El flamenco es un arte y pertenece a los artistas. Lo demás, es un exudado de su propia condición.

sábado, 28 de septiembre de 2024

CAGANCHO CANTA, CAGANCHO VIVE

 

AQUELLA GRABACIÓN DE LA MARINA

                Ruperto Regordosa Turull, un empresario catalán del género textil, muy aficionado a la fotografía y a la impresión fonográfica, viajó a Andalucía para grabar unos cilindros de cera de los principales intérpretes de la época haciendo tres de Albéniz y (que se conozcan) nueve de flamenco, dos de ellos a nuestro referente del ángel y más grande cantaor de los nacidos en esta orilla, Manuel Rodríguez García, Señó Manué Cagancho.

                Esa grabación, que hacía renegar a los flamencos de los cantes de los Cagancho, aunque hubiera respetuosas y muy sensatas posturas de respeto hacia esta casta de cantaores, es auténtica, está documentada por sí misma, por la presentación que antecede al toque y al cante y contiene la voz legitima de Manuel Cagancho. Digo, por si había alguna duda, algún recelo, que la hemos recibido tal y como en aquel tiempo era posible grabarla con los medios existentes.

EL SITIO

                He podido documentar el Café de la Marina en Garcia de Vinuesa, en una guía de Sevilla de 1865, como una posta de serenos

 

                Tenía mis dudas con respecto a aquella otra, propiedad de Agapito Calvo, propietario además del emblemático “Siete Puertas” de la Alameda, y que ya en los años veinte lucía sus toldos en la fachada que daba a Paseo de Colón, como pueden adivinar en esta foto de la Patrona:

                En 2014, Faustino Núñez en su blog “El afinador de noticias”, que recomiendo a ustedes por su calidad, hizo una entrada sobre cilindros de cera,

http://elafinadordenoticias.blogspot.com.es/2014/06/cilindros-rip-discos-resurgam-buenos.html

en la cual le pregunté, en uno de los comentarios:

<<Jose Luis10 de junio de 2014, 22:17

Cada vez que un cantaor hace un palo le sale de una manera distinta, es imposible la clonación desde el punto de vista del ser humano-intérprete. Camarón lo decía, nunca me sale igual, aunque lo haga dos veces seguidas. Por tanto, lleva usted razón en que cada cante impresionado en esos cilindros y según ese sistema, es único. Por cierto, ¿sabe usted si eso fue lo que le grabaron a Cagancho en el restaurante La Marina de Sevilla? Un saludo y enhorabuena por su entrada.>>

Faustino, muy amablemente, me contestó lo siguiente:

<<Faustino11 de junio de 2014, 17:44

Si, Manuel Cagancho grabó soleares y seguiriyas y en las reconstrucciones que se han hecho se puede apreciar su metal y talla de cantaor, lejos de tener una voz 'afillá' le suena redonda. Muchas gracias por comentar y un saludo>>

                Hace poco, en el archivo de la Biblioteca de Cataluña pude encontrar el registro, insertada dentro del Fondo Regordosa-Turull, de la página web de la Biblioteca. Pero para mi sorpresa, la calidad sonora que encontré en esta grabación satisfizo los deseos que siempre tuve, y supongo que todos los flamencos, de escuchar algún día la voz de Cagancho como yo sabía que era, como en realidad fue. Supongo que alguien se ha preocupado de limpiar y fijar estas impresiones sonoras para que disfrutemos de ellas. No sé si Faustino habrá vuelto a escucharla. La que nos ocupa, la titulada “Seguidillas gitanas. Cagancho de Triana”, quedó de la siguiente manera:

La letra, posiblemente de su autoría, o más que posible.

Una voz anuncia:

“Seguidilla gitana cantá por Cagancho de Triana, impresionada? en la guitarra por Niño´l Carmen. En la Marina. Vaya por Barcelona”

Canta Cagancho:

”Por tu causa me veo herio e muerte,

compañerita mía y herio de muerte.

Y pa más penas me veo aborrecío de toíta mi gente”

 

El momento cumbre de la grabación, en el 1:43, donde, a pesar de no poder hacer exhibición de todo su talento, debido a las circunstancias del momento,  eleva como sólo un genio puede hacerlo, su cante:

“Qué remedio habrá pa´ dos personas

que se quieren mucho y no se puén hablá” 

                Y también esta soleá:

                Los Matices, ahora más claros técnicamente, nos dejan apreciar la capacidad melismática de Manuel, que elabora, posiblemente muy presionado por el ambiente, raro para un herrero de la Cava, aquel aparato delante de su cara, y por un gachó que le indicaba cuando tenía que cantar, toda una demostración de talento. Me habría gustado verle cantar en la plazuela, después de tomarme con él dos o tres medios litros, en un velador. Me parece una voz muy parecida a la de Tragapanes, su sobrino nieto.

