Cupido andaba cortando
las rositas del jardín
y se quedaba escuchando
la soleá de Joaquín.
Las horitas del reloj
nadie las espera, prima
como las espero yo.
La luna blanca en el cielo;
en la venta de platilla
le daba forma al modelo.
Callejuela de San Juan
ni adoquines ni poyetes,
unos vienen y otros van.
José Luis Tirado Fernández
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