Si algunos flamencos se quejan de que no haya ningún
recuerdo en la calle Rosario hacia Silverio y su Salón, deben saber que tampoco
lo hay para recordar que en esa misma calle vivió Cervantes, y que los
sevillanos somos así de desagradecidos.
En 1758, ya se llamaba Rosario. En la antigüedad, llamóse de los Ángeles |
Y como parece que todos los café cantante se han construido sobre suelo sagrado, especialmente conventos, el de Silverio no podía quedarse atrás. El nombre de dicha calle se debe a un hospital con esa advocación, que posteriormente ocuparon las monjas de Santa Ana, antes de ocupar el convento que en la actualidad poseen. En 1771, en el plano de Olavide, aparece una edificación exactamente donde se ubicaría el Salón Silverio.
QUIÉN ES SILVERIO
Los
flamencos actuales piensan que es un personaje de papel. Nada más lejos de la realidad. Antes de las dataciones, Silverio vivía en la memoria del sevillano; a los chiquillos nos
llegaba por la lengua de los viejos no sólo sus batallitas, sino lo que a su vez a ellos mismos les había llegado. También nos contaban gente que leia, por prensa y libros, dónde estaban las huellas y milagros del cantaor.
Escuchábamos
en la Telefunken de madera que estaba debajo del cuadro de la Virgen del Carmen
a la hora de acostarnos, el flamenco que La Voz del Guadalquivir, Radio Sevilla,
Radio Popular, etc., nos ofrecía. El ídolo, vivo todavía, Caracol; Valderrama, Pinto,
Sevillano, Maravillas, Paquera… y muchos más que no cito. Entonces eran muchos. Presentes, porque a
esos sí que los he visto, con estos ojos, a Marchena, en San Eloy, y a Pastora,
en el homenaje que le organizaron junto a su marido Alberto Oliveras, Mairena y Naranjito, entre
otros, en la pila del pato, frente a su domicilio. De mayor, he coincidido con
personas que estuvieron allí. En la memoria, Vallejo, Chacón, Carbonerillo, Tomás...
De
Silverio nos decían las lenguas antiguas, con más literatura que erudición,
sobre cómo cantaba, aunque nadie lo
había escuchado, sobre su físico*, aunque nadie lo había conocido, sobre sus
andanzas, aunque poco era lo publicado y conocido, sobre los lugares, aunque estaban
confundidos.
*Una leyenda urbana atribuye a Silverio
tales dimensiones y tal peso, que cuando murió, tuvieron que avisar a una empresa de
transporte de pianos para poder bajar el féretro hasta el coche de difuntos.
Popular.
Esta
es la casa donde murió Silverio, hoy inexistente.
Obsérvese la estrechez de la avenida |
Hoy, a través de la
investigación, están más que documentados todos esos términos, aunque sobre sus
cantes, si no fuera por la transmisión oral, estamos donde lo dejaron Tenazas, Chacón, Matrona, etc..
Sobre su voz, bien fuera de muñeca o de ultratumba, igual, aunque cualquiera de
los que aseguran haberlo escuchado, como Fernando el de Triana, apuntan que era canela. ¿Que quién es
Silverio? Yo conozco a dos. Uno etéreo, idealizado, mítico y legendario. Otro,
fundamentado, documentado y frío. Lo de antes, sin ningún fundamento, me
parecía bello, o al menos más bello que lo de ahora. Y de amar a Silverio como
lo amo ahora, prefiero amarlo como lo amaba siendo niño. Al turrón.
MAESTRO DE BAILE
Que en la misma guía, en 1877
aparece: “Franconetti Aguilar, Silverio, cantador de flamenco. Potro, 7.”
y en
1878: “Franconetti Aguilar, Silverio, cantador de flamenco. Tarifa 1.”, y lo mismo
en 1881. En 1888 también aparece como cantador de flamenco, pero en Rosario 4.
Calle Potro 7 1787 SEMANARIO SEVILLANO |
1883 Silverio y El burrero profesores de baile Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración |
Y que no es hasta 1882, en la
misma guía, cuando por fin aparece Silverio en Rosario, 4, y Manuel Ojeda Rodríguez,
en Tarifa, 1. Lo mismo en 1883. Ese mismo año aparecen como profesores de baile
en el
“Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la
administración”. En 1884, 1885, 1886,
1887, 1888 vuelve la Guía con la mención de Silverio Y Manuel.
Por cierto, que la Farmacia el Globo, que añoramos los sevillanos con cariño, al menos los que la recordamos antes de su cierre, estaba situada en Tetuán, 20, junto a Calzados Garach.
Por cierto, que la Farmacia el Globo, que añoramos los sevillanos con cariño, al menos los que la recordamos antes de su cierre, estaba situada en Tetuán, 20, junto a Calzados Garach.
MAESTRO DE CANTE
En 1873,
el 24 mayo, en La Nación (Madrid), se habla en una reseña del estilo “A lo
Silverio”.
En
1879, en el Boletín de loterías y de toros (Madrid), aparece actuando el dos de
junio en el café de la Bolsa de la calle Barquillo.
Siguen
con dicha actuación el día nueve, según se recoge en El Globo (Madrid)
Entre 1880 y
1882, Francisco Rodriguez, en un artículo en La Época de Madrid de 1922, titulado
“El canto andaluz, gitano y flamenco” afirma haber estado recibiendo
clases de Silverio acompañado del mismísimo Demófilo. Francisco debió tener un compás excepcional.
Muy floreciente
debió ser el año 1885, pues en el local de Rosario 4 se reciben visitas
ilustres. Como esta, en el mes de marzo.
1885 8 mar visita gobernador Cafe Silverio La Iberia (Madrid) |
Y Silverio se desdobla, ya que en el café cantante que regenta en Huelva, se produce un suceso. Pólvora.
1885 2 jul La República (Madrid) |
1885 2 jul La Época (Madrid) |
Mientras, en
Sevilla, continúan abiertos Silverio y El Burrero. Incluso en 1886
El teatro de Variedades estaba en la calle Bayona, 6 (actual Federico Sánchez Bedoya) y el Teatro Rioja en el Pumarejo.
El Hospital del Amor de Dios, de Sevilla, fue aprovechado tras su abandono o demolición para instalar locales de ocio durante la segunda mitad del XIX. El teatro Cervantes aun subsiste. Fue construido sobre el citado solar.
Aqui se puede apreciar algún murallón del hospital, foto de los años cincuenta |
1871 17 dic teatro lope de rueda LA ANDALUCIA |
Amor de Dios 31(actual)
Pues allí debió estar la sucursal del café Silverio por la pista que nos da la siguiente reseña. Sospechamos que se trata del local ocupado por el Lope de Rueda y posteriormente por el Varietés Lido y Cine Trajano.
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1887 6 nov. Cafe de Silverio El Perecito(Sevilla) |
Una reseña, en
1887, hecha por un “tourista”, refiere una visita al café Silverio MUERE SILVERIO |
Fecha de la muerte.
José Luis Tirado Fernández
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