LA CARA DE DON MANUEL CAGANCHO

                Fernando el de Triana, en su libro “Cante y cantaores de Triana”, le describe así:

“Manuel Cagancho era un gitano cobrizo, de ojos reventones y pómulos salientes…”

                Y en otra parte del libro decía:

“Al preguntarle a uno de los hijos de Manuel Cagancho si tenía fotografías de su padre y de su abuelo, para que figuraran en este libro, me contestó, con una sencillez infantil:

-Mira, Fernando, mi agüelo no se fotografió en su vía, y mi pare, pasaba por la puerta de mi casa un retratista de aquellos que hacían los retratos de lata al minuto y le hice a mi pare que se retratara, rogándoselo mucho, porque él no quería. Por sierto que salió mú bien; pero un día le fue a quitá mi mare las cagás de moscas con un estropajo y jabón, y cuando se dio cuenta, no quedaba ná más que la lata. Así es, que no te pueo serví.”

                Un blog, que mantienen D. Jose Luis Dorado y D. Juan Carlos Vázquez, llamado “De Triana a San Román”, que visito con asiduidad y que recopila noticias históricas sobre la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, me puso en la pista, tras leer un artículo sobre la última madrugá de Curro Puya, en 1931, el año de su muerte. En la presidencia del paso del Señor, iban juntos Francisco Vega de los Reyes, cuyo hermano José fue hermano mayor de la corporación en los años cincuenta, y Joaquin Rodríguez Ortega “Cagancho”.

                Pedí permiso a D. José Luis Dorado para usar dicha foto, el cual no sólo me animó a hacerlo, sino que me envió otra reseña, la página de una revista de 1912, “La exposición”, donde un periodista, que no firma el trabajo, acude a Triana para refrendar, según él, el gracejo secular de los gitanos. Creo que hace burla en algunos tramos de esas buenas personas.

Ese hombre, el de mayor edad de los tres, que con camisa blanca, mira fijamente a la cámara, es Manuel Rodríguez Garcia. El joven que mira asombrado debe ser su hijo Antonio el Rubio, mientras que no identificamos al machacador y mucho menos, porque no se ve la cara, al hombre que está en el fuelle.

Sé que es él y sé porqué. Muy sencillo, las miradas no engañan. En la foto de la presidencia del Cristo de los Gitanos que aparece en el blog de Don José Luis Dorado, aparece su nieto, Joaquín, con una pose semejante. Miren y comparen.

                También podría tratarse del hombre que está machacando, con la camisa de cuadro y el mandilón blanco. Si lo ven demasiado alto, Cagancho lo era, para aquella época, casi metro ochenta, según este llamamiento a quintas de 1867:

                En 1866, nace su hija Concepción, en casa de sus abuelos maternos, Verbena 38, aunque Manuel y María no se casaron hasta 1870, teniendo después, en 1871, a su hijo Joaquin, también cantaor y padre del torero. Se echa en falta una buena biografía de Don Manuel Rodríguez Garcia, “Cagancho”, que en 1877 vivía con su mujer, cigarrera, en mi calle, en la misma acera, a dos casas, de Francisco “El Fillo”

EL TORERO DE LOS OJOS VERDES.

                Fiel devoto y cofrade del Cristo de los Gitanos, Joaquin, tras una larga y magistral carrera taurina en la que dejó fijada una escuela cuyo estilo y manera de entender el toro seguirían algunos toreros, entre ellos Paula y Curro Romero, se fue a vivir a Méjico, donde falleció en 1984.

EL APODO DE LOS CAGANCHO

                Según Ángel Vela, es una deformación de “cada gancho”, pronunciado en andalú. Toma forma cada vez más esa aseveración, ya que leyendo y leyendo…

                Según el profesor Santainés: “En su cotidiano quehacer callejero pregonaba su mercancía diciendo: “¡A real ca gancho¡” Y el «ca» gancho (cada gancho) se convirtió por cacofonía en Cagancho, nombre con el cual pasó a la historia el singularísimo torero.”

Blog de sol y sombra. Un titular de este blog:

CAGANCHO FUE ÚNICO Y EL PRIMER TORERO ARTISTA DE VERDAD

                Protagonizó dos películas, junto a Carmen Amaya.




                No soy muy aficionado, pero me doy a la razón, y entiendo, que un gitano, hijo de Joaquin, un hijo de Don Manuel y de Amparo, hija de Francisco el Fillo, no puede dejar de ser artista. Nieto de Cagancho y nieto del Fillo. ¿Alguien da más?

 

José Luis Tirado Fernández

 


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