1.-Los tangos del Titi, un legado familiar.
Me
lo dijo El Moli, en una conversación relajada y amable: “Esos cantes son
anteriores a mi abuelo Joaquin, se cantan en mi familia desde hace muchos
años”.
A
diferencia de los tangos del Piyayo, personales y que utilizan también tonos
menores, aunque realmente se tratan de una recreación de las guajiras en cuya
base se inspiran, los tangos del Titi tienen un poco más de calado. Durante
mucho tiempo pensé que eran de autoría personal e, incluso para alguna consulta
que hice los resultados fueron idénticos: esos tangos eran de Joaquin. Pero la
afirmación de El Moli tenía su fundamento, no sólo por hacerlo desde dentro del
meollo, sino porque a través de un recorrido por sus distintos fragmentos
aparecen indicios de una obra común. Como
uno de los tangos puramente corraleros, cargados de gracia y compás, se ha ido
transmitiendo a través de distintas generaciones, aunque por la diversidad de
sus estrofas, de tan variada gama melódica y que acumula tal cantidad de
letras, debe, necesariamente, de haberse ido transformando y evolucionando. Una
de ellas, la de “Por debajo de aquel balcón…”, puede tener su ascendencia en el
carnaval gaditano, según esta página:
y no parece tan descabellada la teoría, porque
la letra es la misma, aunque desconozcamos la toná de la copla carnavalera y además
porque algún cante puramente trianero, como las chuflillas, sí tienen su origen
en el carnaval. Pero de algo estoy seguro y es de que en Triana fue refinada
como todo lo que toca esta tierra. Así lo afirma el viejo cantaor granadino
Evaristo Heredia Maya: «En Triana siempre se ha cantao muy serio. Los cantes de
los Puertos subían a Triana embrutecíos, y en Triana se hacían más asequibles,
en esos patios de vecinos donde se cantaba que quitaba er sentío...».
2.- Apogeo de los tangos del Titi.
En
1975 Camarón de la Isla graba, incluyéndolo dentro de su disco “Arte y majestad”,
NO NAQUERES MÁS DE MI (Tangos del Titi), tal y como aparece en los títulos de
crédito. Se trata de una serie de letras de Antonio Sánchez Pecino, el padre de
Paco de Lucia, que es el guitarrista en este caso, adobadas para que se luzcan
José y su propio hijo. Fue el diseñador de la carrera de ambos. Son cuatro
estrofas al estilo de “Tú los quitas y yo los pongo”, seguidas e iguales de
tono, muy bien servidas de guitarra y palmas. La última estrofa la hace según
los tangos de Pastora “Que te calles, que te calles…”, malogrando el intento.
Pero lo importante fue su trascendencia.
El
momento y el interés que en aquel tiempo suscitaba el de San Fernando a
nivel nacional y de ventas, y con Manuel en vida, hicieron que estos tangos se popularizaran, aunque
con anterioridad ya se habían cantado y propagado, evidentemente por cantaores
trianeros, como por ejemplo Naranjito, que en este video, acompañado por Paco Cepero,
nos deja una estrofa genial:
Qué te vi a queré
le das tu comía a un probe
tú te quedas sin comé.
Estos sí serian los tangos del Titi
con muy pocos añadidos, si acaso algún adorno característico de José.
Prácticamente los mismos, pero un poco más personalizados, los hace Paco Taranto
en este video, a partir del minuto 5.50:
Y entre los despropósitos más señalados, el de
Poveda, curiosamente número uno del flamenco y de lo que él se proponga, y también
lo que más gente consume y más escucha. Además hay batiburrillos de casi todos
los cantaores donde mezclan la jambre con las ganas de comé, y primeras figuras
que lo siguen usando sin citar el nombre del Titi y mucho menos el de Triana.
Con su pan se lo coman.
Esta es una de las versiones
con más talento, la de Esperanza Fernández, aunque se haya acomodado la letra a
su manera. La letra original la canta el Moli en el video de la entrada
anterior. No obstante, y a pesar de haber ralentizado un poco el compás, a mi
entender, es lo mejor que se ha edificado sobre la base de estos tangos del
Titi.
***
Foto de mi familia: Manuel el Titi |
José Luis Tirado Fernández
Genial, amigo José Luis. Como todo lo que publicas. Un abrazo y hasta el jueves, si Dios quiere.
ResponderEliminarGenial como siempre, Jose Luis, conocedor profundo de vivencias auténtcas, bien documentado y hablando por derecho sin concesiones a la galería, con verdad, honradez y Triana por delante.
ResponderEliminarCuánto se parende a tu vera miarma.
Agustín Pérez
Como siempre,magnificco trabajo,hay que hecharle mucho tiempo y mucho cariño para sacar un resultado tan bueno.
ResponderEliminarEl cante puro, en estos dias está algo alterado,parece ser que se lleva lo que algunos llaman "darle un toque personal".
¿Es bueno? ¿es malo?Doctores tiene la Iglesia,pero al igual que Poveda que su exito,independientemente de que sabe de cante,pero tambien sabe que esos giros,esos cambios esos toques personales,le han llevado a la cima. Y, si escucchamos la copla,los que vienen intentan lo mismo..
Pero, no hay que olvidar que hay maestro de la copla por ejeplo,que incitan a ello,y los chavales por subir a un escenario,hacen lo que sea-
De todaas formas,mientras se toque el cante,la copla y la guitarra nos acompañe,el flamenco no morira, y siempre habra gente que como tú sos de leccciones del bien hacer.
Oreja y vuelta al ruedo
Añado a todo lo dicho anteriormente: oreja, rabo y las cuatro patas, con salida clamorosa por la Puerta del Príncipe.
ResponderEliminarEsto lo subo a mi blog, una joya como esta hay que compartirla.
¡Gracias!
Triana tuvo una determinante influencia gaditana, al igual que Cádiz la tuvo de Triana. El Planeta (Cádiz) habitó el arrabal trianero y el trianero Francisco la Perla, habitó el arrabal del barrio de Santa María de Cádiz, lo que significa que los cantes, los toques y la literatura de tradición oral, llevan mezclándose siglos de temple.
ResponderEliminarSe podrían poner docenas de ejemplos, pero es innecesario. Mas sí conviene recordar, que la copla del Balcón la dio a conocer Demófilo, en el mismo prólogo de su colección de cantes flamencos, en 1881.
Demófilo (vigués de nacimiento y trianero por mérito propio) era de padre nacido en Cádiz: Antonio Machado y Núñez, abuelo, pues, de los famosos literatos hispalenses y una eminencia científica, lo que explica el abundante material folklórico que conoció de la provincia de Cádiz. De allí le llegó la copla del balcón, a partir de la cual, pudimos investigarla (perdón por la autocita) y confirmar que aquellos tangos gaditanos, encerraban un suceso real. Un suceso harto trágico, por cierto, que desembocó con múltiples contusionados en el hospital de La Misericordia, de la plaza de San Juan de Dios.
Esos tangos, lo encontramos luego aclimatados en Triana y habría que preguntarse ¿bajo qué patrón musical? Si aparecieran registrados en cilindros (otros tangos gaditanos similares se impresionaron por El Mochuelo) o viéramos su melodía en partitura, probablemente cambiaría mucho la forma de denominarlos.
Viva la mezcolanza, porque de ella y de la sutil forma de intercambiar que tiene, el flamenco es lo que es.
Un saludo.