La Perla del siglo XIX, que
aparece en el famoso relato de Estébanez
Calderón, no tiene ninguna relación con Antonia Morales Jimenez, nacida
a finales de dicho siglo, en el barrio de San Julián y criada en Triana, barrio
en el cual transcurrió su vida y en el que parió y crió a sus hijos.
John Phillips, pintor escocés
que visitó Sevilla en 1851, la impresionó en uno de sus cuadros.
Existe una alta posibilidad de
que sea la misma de “escenas andaluzas”, donde nuestro gobernador le dedica lo
mejor de su poesía:
“…Los
brazos, mórbidos y de linda proporción, ora se columpiaban, ora los alzaba como
en éxtasis, ora los abandonaba como en desmayo, ya los agitaba como en frenesí
y delirio, ya los sublimaba o derribaba alternati…
ENCARNACIÓN, MADRE DE LA PERLA Y LOS FILLO
De origen malagueño, Encarnación
Jiménez Medrano, nacida en 1870, hija de Juan y Joaquina, que en 1900, aparece
como viuda habitando la casa de su madre
Joaquina en San Roque, calle Conde Negro, 19, donde sus hijas Agustina y
Antonia no constan, aunque ya existían. Igualmente, viuda en 1898 de un tal
Juan Morales, habita en la calle Macasta (San Julián, Sevilla) con dos hijos,
Agustín y Antonio, posiblemente un fallo de filiación, porque en 1902 aparecen
en la calle Ardilla, 8 (Triana), como Agustina (1891) y Antonia (1894) Morales
Jiménez, donde su madre Encarnación aparece agregada a un varón, Manuel Ortega
Reyes natural de Morón, con el cual tiene una hija de un año llamada Luisa
Ortega Jiménez.
Este Manuel Ortega, nieto de
Francisco el Fillo y de Maria la Andonda, es hijo de Juan y Teresa, que viven
en la misma casa, Ardilla, 8. Juan es el primogénito del mítico matrimonio de
cantaores, nacido en Málaga en 1856.
ANTONIA
MORALES JMÉNEZ, LA PERLA DE TRIANA
La Perla de Triana, vive en un ambiente flamenco desde la cuna; no en balde, su madre entronca en segundas nupcias con una de las familias fundamentales para nuestro arte durante el siglo XIX, los Fillo, y suponemos que no pocos cantes le escucharía a la abuela de su padrastro Manuel, María la Andonda, que en esas fechas vivía en casa de su hijos Manuel, en la desaparecida calle Puerto, al sur de Triana.
Antonia aparece en 1921 viviendo en Córdoba con el sevillano José Carrasco de los Reyes, (1888) de profesión artista, padre de sus hijos Encarnación, Antonia y Eugenio, poeta popular y escritor, a quien tuve el honor de recitar unos versos el día de su homenaje trianero en el teatro Lope de Vega.
En 1923 Antonia era profesional
del cante, compartiendo cartel en la plaza de toros de Huelva con Manolo
Caracol, Centeno, El Niño Gloria, Manuel Torre y Antonio Chacón.
En 1926, una reseña en “El Defensor de Granada”, da reseña de una tournée en la que participa, con artistas de la talla de La Niña de los Peines, Juana la Macarrona o Niño Ricardo.
La Niña de los Peines fue madrina de bautismo de su hijo Eugenio. El mismo elenco, en un diario de Córdoba
En Badajoz, en 1929, triunfadora.
Una anécdota. Tres días antes del alzamiento, en 1936, en la Maestranza.
Después de terminada la guerra civil, un cartel semejante, en Granada
No sabemos el año en que se retiró Antonia, pero su hijo Eugenio contaba que el se preocupó de que abandonara esa vida de farándula y ajetreo, de vivir trasnochando y a veces por unas monedas en fiestas de señoritos, como en esta foto, de pie, la segunda por la derecha.
Grabó en la Antología del cante flamenco y gitano, recopilada por Antonio Mairena. De dicha obra, son estos fandangos
TRES HIJOS, TRES PERLAS
Eugenio fue cantaor, pero perdió
la voz muy joven y ya de mayor aprendió a leer y escribir hasta convertirse en
autor de libros, que publicaba y que él mismo vendía, a cuantos tenía
oportunidad de encontrarse por la calle, en los bares, los mercados…os
Fue compositor de letras
flamencas, obteniendo éxitos tales como “Me tocó perder”, que popularizó el malogrado
Turronero.
Triana le ofreció un homenaje en
vida, en el Lope de Vega, en Noviembre de 2012. Toda Triana y todo el mundo del
flamenco concurrió. Este fue el cartel de aquella memorable noche.
Antonia y Encarnación formaron parte de Triana Pura, pero fue esta última la que participó más activamente, sobre todo cuando a finales de siglo “El probe migué” fue una explosión de éxito y consiguieron llevar el nombre de Triana y su pabellón a lo más alto no ya de las listas nacionales, obteniendo discos de oro, sino al ámbito internacional, donde tuvo gran repercusión.
En este video podemos apreciar su arte, en el Lope de Vega, con toda su Triana Pura…
Para
maria Luisa, la Perla de mi casa.
Gracias por el testimonio José Luís. Vellos de punta de pensar que muchos de los que nombras ahí vivieron y compartieron momentos con mis padres (qepd) en Triana.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Pepe Gonce