El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

jueves, 1 de septiembre de 2011

PINK FLOYD DE UNA NOCHE DE VERANO (Segunda parte)

            El prisma
            Cuando compré mi primer disco del grupo tendría unos dieciséis años y recuerdo el revuelo que entre mis amigos había provocado el “concepto” Pink Floyd. Como no teníamos un duro y adquirir un disco no era ninguna broma para unas economías como las nuestras,  era muy frecuente prestar libros y discos a los amigos –todavía circulan por ahí varios ejemplares que me pidieron-, una vez se habían escuchado. Pero este caso era distinto; aquella posesión obsesiva sobre el objeto que había surgido de aquella fantástica novedad,  prevalecía sobre la amistad y lo importante era tenerlo y escucharlo muchas, muchas, muchas veces.

            También recuerdo el día que aquel disco entró en mi casa. Era como un elemento extraño, un cuerpo que se había incrustado dentro de un organismo soberano y cuyas defensas naturales tendían a despedirlo del sistema allí instalado. Mis padres lo miraban con recelo, mis hermanos me preguntaban qué era aquello, desde luego aquel prisma de la portada, hoy día símbolo cuasi impenitente del grupo, y los pósters que incluía, hoy perdidos en mi caso, eran algo novedoso  cuando menos, en una sociedad regida por una dictadura y en la que todo pasaba por el filtro de la censura. Menos mal que el sistema no consideró peligrosa la música de Pink Floyd. No sabían tampoco, que ellos vinieron a cambiar conceptos, mentalidades y conciencias; entonces, hubieran ido a por ellos, y a por nosotros. El álbum estuvo catorce años (ha leído bien, CATORCE AÑOS), en las listas de ventas de Estados Unidos.
           
            Clare Torry
            Es la voz del sueño de Pink Floyd. Si Clare no hubiera existido, The Great Gig in the Sky, del álbum de Pink Floyd de 1973 The Dark Side of the Moon sería una canción más, muy bella, pero una más. Inglesa de nacimiento, fue Alan Parsons, que había trabajado con ella quien la propuso a sus miembros.
Clare Torry

            El tema es del teclista, el fallecido Richard Wright; The great gig in the sky (El gran concierto en el cielo), concebida en principio como una canción desoladora, inspirada en la tristeza y la pronta llegada de la muerte. Así, unas voces, durante la canción dicen: "Y no tengo miedo de morir, cualquier momento está bien, no me importa. ¿Por qué debería tener miedo de morir?, no hay razón para ello, tienes que irte en algún momento" y "Nunca dije que tengo miedo de morir".
            “Piensa en la muerte o en algo terrible”, le habían dicho. Sirvió para que Clare entrara en una especie de éxtasis, para, en unión de estos fabulosos magos de la música dejar sentada cátedra del bien hacer. Si, efectivamente, su alma adoptó tal estado en aquel momento que llegó a conectar místicamente con Dios, no es de extrañar que al oír su voz de cielo produzca en nosotros el repeluco en la espalda y el deseo de no dejar de oírla nunca. Cuando acabó su intervención, se avergonzó y salió pidiendo perdón, lo que extrañó a los Pink Floyd, que quedaron entusiasmados de ella.

Clare Torry
             Aquí se nos vienen al tajo Diana Ross, Roberta Flack, Aretha Franklin y otras grandes intérpretes de la música soul a las que Clare, parece decirles: ¡Aquí estoy yo! No en vano fue llamada “La rubia más negra “. Para comprender por qué esta mujer saltó a la fama tras su memorable intervención no léxica en el disco “The dark side of the moon”, lo mejor es escucharla:

Un deseo. Ser más joven para dedicar más horas a  escuchar todas las canciones de Pink Floyd. Un tiempo. Aquel que nos tocó vivir a cada uno.

6 comentarios:

  1. .... De Pink Floyd me siento más cerca que del Flamenco, a ver es lo que hay...

    He disfrutado con estos relatos de aquellos tiempos de Lp, gracias

    Besitos Mariquilla

    ..y a Paco

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  2. ¡Qué alegría vovler a ver tus comentarios, Mariquilla! Yo no sé si soy más de flamenco qu de Pink Floyd, creo que donde tengo mis raíces es donde permaneceré, aunque esta música es algo espacial para mí. Transmito tus saludos a Paco. Por cierto, hacía tiempo que no leía ese término: Lp, ¡que tiempos! Saludos.

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  3. Gracias,cofrades, por mandarme estos correos tan bonito, como sabes poco puedo comentar ,pore es de mi epoca y el soug creo que se escribe asin,bueno abrazo y sige ya ya me gustaria a mi hacer algo como esto tuyo.
    Arques

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  4. A los cofrades nos gusta la músia y si es de la buena, mejor. Me alegra verte a tí y a Mariquilla por aquí, gracias por las visitas.

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  5. José Luis, hoy he podido conectarme y he logrado ver tu segunda entrega de Pink Floyd. La historia de Clare es muy curiosa, sólo cobró 30 libras por poner su voz (y porque la grabación la hizo en domingo). Hasta algo más de treinta años después no consiguió que se le reconociera como co-autora tras un largo pleito.
    Enhorabuena por tu instructivo blog.
    Ramón.

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  6. Instructivo, gracias a aportaciones como las que acabas de hacer, querido Ramón. Yo también opino que Clare es co-autora, ya que le dijeron ¡canta! y ella puso su impronta, así que si yo fuera el jurado, sin duda le concedería ese derecho, como dices que al final así ha sido. Saludos y hasta pronto.

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