homenaje que le haces al admirado maestro Garrido, persona entrañable desde siempre... Un abrazo J.L. y de nuevo que paséis bien estas fiestas.
ResponderEliminarBonito homenaje el que le haces a esta persona a la que no tengo el gusto de conocer.
ResponderEliminarTe deseo para ti y toda tu familia unas felices fiestas.
Un fuerte abrazo.
Manolo Garrido es una leyenda viva. Como El Perlo, malagueño que se enamoró de Sevilla, de Trina, de la calle Sierpes y se quedó a vivir en La Barzola. Catapultó a todos los rincones del mundo el cante por Sevillanas desde Radio Sevilla. Infatigable compositor, ya de múltiples versos, saetas, pregones, villancicos y relatos; o bien comedias y entremeses. Personaje incombustible que goza trianeando. ¿Para cuándo un reconocimiento multitudinario ante su afán por ensalzar siempre a Sevilla? Desde lontananza hasta en el espacio corto, todo un señor.
ResponderEliminarComo amiga me alegro de la alegría que has sentido al poder cantar y conocer a ese señor tan especial, ha debido de ser una ocasión única para ti por la emoción que habrás tenido, te felicito por ello. te agradezco tu cariñosa felicitación de Navidad que ya sabes que es recíproca-un abrazo
ResponderEliminarNo tengo el honor de conocer a D. Manuel Garrido, pero siempre lo he admirado mucho. Le dedicas una entrada tan bonita como meritoria. Estoy de acuerdo con vosotros, especialmente con Ramón, me uno a la petición de su merecido reconocimiento y que él lo viva.
ResponderEliminarTu pluma pone de manifiesto esa profunda sensibilidad para manifestar los sentimientos. Gracias por tan especial entrada.
Feliz año, amigo y a toda tu familia y seguidores...
Un abrazo.