Estos
son trozos de conversaciones o soliloquios que los clientes “colocan” al
camarero, tomadas a vuelapluma si la pluma, en este caso, fuera una oreja que gravitara
el espacio en el momento oportuno. No
son literales, ni me identifico con todas, aunque algunas me han parecido
maravillosas. Creo, que son trozos de la vida que el viento lleva y que, si
alguien no los capta, mueren en el limbo del olvido.
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…un
vendedor de mi empresa se dedicó a asegurar a los vecinos de la vega de Triana,
humildes habitantes de las casas construidas alrededor de los antiguos tejares…
….al
año siguiente me tocó a mí ir a cobrarles las primas, que en aquellas fechas
eran anuales. Les informé de que no tenían cubiertos los daños producidos por fenómenos
de la naturaleza, puesto que en la póliza quedaban exentos por tratarse de terrenos inundables. No creían que pudiera
haber alguien tan honrado… querían linchar al agente que les aseguró… por
supuesto nadie me pagó la prima…
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…me
han trasplantado de medula y sé que esto no se acaba aquí, pero estoy
preparado. Considero todo este tiempo
como un cominito que Dios ha querido adjuntar al árbol de mis días… No me quejo
de nada… la vida es un don maravilloso que
no nos pertenece…
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…los
amigos malos son preferibles a los
amigos buenos, porque se ven venir.
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Una
señora entra en el bar y se dispone a entrar en el retrete (léase W.C. como
eufemismo) Pregunta: ¿Dónde está la luz? En el techo… contesta el camarero.
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…me
dio un infarto pero me duché y se me quitó enseguida. -Pero, ¿habrá ido usted
al hospital, no? -¿al hospital, para qué? le estoy diciendo que me duché y se me
quitó…
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…el
“imposible” era un zapatero remendón que recogía los zapatos en mi pueblo. Se
le quedó ese nombre porque los vecinos
le entregaban los zapatos para arreglar en muy mal estado…
… algunos le entregaban sólo los cordones…
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…pare, préstame usted cien euros pa ´pagar la
luz.
…pos ´no se va a llevar tiempo la luz encendía…
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…la
noria la inventaron los chinos por necesidad, aunque en realidad parece de
procedencia y uso árabe, - la que llora-, del que procede el vocablo na‘úra –cuánta
poesía-, ya que el agua al resbalar por ella evoca el llanto en su sonido.
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Posiblemente, habrá una segunda parte.
Por la transcripción,
José Luis Tirado Fernández
Esto sí que tiene chispa...la barra de un bar es como un resumen de fuentes con cierta filosofías...
ResponderEliminarEs impactante, diverso y, a vrvrs, simpàtico, como la señora que preguntò dónde estaba la luz...pura guasa sevillana.
Muy bueno...